Capítulo 1

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El día era simple, caminaba a mi edificio sin pensar en nada más que en la escuela, que iniciará en una semana y estoy muy emocionado, la universidad es todo lo que un estudiante busca, con excelentes instalaciones y los horarios muy buenos.
Llego al edificio después de un rato, hambriento y esperando que alguno de mis amigos haya preparado algo para comer, comparto departamento con mis 2 mejores amigos, Patrick y Alcides. El edificio es del papá de Patrick, aunque lo maneja su hermano Sebastián.

— Buenos días, Luis — saludo al portero, un amable hombre de 40 años.

— Buenos días, Eros — me devuelve el saludo con una sonrisa — hay nuevas inquilinas en el departamento frente al suyo — me informa.

— Que interesante, luego les llevaré un pastel de bienvenida.

— Son lindas — agrega. Oh no.

— Ni lo pienses, no estoy...

— Interesado en una relación, lo sé, pero pensé que podría cambiar de opinión si las conociera — termina por mí.

Entro en el edificio y espero el elevador. Esto tardará un poco.
Volteo y veo a una chica rubia cargar dos cajas, una sobre otra. Se tambalea un poco, le ayudo a mantener el equilibrio y le quito una caja.

— Gracias — me sonríe.

— De nada — le devuelvo el gesto y el elevador llega. Ambos entramos — ¿a qué piso vas? — le pregunto.

— Al último — responde. ¿Qué?

— Eres la nueva inquilina, ¿cierto? — le cuestiono con una sonrisa.

— Así es — imita mi gesto.

— Seré tu vecino de enfrente, mi nombre es Eros — le extiendo una mano.

— Alicia — la toma — te llamas como el dios del amor, que genial — agrega.

El elevador se detiene y yo la acompaño hasta la puerta de su departamento.

— ¿Vives sola? — dejo la caja en el suelo.

— No, mis dos amigas viven aquí también — explica.

— Yo también vivo con mis dos amigos, que coincidencia — reímos.

— Ya era hora Alicia — una chica de cabello negro sale del departamento.

— Cálmate, Ody — la empuja hacia adentro — adiós, Eros, fue un placer conocerte.

— Igual, Alicia, te veo luego — camino a mi departamento y ella cierra la puerta.

Entro y lo primero que me encuentro es a un animado Alcides, bailando Barbie Girl en mitad de la sala con un cucharon como micrófono.

— ¡I'M A BARBIE GIRL, IN A BARBIE WORLD...LIFE IN PLASTIC IS FANTASTIC! — canta, o más bien grita a todo pulmón y con sentimiento.

— Hola, tonto — habló y se detiene.

— Hola, precioso, ¿trajiste algo de comer? — me guiña un ojo.

— ¿Qué no eres chef? — me burlo.

— Aun no, pero cuando lo sea te cocinare cosas muy ricas, tan ricas como yo...pero mientras tanto... ¡ALIMENTAME! — grita eufórico.

— Si claro, pediré una pizza — tomo mi teléfono y marco.

Son ya las 6 de la tarde y estamos sentados en la sala devorando la pizza mientras vemos My Little Pony. Lo sé, ridículo, pero él lo escogió. Alcides tiene 20 años y el espíritu de un niño, eso le había costado algunos amigos pero a mí me gusta que sea así, da un balance perfecto a nuestras vidas.

— Tengo hambre, ¿qué prepararon? — entra Patrick al departamento, deja su saco sobre el sillón y continua testeando.

— ¿Quieres pizza? — le ofrece Alcides.

— Quiero que cocinen algo a partir de mañana, no pueden estar comiendo solo pizza — nos regaña Patrick, ignorando nuestro ofrecimiento.

— De acuerdo, mamá — me burlo.

Pone los ojos en blanco y se va a su habitación. Nosotros nos disponemos a terminar la pizza y la serie. Pero por mi mente se cruza el recuerdo de Luis hablándome sobre las vecinas, no quiero una relación, eso está claro; pero cada vez que él ve a una chica linda y de mi edad entrar al edificio...me lo dice rápidamente, igual que mis amigos, creo que todos me quieren ver con novia pronto. Pero eso no es lo mío, no señor.

— Me iré a dormir — informo y me pongo de pie.

— Descansa, Eros — me dice Alcides desde el sofá, sin mirarme.

Camino hasta el baño, me lavo los dientes y la cara. Después voy a mi cuarto, el cual se encuentra al lado del balcón...es muy linda la vista. Me coloco mi pijama y procedo a abrir la ventana. Siempre duermo con mi pequeña ventana abierta...es una costumbre que tengo desde pequeño. Cuando mi padre llegaba borracho y se ponía a romper cosas y gritar estupideces, yo abría la ventana y dejaba que los ruidos de afuera llenaran mi habitación, de esa manera no tenía que escuchar a mi padre.

Me recuesto y casi inmediatamente caigo en un sueño profundo.

Escucho una voz desde afuera, miro mi reloj junto a mi cama... ¡las 3 de la mañana! ¿Pero qué rayos?
Doy vueltas a mi cama intentando conciliar el sueño, pero no paro de escuchar esa voz, suena a la de una chica, pero no la reconozco.
Por dios, no para. Cubro mi cabeza con la almohada, pero nada, aun se escucha.
Cansado, me pongo de pie, tomo mis zapatos y camino hasta la puerta principal del departamento. Paso por la cocina y veo a Patrick buscando algo en el refrigerador.

— ¿Qué haces despierto? — me cuestiona.

— ¿Qué haces tú despierto? — contraataco.

— Tenía sed, ¿y tú? — levanta una ceja.

— Hay alguien hablando en el techo y no me deja dormir — me quejo.

— ¿Por qué no sólo cierras la ventana? — me dice con obviedad.

— No me gusta, iré a ver de quien se trata — comienzo a caminar pero él me detiene.

— No lo hagas, ya es tarde y podría ser peligroso...lo checaremos mañana, ¿de acuerdo? — pide, sujetando mi brazo.

Lo pienso unos minutos, y creo que tiene razón. Como siempre.

Suspiro — está bien, tu ganas — me suelta y yo camino de regreso a mi cuarto.

— Descansa, Eros — sigue con su búsqueda de algún producto bebible.

— Igual, Patrick — respondo y cierro la puerta de mi cuarto.

Ya no se escucha la voz, ¡Al fin! Me tiro sobre mi cama y una vez más me duermo profundamente.

La chica que le habla a la luna | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora