Segunda parte de la novela "EL PRECIO DE UNA TRAICIÓN" Es necesario haber leído la primera parte para poder entender esta.
Un nuevo lugar, nuevas personas y una nueva vida. A veces empezar desde cero es lo mejor. ¿O no?
Tras encontrar a Jake, su nov...
—¿Puedes dejar de presumirlo? —Dice Alexia en tono de broma cuando me ve observando mi anillo por milésima vez en el día— No todas tenemos la suerte o la desgracia de casarnos, ¿sabes?
Sonrío interiormente, aunque creo que debo de haber sido muy obvia con mi emoción, esto del compromiso me asusta, pero me tiene muerta de amor a la vez.
—Tú tan sutil con tus opiniones como siempre. —Le digo a mi peculiar amiga que, como ya he podido darme cuenta, no tiene filtro alguno a la hora de hablar.
—Es la envidia. —comenta Luke acompañado de los demás quienes han entrado a la casa junto con las cajas de pizza para esta noche.
Después de todo este tiempo, Matthew, Luke y Alan se han convertido prácticamente en familia, aunque este último tenga su pasado, todo quedó atrás. Hemos sabido perdonar, y seguir adelante. No obstante, Jake y yo estamos demasiado agradecidos con lo que Alan y su padre hicieron por nosotros y aunque a veces tengo un leve presentimiento de que él sigue sintiendo cosas por mi, lo dejo pasar de lado, ya que nunca ha mencionado nada al respecto ni se ha insinuado, cosa que agradezco infinitamente.
Alan es un gran chico, que ha cometido sus errores por la ira y se ha dejado influenciar por las artimañas de personas malas. Sé que yo también fallé en su debido momento, y me disculpé ya con él por ello, pero ahora no puedo estar más segura de que las cosas, con amor, siempre saldrán bien. Así como también estoy convencida de que la chica ideal llegará para Alan en su momento y todo tendrá sentido en su vida, él realmente se lo merece.
Todos, incluso la peor persona, merece sentir el amor verdadero, por lo menos una vez en su vida. No es una necesidad, nadie muere sin amor, pero sería horrible morir sin haber amado.
—Eso se soluciona fácil. —Le dice Matthew a Alexia y ella sólo puede hacer lo que mejor sabe, ponerse roja como un tomate y no decir ni una sola palabra.
Jake baja las escaleras de nuestra pequeña casa, y por "nuestra" me refiero a este pedacito de espacio que hemos logrado pagar y que queda a tan sólo tres calles de la casa de sus padres. Es hermosa y perfecta para una familia de tres. Aunque en este último mes, por encontrarnos en vacaciones de verano, pasamos la mayoría del tiempo con los demás.
Hoy, por ejemplo, haremos la típica pijamada que Alexia sugirió luego de la maratón de películas de miedo y comida chatarra. Perfecto para un viernes en la noche.
—¿Qué te ha pasado hermanita? —Interroga Jake a su hermana mientras todos ríen entendiendo las indirectas que Matt le ha lanzado a mi amiga.
