Eros.
No lo puedo creer.
Mi mente no daba crédito a lo que mis oídos habían escuchado y lo que mis ojos estaban viendo, Alicia se encontraba frente a mí y acababa de decirme que le gusto, y al parecer esta sobria.— Lamento mucho haberte ignorado tanto en estas semanas, en serio, perdón — habló una vez más.
Jugaba con sus manos, estaba nerviosa, podía notar como deseaba salir corriendo pero no lo hacía, ¿por qué?
— ¿No dirás nada? — su voz había cambiado, de nerviosa a decepcionada.
— ¿Ya comiste? — fue lo primero que pensé.
— Si, Odette y yo pedimos pizza — soltó una ligera pero audible risa.
— ¿Quieres venir? — me hice a un costado, dejándole un espacio en el muro a mi lado.
Indecisa comienza a avanzar, sus pasos eran torpes pero decididos y mantenía su cabeza baja, aparentemente incómoda ante mi constante mirada.
De un salto subió al muro y acomodo su chamarra.— ¿Cómo te sientes? — preguntó. Gire a verla, seguía mirando al piso.
— Se vuelve más sencillo conforme el tiempo pasa — le respondo, sé perfectamente que ella está al tanto del día que es, aunque quisiera saber quién se lo dijo.
— No siempre.
La miré, esta vez ella miraba la luna y, como era ya su costumbre, la veía con inmensa tristeza en sus ojos.
— No, todo depende de la persona.
— No entiendo, tú perdiste a tu mamá y yo a mi hermana menor, ¿cómo lo superas? — por primera vez me mira impaciente y esperando una respuesta.
— Cuando pierdes a alguien, no lo superas. Siempre vives con ese hueco en tu corazón, incompleto, pero con el paso del tiempo deja de doler su partida y solo te quedas con los buenos recuerdos, con lo bueno de esa persona y lo que pasaron juntos.
Al escuchar mis palabras, algo hizo clic en su mente, y las lágrimas comenzaron a bajar desde sus ojos, pasando por sus mejillas y desapareciendo en su mandíbula.
— Tenía 11 años cuando murió de cáncer y...yo la vi morir, Eros, pude ver como la vida que se le escapaba — sollozó.
La abrase fuertemente, conocía perfectamente esa sensación.
» Ella, siempre soñó con casarse, tener hijos y ser una famosa diseñadora de modas...había diseñado su propio vestido de bodas cuando solo tenía 9 años...luego vino el divorcio y todo se vino abajo — concluyó. Aun lloraba, sabía cuánto le dolía.
— Creo que esa es la razón, no lamentas mucho que tu hermana haya muerto, sino que lamentas todo lo que perdió...aún era muy joven, tenía sueños, tu lamentas que no haya podido cumplirlos.
— ¿Y qué es lo que tu lamentas? — me preguntó limpiando sus lágrimas.
Me quedé en silencio. En un momento alcé la vista y ahí estaba, ver el brillo de la luna fue como sentir la mirada llena de amor de mi madre.
Bajé del muro y recargue mi espalda en él, Alicia puso una mano en mi hombro y lo apretó suavemente, en señal de apoyo.— Lamento que el año que pasó lejos de mi padre, en libertad y paz, haya sido el último — un nudo se comenzó a formar en mi garganta.
— ¿Qué sucedió?
— Él era un ebrio, se gastaba la mitad de su sueldo en bares; llegaba a casa y siempre le gritaba a mi madre...abría la ventana de mi cuarto y dejaba que el ruido del exterior llenara la habitación y así no escuchar los gritos de mi padre.
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La chica que le habla a la luna | COMPLETA
Teen FictionEros es un chico de lo más normal con problemas en el pasado que inicia su primer año en la universidad. No quiere una novia, pero su nueva y linda vecina se lo complica un poco. Alicia llega a vivir a un edificio en la ciudad para poder continuar...