Capitulo 11

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Como a las 7 regresaron, Petrita entro a entregarme la niña. Se oia ruido de voces para mi desconocidas. A una mirada mia interogadora, me informo Petrita: --Amistades de Josefita. Buenas personas. La unica que no se por que no me cae bien es Mercedes. No se porque la invito.
--Es la que fue novia de Arturo? --inquirí.
--La misma. Pero no se encele usted, nunca la quiso. En cambio a usted la quiere de verdad.
Luego añadió para cambiar el tema: --¿Viene usted a merendar?
--Le ruego que me dispense. No me siento bien
--No se preocupe --me dijo amablemente--. Yo les diré
Acababa de salir Petrita cuando entró mi marido.
--Vas a dejar sola a mi mamá con el trabajo de atender a los invitados? --me preguntó-- yo se que no estas del todo bien todavia, pero este es un dia especial.
--Dispensame --le dije-- no puedo ir.
--No me hagas sentirme avergonzado delante de mis amistades. Ya se murmura de mi. Tu sabes --añadió como apenado-- que todos han tomado a mal el que me haya casado contigo por... bueno... por tu religión. Mi madre me ha reprendido muchas veces porque no me casé con...

Se detuvo de pronto confundido, porque comprendió que habia ido demasiado lejos.
Despues de un corto silencio me dijo con tono autoritario: --Bueno a nada conducen estas palabras. Eres mi mujer y tienes que atender a los invitados.
--No son mis invitados --dije con voz firme--. Son invitados de tu mamá y ella los esta atendiendo.
--Pues tu vas a ir a atenderlos tambien -- dijo con ira.
--No iré --le contesté con tono resuelto.
--Aqui mando yo y quiero que lo sepas de una vez por todas.

Me tomó de ambas manos con violencia y me hizo ponerme en pie, despues me empujo con fuerza hacia la puerta.
No caí porque en ese preciso instante entraba Ricardo que extendiendo rápidamente los brazos me detuvo y evitó que mi cuerpo cayera pesadamente al suelo.
Una chispa de iracundo asombro brilló en los ojos de Ricardo. Confusa y avergonzada le di las gracias entre apagados sollozos.
--Sientese usted comadrita --me dijo con ternura compasiva al tiempo que me ayudaba a hacerlo. Luego dirigiéndose a Arturo --¿como puedes hacer tal cosa?
--Esta poniéndome en ridículo delante de todos --dijo mi marido como justificandose.
--Tu eres el que te estas poniendo en ridiculo. Ya mi madre ha pedido a todos que disculpen a tu señora y todos han comprendido que despues de tan corto tiempo de haber dado a luz ninguna mujer esta para fiestas.
--Ven --añadió tomando a Arturo por un brazo--, dejala sola, necesita descanso. Salieron.

Yo me eché sobre la cama y cubriendome el rostro con la almohada lloré, lloré mucho.
En la sala y en el patio los convidados de mi suegra hablaban y reian. Pronto empezaron a tomar licor. Yo oia el ruido de las copas al chocar en los repetidos brindis por la "nueva cristiana".
Miré a mi pequeña. Dormia sin darse cuenta de aquella ruidosa y pagana fiesta en su honor. Me incliné sobre su cuna y deposite un suave beso en su frente, haciendo al mismo tiempo dentro de mi corazon el firme proposito de no permitir que mi niña fuera educada en la religion catolica. Yo la guiaria a Cristo, El me ayudaria. Presentía que tenia que pagar un terrible precio pero estaba resuelta. ¡Mi hija seria de Cristo! Yo arrepentida y sufriente, la conduciria a él.
Me sentia cansada, muy cansada. Mi cuerpo estaba adolorido pero mi alma lo estaba mas. Las palabras de Arturo y su comportamiento grosero me habian herido profundamente. Ya no lloraba. Habiendome hecho el proposito de volver al buen camino y llevar por el a mi hijita estaba resuelta a hacerlo costara lo que costara. Un poder de lo alto me fortalecia. ¡Lucharia tomada de la mano de Dios y vencería!

De estas meditaciones me sacó el murmullo de una conversacion. Dos personas hablaban muy cerca de mi puerta. Decía una: --Es inutil Mercedes, pierdes el tiempo, ya ves que ni caso te hace.
--Ah! --contestó la llamada Mercedes--. Yo se mi plan. Ya veras, ya veras como se lo quito: tengo una fuerte aliada en Josefita.
--Lo que veo --dijo la otra voz--, es que te vas a poner en ridiculo. Mejor desiste de tu intento.
--No desistiré por nada del mundo --replicó Mercedes.
--Lo quieres todavia? ----inquirió su interlocutora.
--No, lo que quiero es vengarme. A mi no se me deja plantada asi como asi. ¡Y mira por quien! --añadió con rabia--, por una hereje protestante. Pues esa mosca muerta tambien me las va a pagar.
--Me das miedo Mercedes --dijo la otra persona-- en fin alla tu; pero yo creo que no debes hacer ningun daño a esa pobre mujer. Ella no sabia nada de tus relaciones con Arturo y...
--Callate! --le interrumpió bruscamente Mercedes.
Alguien se acercó.
-Porque tan solas muchachas? --preguntó.
--Ah! Es usted mi buena Josefita --dijo Mercedes con voz mansa y melosa--. Precisamente estaba diciendole a Lola que usted es muy buena madre; ¡como vela por Arturo, especialmente ahora que mas lo necesita! Si no fuera por usted la pobre inocente todavia no estuviera bautizada, y si se hubiera muerto, que Dios no lo quiera, se hubiera ido derechito al limbo y todo por culpa de esa...
Se interrumpió bruscamente. Luego añadió como profundamente apenada: --Ah dispenseme, no quise ofenderla.
--No niña --contestó mi suegra-- Tu no dices mas que la verdad. Todo lo que pasa y lo que pasará es por culpa de esa hereje. Yo le he dicho a mi hijo que la deje y le quite a la niña. Todavia me siento con fuerzas para criarla. La santisima virgen me ayudará.
--Y que dice Arturo? ----preguntó Mercedes con mal disimulado interes. --La quiere mucho. No lo hará. --contestó despechada mi suegra y las tres se fueron a reunir con los demas.

Por la conversacion que acabo de relatar y que estoy segura que fue dicha con el proposito de que yo la escuchara, supe que tenia una enemiga en Mercedes, "la buena catolica" una enemiga que me haria mucho daño.
Pero yo no tenia temor de ella, pues recorde las palabras del Salmista: "El Señor es mi ayudador, no temere lo que me pueda hacer el hombre."
Hania confesado mi pecado a Dios con profundo arrepentimiento y sentia en mi corazon la paz del perdon. Sufriria las consecuencias de mi pecado, pero mi Jesus habia ya pagado por mi maldad. Con esta paz en mi corazon me dormí. No supe ni a que hora termino la fiesta ni cuando se fueron los invitados.





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Una gran disculpa por no cumplir con las actualizaciones a tiempo, espero y sea de su agrado este capitulo
Bendiciones☺


El Yugo De Los Infieles. Autora: Evelina V. De FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora