AU donde Katsuki Bakugo desea ser un villano, disfrazado de héroe, pero en su camino su amigo de la infancia comienza a hacerle ver que tal vez no es la mejor de las ideas hacer eso.
Podra cambiar de idea tan fácilmente o en cambio el corrompera al...
- ba....basta - reprochó pero siguió moviendo sus caderas contra ese bulto.
- si es tu culpa - le hablo al oído para ver cómo de a poco perdía la cordura ante su toqué.
- yo...yo... Ahhhhh Kacchan - no podía dejar que eso continuara o de lo contrario quemarían la cosina.
- tengo hambre - mordió su lóbulo y fue dejando besos todo el camino hasta su cuello.
- casi...casi acabo....solo...aggg...deja....tienes que esperar - trato de alejarlo.
- te comeré a ti en lo que está lista la comida - empezó a chupar la piel de su hombro.
- amnn ahh no - se aferró al la barra.
- pero también quieres - pellizco su pezón sobre la ropa pero aún así recibió un buen gemido a cambio.
Estaban a punto de olvidar la cena para comerse entre ellos pero alguien interrumpió ese momento.
Con las ganas a flor de piel y una manera mística de guardar su enojo contra el que osara interrumpir su intimidad con su novio, porque ganas de matar a quien lo interrumpió, no le faltaban.
Se dirigió a abrir la puerta pensando que quizás era algún vecino que iría a quejarse del escándalo y es que una vez su relación con Kacchan empezó, no se daban tregua alguna ya fuera de noche o de día pero terminaban haciendo de una manera nada silenciosa.
Grande fue su sorpresa de ver a sus compañeros en la puerta de su apartamento.
Abrió apenas una pequeña rendija para hablarles.
- ¿qué... qué hacen aquí? - los nervios lo atacaron pero trato de disimular.
- queremos ver cómo estás - respondió Uraraka.
- solo nos preocupamos por ese repentino cambio, verte hoy patrullando como si nada, cuando es mañana ese enfrentamiento, debiste descansar - hablo Todoroki mucho más de lo que solía hacerlo aún en una conversación.
- estoy bien, descansaré después del enfrentamiento, todo está bien - les aseguro el peliverde.
- pensamos en que podíamos hablarlo juntos, trazar un plan...
- ammm - interrumpió a la chica - ya vengó, cerró la puerta.
Camino a la cosina notando que con el susto su miembro ya estaba normal, acomodó su ropa se quitó el delantal y apagó la estufa.
No estaba Katsuki por ningún lado, pero escucho la regadera, agradeció que le diera espacio, camino de nuevo con sus compañeros pero no los dejo pasar, solo salió con ellos al pasillo.
- estoy por cenar, luego veré algo de tele, poco y dormiré temprano así que no tienen que preocuparse por mi - trato de infundir les confianza.
- has estado actuando extraño - le reclamo Iida que hasta el momento estubo muy callado.
- estoy bien - cambio su tono a uno más duro - ya dejen de pensar que algo malo me sucede, estoy bien y no soy un niño para que me intenten cuidar - si había algo que no le gustaba era que lo vieran como un niño cuando había demostrado ser el mejor héroe.
- pero hasta tu madre se preocupa...
- dejen de hablar con mi madre, sobre todo tú - se dirigió a la chica - ella piensa que algo malo me pasa y no es así, dejen de contarle historias que no son ciertas.
- perdón - agachó la mirada sabiendo que era verdad que ella hablaba con la madre de Midoriya.
- queremos ayudar - Iida abrazo de los hombros a su novia para animarla.
- Izuku si tan solo...
- no Todoroki, no nesecito nada, ni hablar, ni superar nada, ni ver a ningún especialista, ni nada, lo único que podría nesecitar sería apoyo de mis amigos y que confiaran en mi, estoy bien y buenas noches - entro a su casa dando un portazo a la puerta.
Sus amigos estaban preocupados, pero tenían que irse, solo el chico de cabello de dos colores miro por unos segundos esa puerta cerrada, le pareció extraño el que su amigo no los dejará pasar y que su mirada se escapara al interior de ese apartamento cerrado, muy extraño.
No le gustaba gritar, tampoco quedar mal con sus amigos, pero con un demonio estaba bien, aunque ya comenzaba a acostumbrarse a su mal hablado novio y la manera en que se refería a todo.
Nunca fue alguien grosero o que mal dijera, pero maldita sea, por qué no entendían que todo estaba bien y que no debían tratarlo como alguien inferior, como una damisela en peligro.
Era el héroe número 1.
Eso era suficiente para demostrar su capacidad, pero seguían viéndolo como ese chiquillo que se lastimaba aún durante los entrenamientos, ese niño que lloraba por todo y que no podía salvar a nadie.
Pero no más, ese Deku ya no estaba más.
No entendía como nadie parecía tomarlo en serio.
Bueno solo Bakugo y lo tomaba tan en serio que iban a tener una pelea por el título y el puesto número 1.
No tenía tiempo para pensar en sus caprichosos amigos, tenía que ocupar su mente en sus planes, terminar la cena, dormir acompañado, despertar con ánimos de patearle el trasero y demostrar su gran capacidad.
Cuando Katsuki salió del baño la cena ya estaba lista, aunque el momento se les jodió por completo no significa que no podían retomarlo, pero su novio pese a sonreír tenía un semblante diferente.
Luego de comer en un completo silencio, fueron a ver una película a la sala aprovechando para abrazarse y apapachar se en en sillón.
Dormir nunca les fue tan difícil, tal vez ante la espectatiba de ambos por el nuevo día, o por algo más rondando sus mentes.
Se abrazaron para compartir calor corporal y dejarse saber de modo inconsciente que fuera cual fuera el resultado, estarían juntos.
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Un nuevo día, demaciado movido, muchas personas asistiendo al evento, las apuestas se veían en cada esquina, algunos ladrones aprovechando que todos querían ver el encuentro, mucha seguridad, policías, marinos, incluso el ejército patrullando las calles y el evento.
Deku se reunió muy temprano con los directivos, querían asegurarse que ganaría, Deku estaba en exelente forma y demostraría su poder.
No hablo con sus amigos, no pudo disculparse por se agresivo la noche anterior, pero tenía que concentrase en lo que pasaba a su alrededor.
El bullicio de la gente, vendedores ofreciendo su mercancía sobre la épica batalla, desde pósters, playeras, hasta tasas, como si quisieras recordar la batalla mientras tomás tu café mañanero, obviamente pidió un juego de seis tasas.
Todos estaban presentes, un escenario enorme y con vidrios blindados para evitar daño a los espectadores.
