VI

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Me quedé mucho tiempo mirando a la puerta. Tanto, que me dormí sobre la cama sin ni siquiera percatarme. Y así me sorprendió mi reflejo, frente a mí, echa un ovillo abrazada a una esquina de la colcha.

Por un momento, me ilusioné al ver un bulto en el suelo. Pensé que sería Arya, dormitando arrebujada en la alfombra, y luchando al abrir los ojos por subir a la cama.

Pero no. Era un montón de ropa.

- Arya... - le llamé. La esperanza casi infantil de verla a mi lado, mirándome y murmurando "ama", llamando a mi hermana, se esfumó en el silencio sepulcral de la habitación.

Salí de ella, con la libreta metida en el maletín de mi hermana. Me lo dejó ahí, y también me pidió que cuidara de Thalía. Lo haré, obviamente.

Aunque para hacerle rabiar no lo admitiera.

Aitana y yo somos distintas. Nuestros padres, Cosme y Belén, lo saben. En verdad toda Arancia lo sabe. Ella es demasiado buena. La mosquita muerta, como le llamo yo. En cambio, la pequeña Ocaña Morales, era combativa, luchadora y siempre con sed de venganza. Por mi carácter, nadie dudaría en que soy un lazo-verde si llevara la banda de otro color.

- Buenos días, pequeña – mi padre sonrió. Mi madre preparaba el desayuno, pero al oírme entrar, lo primero que hizo fue girarse. Y plantarme un beso en el flequillo.

- Hola, papis. ¿Dormisteis bien?

- Yo, pensando en tu hermana, dormí mal. Fatal, para que engañarnos... - mi madre se secó el sudor de la frente.

- Belén, por favor – mi padre se sentó a la mesa de nuevo – Aitana ya no es un bebé. Es fuerte, y lo sabes. Está con Amaia y Mireya, y ellas le ayudarán si necesita cualquier cosa. Llevan lazos verdes. Nadie se dará cuenta.

Mi madre seguía sin estar convencida.

"Si supieras la de veces que estuvo en Hundai sin lazo..." pensé.

- Y hablando de que ya no es un bebé, ¿dónde está Arya, Alba?

Me quedé en blanco por un segundo. Mi hermana mayor fue clara con respecto a eso. Nadie pero nadie podía saber mi sobrina se marchó a Hundai con ellas, porque eso era prácticamente una misión suicida para la pequeña.

- Está en el hospital. Aiti me dijo que se la llevó allá antes de partir. Porque Ricky se ofreció a cuidarla unos días. Eva estaba muy sola ahora que sus amigos cambiaron de colegio al del búnker derecho, así que se quedará en su casa por un tiempo...

"Espero que la traigas rápido, hermanita"

- Bueno, vale. Iré al hospital hoy entonces, a ver si las lleva...

- ¡No! – grité, levantándome y provocando que mis padres compusieran una mueca de sorpresa – esto... no, no vayas, voy yo. Aitana me dejó el maletín a mí, me dijo que así no te molestaba...

- Y las pruebas para los expedicionarios... ¿no te ibas a presentar? Son hoy y mañana, Alba. Les dije a los chicos que pararan la patrullas. Raoul se comprometió a ayudarte...

- Lo sé. Pero Aitana tiene razón, la salud de nuestros habitantes es más importante que mi felicidad. ¿No era ese el lema de los naranjas? ¿Los demás primero?

- Sí...

- Pues eso. Volveré a la noche, y dile a Raoul que lo siento.

- Se lo diré.

Con la tostada a medio acabar, subí a mi cuarto y metí en el maletín de Aitana la libreta naranja. Si me aburría entre tanto color blanco, siempre podía escribir.

Efecto Mariposa - OT 2017 - @beyourlaugh & @MunayGirl23Donde viven las historias. Descúbrelo ahora