El Yugo De Los Infieles. Autora: Evelina V. De Flores

Capitulo 14

''Como el siervo brama por las corrientes de as aguas, así clama por ti oh Dios, el alma mía. Mi a alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?''

Las palabras del salmista se hacían vida en mi corazón. Sentía las profundidades de mi ser la angustia anhelosa que sintiera David por estar en la presencia de Jehová en su santo templo.

La ansiedad de mi corazón daba alas a mis pies, de tal manera que Ricardo, que habia tomado a la niña en brazos, apenas podia seguirme.

¡Por fin llegamos! Allí estaba el templo. ¡Mi iglesia! El Divino Redentor , el sencillo templo al que habia asistido desde pequeña con mis padres. Me detuve a contemplarlo. Una mezcla de inmensa alegria y de subito temor me ahogaba. Mil pensamientos bullían en mi cerebro. ¿Que dirian de mi? ¿Como me recibirian?

Una gran verguenza se apoderó de mi por la conciencia de mi culpa, y el rubor me encendió el rostro.

La voz de Ricardo, que tenía a la niña de la mano, me volvio a la realidad: -¿Entramos? 
En el preciso instante en que traspusimos el umbral del templo, la congregacion, puesta de pie, empezo a cantar: 

''Ven alma que lloras,
ven al salvador,
en tus tristes horas
dile tu dolor.
Dile, si, a tu duelo;
ven tal como estas.
Habla sin recelo 
y no llores mas''

El Espiritu Santo me consolaba y me llamaba con las palabras del himno.
Nos sentamos en una de las bancas de atras. Nadie se fijó en nosotros. Di gracias a Dios por ello, pues no podia contener las lagrimas.

Mi niña, con mirada ansiosa se subio en mis rodillas y me pregunto quedito: -¿Por que lloras mamá?
- Lloro de alegria hijita.
Hizo una graciosa mueca de asombro y me dio un beso.

Cuando terminó el himno y la congregación se sentó, pude ver al pastor, mi antiguo pastor, ya casi anciano, pero con su mismo semblante bondadoso.

El tambien me vio y su rostro se iluminó con una alegria celestial.

La lectura biblica, en el evangelio segun San Lucas capitulo 15, la hicimos alternadamente. ¡El hijo prodigo!

Ricardo leia conmigo. Una expresion de deleite se iba retratando en su semblante conforme ibamos leyendo.

En cuanto a mi,yo era la ''hija prodiga'' que volvia a la casa del Padre y con verdadero arrepentimiento le decia: ''Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; y ya no soy digna de ser llamada tu hija.''

Terminada la lectura y habiendonos sentado, nos dispusimos a escuchar el sermon. ¡El primer sermon que iba a escuchar despues de seis años! 

El pastor leyó el texto: ''Este mi hijo muerto era y ha revivido...''

El pastor hablaba pero yo sentia a Jesus tan cerca de mi que era su voz la que escuchaba mi alma. Sentia los brazos del Padre en un abrazo de compasion y amor infinito, que me estrechaban y me amparaban al tiempo que oia la voz divina decir: 
''Hagamos fiesta, porque esta mi hija Noemi muerta era y ha revivido; habiase perdido y es hallada.''

La paz de Dios que sobrepuja todo entendimiento, la paz que Cristo da, inundo mi alma, todo mis ser.
Estaba yo con mi salvador, habia vuelto al redil de mi buen pastor. La lucha vendría. El diablo, airado contra mi, traeria problemas y sufrimientos a mi vida, pero ya no estaba sola. ¡Mi Jesus, mi salvador, estaba conmigo!