Segunda parte de la novela "EL PRECIO DE UNA TRAICIÓN" Es necesario haber leído la primera parte para poder entender esta.
Un nuevo lugar, nuevas personas y una nueva vida. A veces empezar desde cero es lo mejor. ¿O no?
Tras encontrar a Jake, su nov...
—Shh, ya está despertando. —Logro escuchar algunos murmullos y mis ojos se abren constantemente para acostumbrarse a la luz de la bombilla.
Mi vista nublada se acopla a la claridad y me doy cuenta de que me encuentro rodeada de varias personas. Los padres de Jake y Alex están junto a mí. A un lado, no tan lejano, se encuentra Agustin, Julian, su novio, y Amanda, esta última sonriendo descaradamente al verme en el suelo.
—¿Qué ocurrió? —Pregunto desconcertada ante la situación.
Alex me ayuda a levantarme y con las piernas algo adoloridas logro reposar en uno de los sofás de la sala.
—Recibiste una llamada. —Dice mi amiga con temor— De la policía diciendo que...
—Que encontraron a Sofia y necesitan que declare. —Completo la noticia recordando el suceso de hace algunos minutos.
—Y también que a Joaquín...
—Le dieron libertad condicional. —Interrumpo una vez más a mi amiga— Lo recuerdo. —Digo con un ligero dolor de cabeza.
Elissa, la madre de Jake me extiende una bolsa de hielo, no sé en que momento exacto fue a traerla de la nevera, pero se lo agradezco internamente.
—Si sirves para doctora. —Le digo a Alex recordando la carrera que quiere seguir.
—Gracias. —Susurra mientras guarda algunas cosas dentro de su botiquín que ha usado para, seguramente, atenderme mientras estaba desmayada.
—Lo bueno es que no se te arruinó el maquillaje ni el peinado. —Comenta su madre al inspeccionar cada pequeño detalle.
—Ay mamá, Clarissa así no se maquille queda bien. —Comenta mi amiga provocando que me sonroje un poco— No necesita ser artificial para verse bien.
Amanda rueda los ojos molesta y entendiendo la indirecta que Alex le ha lanzado, su madre al parecer se ha dado cuenta y a anunciado nuestra pronta salida, pues según ella decía estábamos retardándonos demasiado.
Todas las personas no alcanzan en un sólo auto por lo que debemos dividirnos. Alexia se ofrece en llevarme a mí y a mi hija. Amanda ha intentado venirse con nosotras asegurando que deben de ir "sólo chicas en un auto" pero como a mi amiga muy poco le importó su opinión, la dejamos ir con los padres de Jake.
—¿Desde cuándo manejas? —Cuestiono sorprendida de lo muy bien que lo hace.
