Capítulo 2

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En la mañana, no fue precisamente mi alarma la que me hizo despertar, sino más bien, los gritos de guerra de Alcides.

— Devuélveme mi pan, asqueroso Muggle — le grita a un confundido Patrick.

— Ayúdame, Eros, no ha parado de gritarme "Muggle" desde hace media hora —me mira suplicante.

— Solo devuélvele su pan — digo frustrado y con cansancio.

— ¡Avada kedabra! — Alcides le lanza un cojín en la cara a Patrick.

— Me iré a dormir — doy la vuelta pero alguien me lanza un cojín y me hace caer.

— ¡Qué demonios Alcides! — le lanzo de vuelta el cojín pero fallo.

— Yo no fui — levanta los brazos en señal de inocencia y señala a Patrick.

— Nada de dormir, Eros, ambos tienen que ir a comprar cosas para la universalidad y comida para la semana, ¿entendido? — alterna la mirada entre ambos y nos señala amenazante con otro cojín.

— Si señor — hablamos como soldados y vamos a nuestras habitaciones.

Llego a mi habitación y tomo mis cosas de higiene personal, después entró al baño y tomo una corta ducha. Al salir, entra Alcides rápidamente y resbalando un poco, lo que me hace reír. Llego a mi cuarto y me visto, antes de que Patrick empiece a molestar...otra vez.
Cuando ambos estamos listos, salimos de la casa, pero nos topamos con nuestras vecinas en el pasillo.

— Hola, Alicia — la saludo y ella me sonríe.

— Hola, Eros, ella es mi amiga Odette — presenta a la pelinegra a su lado, la misma del día anterior.

— Y yo soy Alcides, aunque no me lo hayan preguntado — salta mi amigo metiéndose en la conversación. Ellas ríen y comparten una mirada algo sospechosa.

— ¿Tienes novia Alcides? — pregunta Odette.

— ¿No? Que chica tan directa — le dice con mucha confianza.

— Tenemos que irnos, fue placer conocerte Alcides — habla Odette, tirando del brazo de su amiga para llegar al elevador.

— ¡Adiós, Eros! — me grita Alicia antes de desaparecer por el elevador.

— Interesante, la rubia es linda — me da un codazo. Ya sé a dónde va esto.

— Ni lo pienses, no saldré con nuestra vecina — le digo y camino al elevador.

— ¿Por qué no? Hasta Patrick consideraría salir con alguna de nuestras vecinas — exclama con obviedad y yo le lanzo mi mirada de "Por favor, eso no es posible"

— Patrick, el chico sabelotodo, el que se comporta como todo un príncipe heredero de una mega fortuna, el que no nos deja decir groserías y fue educado a la antigua...¿ese Patrick?

— Esta bien, entiendo el punto, tal vez Patrick no saldría con alguna de nuestras vecinas, pero... ¿tú por qué no? — me mira frunciendo el ceño.

— ¿Y tú por qué no? — pregunto en respuesta cruzándome de brazos.

Suspira — Olvídalo Eros — el ascensor llega y entramos.

Llegamos al estacionamiento y subimos a mi auto. Él escoge la música, y es así como Panic! At The Disco nos acompaña hasta llegar al súper mercado. Una vez ahí, tomo un carrito y caminamos por los pasillos tomando lo que creemos necesario en la despensa.

— ¿Quieres unos tampones? — me pregunta Alcides coqueto.

— No gracias, llévale unos a Patrick — y así, pone la caja en el carrito.

La chica que le habla a la luna | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora