Segunda parte de la novela "EL PRECIO DE UNA TRAICIÓN" Es necesario haber leído la primera parte para poder entender esta.
Un nuevo lugar, nuevas personas y una nueva vida. A veces empezar desde cero es lo mejor. ¿O no?
Tras encontrar a Jake, su nov...
—¿Por qué estabas dentro de la habitación? —me pregunta un médico que atendía a Clarissa minutos antes, las gotas de sudor por el trabajo que realizó aún eran notorias en su brillante frente.
Intenté concentrarme en su pregunta, pero con todo lo que acaba de ocurrir estoy muy desconcertado respecto al mundo.
—Yo... —Aquella enfermera me ayudó y no iba a delatarla, podía arruinar incluso su trabajo y no lo haría— Entré sin que nadie me vea. —Suspiro— Entienda Doctor, si el amor de su vida está en coma y no la puede ver hasta el día siguiente ¿No entraría?
El Doctor me alza las cejas como si la situación poco le importara, y tal vez está en lo correcto pues él no es el afectado con todo lo que ha pasado.
Iba a decirme algo que seguramente le dice a todos los pacientes en esta situación, aquellas mismas palabras que usa para informarle a cualquier persona que un ser querido ha muerto, palabras tan frías y desinteresadas, hasta que recibió una llamada y no tuvo más remedio que contestar.
—Adelante. —Le invito a tomar la llamada y lo hace. Con lo mucho o poco que pude lograr oír, era su esposa.
—Adiós cariño. Si. También te amo. —Se despide y me mira durante unos segundos.
Lo admito, en estos momentos mi rostro debe de ser el peor, las ojeras, los párpados hinchados, los ojos llenos de sangre, entiendo todo eso, pero lo que no pude entender fue cuando miré hacia las pupilas del Doctor, quien por primera vez me vió como una persona, y no como un cliente que pagaba su trabajo.
—Sólo... no lo vuelvas a hacer, mañana podrás verla.
Asiento despacio y le agradezco. Camino lentamente hacia la sala de espera para encontrarme con los demás quienes ya están totalmente despiertos, pues la enfermera seguramente les informó acerca del percance que tuvo Clarissa.
—Dios mío Jake, ¿Cómo estás? —mi hermana me abraza tan fuerte como puede y yo hago lo mismo, no suelto ni una lágrima por ella. Alexia necesita mi apoyo y yo no puedo desmoronarme frente a Alex.
Quería decirle lo horrible que fue verla allí, entre la vida y la muerte, expresarle la impotencia que tenía al estar lejos de su mano y no poder apretarla para que se quede conmigo, tenía ansias de desahogarme y gritarle que todo esto es mi culpa, sin embargo, no lo hice. Ya lo he dicho, es mi hermana menor, quien debe de darle valor soy yo a ella, no ella a mí.
