Capítulo 19 - Algo tan Maravilloso que Nunca Podré Ser

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Me voy ahorrar los detalles escabrosos sobre el accidente de Isabela, sólo diré que se ha roto un brazo y la pierna y tiene algunas heridas superficiales en varias partes de su cuerpo, no fue nada grave, pero ahora tiene que estar unos días en un hospital.

¡Pero aquí está la buena noticia! ¡SALVÓ AL CONDENADO ESCUINCLE!

Ha pasado menos de una semana y me siento prácticamente perdido sin ninguno de mis dos mejores amigos y comienzo a ver venir, en cámara muy rápida, una recaída que no creo ser capaz de soportar, lo único que me mantiene con fuerza es el hecho de que Isa está bien y que el estado de Leo está mejorando y probablemente despierte pronto. Sin embargo me siento en un abismo tan profundo a causa de la soledad a la cual no estoy acostumbrado. Es como, ya sabes, muy importante no dejarme solo porque entonces comienzo a divagar y cualquier tema me será muy interesante, incluyendo el por qué los tenedores tienen cuatro picos y no cinco.

El día de hoy he tomado clases SOLO. Me he sentado en la cafetería SOLO. A comer SOLO. En la mesa de siempre... SOLO. Me siento como si un camión de carga que llevaba miles de libros de Stephen King me hubiera atropellado. He caminado como un completo zombie durante todo el día. Al parecer todo el mundo toma como un hecho super duper mega fantástico el verme sólo. Sin Leo, sin Isa. Incluso Laura me ofreció pasar el rato con su grupito. Pero ¡Oh por dios, no! ¡Qué asco! Estoy sentado leyendo, comiendo y escuchando música bonita. Pretendiendo que no existe nadie más y deseando que el tiempo corra mucho más rápido para poder ir a visitar a Isabela y Leo. Uh, creo que Orlando viene más rápido que la recaída y está a punto de ganarle. Literalmente, se está dirigiendo hacia a mí. Unos pasos después se para frente a mí y pregunta:

— ¿Y tus amigos inseparables?— Su voz tan profunda como de costumbre.

— ¿Quieres que te cuente la historia real o la que se le cuenta a los medios?

—Prefiero la real, ya estoy harto la historia que los "medios" está comentando alrededor de la preparatoria.

Hace señas con las manos simulando las comillas. —No creo que sean tan diferentes, pero desacredito ese rumor que ronda por ahí que dice que drogué a Leo y que empujé a Isa frente a ese coche para quedarme con sus pertenencias.

—Me alegra escuchar eso.

—A mi me alegra escucharte a ti— Digo intentando ser dulce. «Alejandro Betancourt ¿Pero en qué te has convertido?— Pregunta mi subconsciente indignado por mi comentario»

—Te equivocas, me alegra a mí escucharte a ti. Tan encantador como siempre, Alejandro— Un Robert Pattinson, vestido como Harry Styles que se comporta como Christian Grey, mi subconsciente comienza a dar brinquitos de emoción al ver reunidos a tres de mis amores platónicos en una sola persona. Se sienta en la silla que está a lado mío y se inclina para acercarse a mí —Si mal no lo recuerdo, habíamos dejado un asunto pendiente

— ¿Ah sí? ¿Cuándo? Y ¿Qué asunto?

— El día que tu padre vino a golpear al profesor Marcos, alias el pervertido, drogadicto y dealer. Un asunto de intercambio de fluidos salivales.

—Oh... Sigo sin recordar...

El sonríe y dice: —Aquí tienes un recordatorio.

Entonces se acerca más a mí y yo hago lo mismo. Podría simplemente alejarme de él, pero su esencia me atrae de una manera inexplicable. Un segundo después nos hemos unido en un tierno beso, estamos dando un espectáculo menos vulgar que el que di con Isa en aquella fiesta. Debo admitir que está superando mis expectativas acerca de mi primer beso con un hombre. Percibo su aliento a menta fresca al mismo tiempo que siento sus labios terriblemente suaves.

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