Capítulo 1

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Detestaba las mañanas, si, las odiaba y mucho, escuche a mi madre hablar por teléfono en un japonés gritado en la planta baja y suspire, observe mi alrededor lleno de cajas que aún no había desempacado, porque si, para aumentarle a mi amargura de mis mañanas, hacía unos pocos días que habíamos llegado a Japón, ya que habían mandado a mi padre a hacerse cargo de la sede de su compañía aquí en Tokyo, y era un ir y venir de cosas nuevas, yo ya había vivido en Japón de pequeño, cuando cumplí los 10 regresamos a Inglaterra que era el país de origen de mi padre y a pesar de saber muchas cosas, aún no terminaba de acostumbrarme.

Iba a iniciar mi último año de preparatoria en una nueva escuela, donde tenía que sacar mi fluido japonés, nuevas razones de amargarme, nuevos vecinos, en fin, todo nuevo, -suspire- me levante pesadamente de mi cama, revolví mi rojo cabello en puntas, y observe por la ventana, debía estar realmente temprano, habían restos de neblina atrapados aquí y allá en los árboles de la calle, observé la hora, en efecto faltaban 15 minutos antes de las seis, debía estar loco por despertar a esta hora, pero realmente no podía acostumbrarme a este lugar.

Me acerque más a la ventana, de la casa de enfrente salió un chico, se veía de mi misma edad, usaba sudadera deportiva y shorts, se ponía unos audífonos, mientras estiraba sus piernas.

- Tssk, ¿quién diablos corre a esta hora?- dije en voz alta en mi inglés perfecto, pegue mi frente al vidrio, y lo mire de arriba abajo, tenía un cabello café oscuro, con tintes verdosos, quizás por la luz acuosa del amanecer, su rostro era serio, duro e impasible, tenía un cuerpo revestido en músculo, seguramente era deportista, genial, lo que me faltaba un deportista frente a mi casa que estuviera rodeado de personas todo el tiempo, de pronto subió la mirada y me observó, y sentí mi cara arder, me aleje instintivamente de la ventana cayendo con mi trasero en la dura madera.

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