Capítulo 30

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Bueno si, el grandote me había terminado de convencer de arruinar su completa vida, así que ahí estaba yo metiendo las maletas al auto de su madre, mientras la mía y ella charlaban, no sabía que pensar de la situación, veía a Ushijima con un auricular al oído contestando llamada tras llamada en tres idiomas diferentes, el coreano le salía fluido, pero cuando le tocaba hablar en inglés era tan divertido lo mucho que le costaba, su ceño fruncido casi le desaparecía los ojos de pura molestia.

Mi padre me había despedido temprano, quizás era mejor para él que no me viera irme con un tipo a otro país a pasar una semana, sabía que no estaba feliz, pero me había visto tan emocionado los últimos meses que no se atrevía a decirme que no, y yo se lo agradecía.

Deje de ver a Ushijima atareado con su Tablet y celular intentando manejar todo y me voltee hacía las dos mujeres que hablaban en la acera, al ver a la madre de Ushijima fácilmente me daba cuenta de donde había salida ese tono de cabello verdoso y esas cejas gruesas, y aunque era mucho más menuda y delgada sentía esa calidad que emanaba de su hijo.

- ¿Están listos? - ella me regalo una sonrisa, no entendía cómo es que podía ser su madre

- Yo, sí, pero Ushijima sigue en el celular- le señale con la mirada a su hijo quién gritaba en su auricular en un inglés horrible

- Lo siento Tendo, normalmente mi madre le deja un asistente para eso, pero él quiso hacer este viaje, solo, contigo, y no quise llevarle la contraria

- Lo entiendo señora- ella frunció su nariz al escuchar el sustantivo señora, pero no dijo nada

- Apoya mucho a Wakatoshi-kun en su viaje de trabajo, ¿sí? – mi madre me aliso las mangas de la chaqueta de cuero que traía- no lo distraigas y espero te diviertas

- No le diga eso al niño, Sadashi- la madre de Ushijima salto al escuchar las palabras de mi madre- ellos la pasarán bien, le aseguro que lo menos que será Tendo, es distracción.

Después de despedidas y más vueltas, subimos al auto, con su madre al volante, Ushijima y yo nos sentamos en el asiento trasero, al instante él extendió una de sus grandes manos hasta ponerla en mi pierna, sentía el calor de su piel y la fuerza que este tenía, le sonreí suave, sabía que era lo que rondaba por su mente, pero no me iba a retractar, lo haríamos juntos todo lo que quisiera.

Era la primera vez que alguien me demostraba tanto amor y no iba a desperdiciarlo, porque mierda, claro que quería ese amor, lo necesitaba, era como un aliciente, medicina o bendición, cualquier cosa que fuera buena. Ese amor me hacía sentir bien, contento y embobado y no estaba en posición de negarme a nada que él me pidiera, así que aquí estaba a punto de subirme al maldito avión a lo que sabía que era suicidio social para mi Ushijima Wakatoshi.

El viaje fue corto, el grandote paso todo el tiempo tecleando furiosamente en su laptop así que yo me enfrasque en ver una película infantil de dragones y en ver por la ventana, cuando menos pensé ya debía abrocharme el cinturón para el aterrizaje, mire al grandote, estaba sonriente con esa sonrisa extraña que le salía de boca producto de no estar acostumbrado a hacerlo, se veía feliz, fuera lo que fuera que lo tenía estresado hacía un par de horas ya había pasado.

Por experiencia sabía que a Ushijima había que darle espacio cuando se estresaba, porque siempre que se calmaba volvía a mi como cachorro que se había salido de casa y volvía asustado, así que lo deje ser en todo lo que bajábamos del avión y nos daban las maletas, Ushijima me rodo los ojos al verme con dos maletas mientras él solo llevaba una y su mochila

- Eres un exagerado, monstruito- se acercó a darme un beso corto en la sien, yo mire alrededor nervioso, para nadie reparaba en dos chicos, la gente tenía cosas más importantes por hacer que estar viendo en nuestra dirección, así que me obligue a desaparecer mis sentimientos paranoicos.

MakutanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora