Capítulo 17 | Las Presas y El Cazador

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-¿La señora J. O. Volkova? 

El recepcionista miró a Julia después de que ella firmase el registro

-¿Es usted la señora Volkova?

-Sí.

-Hay un mensaje para usted. 

Se dio la vuelta y lo sacó de una casilla

-Un telegrama.

-Gracias. 

Julia miró a Lena enarcando levemente las cejas antes de abrirlo. 

Lo leyó, frunciendo el ceño, y luego se volvió al recepcionista

-¿Dónde está el Hotel Stallinoff?

El recepcionista se lo explicó.

-Tengo que ir a recoger otro telegrama 

Le dijo Julia a Lena...

-¿Quieres esperar aquí hasta que vuelva?

-¿De quién es?

-De Tanya...

-De acuerdo. ¿Son malas noticias?

-No lo sabré hasta que lo lea 

Le dijo, todavía con el ceño fruncido

- Tanya sólo dice que en el otro hotel hay un telegrama para mí.

-¿Hago que suban las maletas?

-Bueno, mejor espera. El coche está aparcado.

-¿Y por qué no voy contigo?

-Claro, si quieres... Vamos andando. Sólo está a un par de manzanas de aquí.

Julia echó a andar deprisa.

Hacía un frío cortante.

Lena miró a su alrededor, a la ciudad de aire uniforme y ordenado.

Cuando el hotel ya estaba a la vista, Julia la miró de pronto y dijo:

-Probablemente Tanya ha tenido una idea luminosa y ha decidido reunirse con nosotras.

En el hotel, Lena compró un periódico mientras Julia iba a recepción.

Cuando Lena se volteó hacia ella, Julia acababa de leer el telegrama.

Tenía una expresión atónita.

Se acercó despacio hacia Lena y por la mente de ella cruzó la idea de que Tanya había muerto, y de que el segundo mensaje era de los padres de Tanya.

-¿Qué pasa?

Le preguntó Lena.

-Nada. Aún no lo sé.

Julia miró a su alrededor y golpeó el telegrama con los dedos

-Tengo que hacer una llamada. Serán unos minutos.

Miró el reloj. Eran la 1:45, el chico recepcionista dijo que podía comunicar con moscu en unos veinte minutos.

Mientras, Julia quería beber algo.

Encontraron un bar en el hotel.

-¿Qué pasa? ¿Está enferma Tanya?

-No... Luego te lo diré.

-¿Es Vika?

-¡No!

Julia se acabó el brandy.

Lena paseó por el vestíbulo mientras Julia estaba en la cabina telefónica.

Vio a Julia asentir despacio con la cabeza varias veces, la vio buscar torpemente fuego para encender un cigarrillo, pero cuando Lena pudo conseguie cerillos, Julia ya tenía y le hizo un gesto para que se alejara.

El Precio de la MúsicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora