Capítulo 26

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Salimos del club, afuera hacía frío, mire la hora en mi teléfono, eran las 2:00 am, Ushijima parecía imperturbable por el frío, con sólo una chaqueta de mezclilla encima, camínanos por el estacionamiento hasta divisar el auto en el que habíamos llegado, en el auto de al lado un Iwaizumi totalmente despeinado intentaba alisarse la camisa de botones mientras sostenía una sonrisa de bobo, y al ver que nos acercábamos la borro de su rostro

- Iwaizumi- Ushijima se dirigió a él de nuevo, en ese saludo cordial, sus miradas se conectaron un momento, parecieron decirse algo, pero quizás fue mi imaginación

- Ushijima- la voz del moreno salió entrecortada, había sido obvio que él y Oikawa habían estado teniendo sexo en la parte trasera de su auto

- Dale mis saludos a Oikawa- al momento la puerta del otro extremo se abrió dejando ver a un Oikawa sonrojado e igual de despeinado que Iwaizumi

- Deberían peinarse, chicos, es obvio que estuvieron teniendo sexo en la parte trasera del auto- Ushijima se cubrió la boca para no burlarse e Iwaizumi se palmeó la frente

- Que observador eres Tendo-kun, ¿acaso no vas a hacer lo mismo tú? - el castaño llego al lado de su novio quién intentaba dejar su cabello en punta de una forma ordenada

- Tendo, vámonos- el grandote abrió el auto

- Acéptalo vaca enorme, a eso vas- Iwaizumi le tapó la boca con una de sus enormes manos para que no siguiera hablando, yo moví mis dedos en señal de saludo mientras entraba al auto, salimos del estacionamiento en silencio, y yo mire de reojo a Wakatoshi, llevaba una sonrisa casi imperceptible en su rostro.

- Lo siento si eso te incómodo, ellos son así

- No te disculpes, sólo son felices y eso no es para pedir disculpas, me gusta verlos- sus ojos oscuros me miraron con intensidad- es cierto, Iwaizumi es un amargado, todo le molesta, pero Oikawa lo hace feliz, lo hace reírse, sonrojarse y perder la cabeza, como en el reservado, ¿te fijaste?, Oikawa lo hizo perder la cordura a tal punto de que se lo llevo a su auto y le cobró hacerlo perder su calma, ese tipo de amor no es para sentir vergüenza, es para estar feliz.

Wakatoshi no dijo nada, se sumió en un silencio suave, me tomó la mano con fuerza y regreso al volante.

- Siempre me sorprendes, hay demasiadas cosas dentro de ti- yo le devolví la sonrisa suave

- Es porque soy un artista, tenemos luz por dentro- él sólo asintió y fijo su visto al frente, me deje embriagar por el olor de su perfume, por la tranquilidad de estar a su lado y sentirme bien, porque ya no quedaban dejes de duda en mi acerca de lo que sentía o de lo que quería con él, me sentía seguro.

Estacionamos frente a mi casa, la luz de la luna iluminaba todo como si fuera de día, estaba resplandeciente, observé como Wakatoshi se soltaba el cinturón, tomaba su teléfono y llaves dispuesto a abrirme la puerta, lo deje hacerlo, me gustaba esos detalles que tenía, me hacían revolotear de felicidad el corazón.

- Llegamos- me extendió la mano y yo se la tome, las luces de ambas casas estaban apagadas- te acompañare hasta la puerta- encendió la alarma del auto y camino en silencio a mi lado hasta la entrada de mi casa

- ¿Tienes entreno en unas horas o algo así? - subí el último escalón de mi casa, yo titiritaba del frío y él me acercó en un abrazo

- No, tengo día libre, ¿por qué? - respiré la tela de su chaqueta y lo apreté más a mi

- Quiero que te quedes conmigo ahora- no me atreví a verlo mientras se lo decía, sólo escuche como sus latidos se aceleraron

- ¿Estás seguro?, tus padres deben estar durmiendo, se molestarán- yo lo miré divertido, su cara de nada no me mostraba ninguna emoción y yo solo rodé los ojos

MakutanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora