Capítulo 3

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Mañana inician las clases y no he podido dormir bien porque cierta loca, de la cual desconozco su identidad, sigue hablando a las 3 de la madrugada en el techo. Pero hoy sabré al fin quien es, con ayuda de Alcides, claro.

— ¿A qué hora dices que iremos? — cuestiona mi rubio amigo.

— Alcides, ya te dije que a las 3 de la mañana...o a la hora que escuche su voz — le respondo por décimo sexta vez en lo que va del día.

— ¿Aún quieres saber quién habla en la noche? — Patrick se une a la conversación.

— ¡Si! ¿Tan difícil es entenderlo? — exclamo, alterado e irritado.

— Si — dicen los dos al mismo tiempo.

El día transcurre con normalidad, hoy ninguno salió del departamento por tener cosas que hacer por la universidad y así. Estoy muy emocionado, otros niños deseaban ser abogados, bomberos, policías al crecer, pero yo, yo quería ser abogado. Y además, iré a la misma universidad que mis 2 mejores amigos, aunque no compartamos la misma carrera.

Finalmente cae la noche, el momento ha llegado. Como siempre, la voz se escucha a las 3 de la mañana, así que Alcides toma una linterna y subimos al techo, no sin antes pasar por la mirada desaprobatoria de Patrick.

Llegamos a la puerta que da a la azotea, y la voz se escucha más clara. Se parece a...

— ¿Alicia? — Alcides abre la puerta y la nombrada voltea. Se asustó.

— Oh — suspira aliviada — ¿qué hacen aquí, chicos? Es tarde.

— Podría preguntarte lo mismo — hablo.

— Yo...solo estaba hablando — responde.

— ¿Con quién? — cuestiona Alcides.

— ¿Sola? — duda.

— Pues no me dejas dormir, ¿podrías dejar de hacerlo? — respondo enojado.

— No debería escucharse nada en tu departamento — contraataca.

— Pues si lo hace, deja de hablar con...ya en serio, ¿con quién estás hablando, Alicia? — miro a todos lados pero solo estamos nosotros tres.

— Yo hablo sola, Eros — responde tajante.

— Eso lo hacen mayormente los locos — digo con frustración.

— Ya me voy — responde muy enojada y baja las escaleras, de regreso a su departamento.

— Perdiste tu oportunidad, cretino — Alcides habla con voz de anciano. Ya no lo dejaré ver caricaturas.

— Como si hubiese tenido una — me callo de golpe al percatarme de lo que había dicho.

— ¡SI TE GUSTA! — exclama eufórico y corre de regreso al departamento. Oh no.

Corro detrás de él, pero ya es tarde. Veo como entra al cuarto de Patrick y comienza a contarle todo lo que pasó...recalcando cada una de las palabras de esa oración que se escapó de mi boca. Antes de que me molesten con sus tonterías de gente inmadura, entro en mi cuarto y cierro con seguro, me tiro en la cama y duermo profundamente.

***

— Deprisa viejo o llegaremos tarde — me apresura Patrick desde la puerta.

— ¡Ya voy! — le grito terminándome mi licuado.

Salgo corriendo del departamento, pero me detengo y miro la puerta de enfrente, tal vez si me perdí de una linda amistad. Después de 20 minutos llegamos a la universalidad.

La chica que le habla a la luna | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora