Capítulo 14

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Después del beso, a como pude, subí a Alicia a mi auto y la traje a mi departamento porque se negaba a entrar en el suyo. Se quedó dormida en el sofá y al final la lleve a mi cuarto y yo dormí en el sorprendentemente limpio, cuarto de Alcides.

Sonó mi alarma y me levante, debía preparar algo para la cruda que tendría Alicia. En el fondo, me sentía feliz por escuchar que ella sentía lo mismo que yo, pero por otro lado, temía que lo recordara y las cosas se pusieran extrañas entre nosotros.

— Nunca me había dolido tanto mi cabeza — se queja saliendo de mi cuarto y tirándose el sofá, aunque también se quejó — No debí hacer eso.

— Ten cuidado — le digo soltando una pequeña risa.

— Dime que tienes una solución — me mira suplicante mientras sostiene su cabeza.

— Claro que si — le doy el vaso con un líquido verde — Bébelo hasta el fondo y sin muecas — le indico sentándome a su lado.

Ella lo huele y hace una mueca de asco, intenta dejarlo en la mesa pero se lo devuelvo, con resignación, lo bebe y hace una cara rara cuando el líquido pasa por su garganta.

— ¿Qué tan mal estuve? — me pregunta tapando su rostro.

— No hiciste el ridículo, y eso es lo importante.

— Genial, porque en serio no recuerdo nada — suspira.

— ¿Nada? — siento como mi ánimo decae.

— No, bueno...hay algo pero... — mira al piso y luego a mi — Nah, no fue nada — dice finalmente.

Sin poderle responder, le sonrío y bebo mi café. Me siento mal de que no lo haya recordado, pero creo que así está mejor. En ese momento, entra Patrick al departamento y detrás de él llegan Odette, Alcides y Dana.

— Los de limpieza ya están en la casa y envíe a todos a sus casas en taxis — me dice Patrick, tomando un jugo de la nevera.

— ¿¡TAXI!? — exclama Alcides.

— No grites — se queja Alicia.

— Lo siento — se disculpa susurrando y vuelve a mirar a Patrick.

— Si, eso fue lo que dije — responde.

— Eso es caro — se queja. Tiene razón.

— Lo pagaron ellos, solo pagué el taxi de 4 personas — se excusa.

— Ustedes malgastan dinero a montones — comenta Dana.

— Ni como negártelo — susurro pero aun así todos me escuchan.

— Deberían trabajar, y así poder despilfarrar dinero a lo tonto pero con cargo de conciencia — nos dice Patrick.

— Es buena idea — digo. Llevamos casi 2 años viviendo aquí sin pagar nada, la comida la traía la mamá de Alcides durante los primeros meses y después nos mandaban dinero con el cual pagamos la comida y la universidad. Creo que si somos unos parásitos.

Un teléfono comenzó a sonar, era el de Alicia, ella se levantó rápidamente y fue por el a mi cuarto. Respondió y salió del departamento.

— ¿Cómo te fue? — me pregunta Odette con emoción.

— ¿De qué hablas?

— Duh, se quedaron solos y... ¿me dirás en serio que no pasó nada? — aclara Alcides.

— Pues no, no pasó nada — respondo y entro a mi cuarto.

Me tiro en mi cama con todo el cansancio del mundo. Esto no significa que dejaré de intentarlo con Alicia, solo significa que tomará su tiempo; como decía mi madre: "No porque algo haya salido mal al inicio, significa que terminará mal...todo a su tiempo"

— En serio me gustaría que la conocieras mamá, la amarías — hablo para mí mismo con la mirada en el techo.

Durante los próximos días, Alicia ya no se sentaba con nosotros en los descansos y se iba temprano a no sé dónde, sus amigas no sabían nada pero se le veía feliz. No paraba de pensar en lo que me dijo ese día y lo cerca que estuve de decirle lo mismo, pero ese beso fue...perfecto. Sé lo cursi que sonará pero, realmente sentí que todo se detuvo y solo fuéramos ella y yo, que estábamos destinados a estar juntos.

— Señor De Luca, ¿está poniéndome atención? — me llama el profesor, haciendo que salga de mis pensamientos.

— Realmente no profesor, lo siento — me disculpo y algunos ríen.

— Vaya a la oficina principal y solicite una falta en mi clase — me indica.

Sabiendo que perdería la discusión, me levanto de mi asiento y salgo del aula. Voy por los pasillos y finalmente salgo del edificio. Ya afuera, el frío aire me pega en la cara; el invierno está cerca y con ello mis alergias. Es un poco gracioso, Patrick es asmático, Alcides es alérgico al polen y yo al polvo; mis amigos y yo somos todos unos defectuosos, o al menos así nos llama la abuela Grace.

Entro al edificio central y voy directo a la oficina principal, llego y me paro frente a la secretaria.

— Hola, vengo por una falta — le digo a la señora tras el escritorio.

— ¿Maestro? — pregunta con tono amargo.

— Santana Lima — respondo.

— Espera ahí Eros — señala un sofá claramente incómodo.

Le agradezco y me siento donde me indico, saco mi teléfono y entro en Facebook.

Desgraciadamente, no tengo datos y tengo que recurrir a leer antiguas conversaciones y revisar mi galería. Veo algunos de los memes que me envió Odette esta mañana y fotografías de la fiesta de cumpleaños de Alcides; pero me detengo en una foto en específico, es una de Alicia durmiendo, se la tome cuando se quedó dormida en mi sofá. Sonrío automáticamente.

— ¿Enamorado joven De Luca? — me dice la secretaría. ¿Tanto se me nota? ¡Hasta la secretaría con miopía lo notó!

— Alguna vez fui joven Eros, y se lo que es estar enamorado — sonríe como si recordara algo del pasado — Solo espero que él o ella lo sepa — me dice finalmente.

— Ella — aclaro — ¿Por qué lo dice? — cuestiono con interés.

— Porque puede que sea muy tarde para decirle lo que sientes, cuando menos te des cuenta, ella estará sonriendo con alguien más y tú te quedaras solo, lamentando no haberle dicho que la amabas cuando aún había tiempo — me dice con la mirada pérdida y semblante triste.

Antes de responderle, escucho unas risas en el pasillo, es Alicia; miro la hora y me percato de que aún es temprano, me asomo y la veo con un chico de cabello negro. No puedo verlo bien debido a la distancia, pero la está viendo muy sonriente y ella a él. Al final se van y yo los sigo con la mirada hasta que salen del lugar.

No estoy celoso. No estoy celoso. No estoy celoso.

— Espero que no sea tarde para ti Eros — me dice la secretaria mirando hacia el mismo punto que yo.

No, no puede ser tarde.

La chica que le habla a la luna | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora