Capítulo 23

1.5K 134 21
                                        

La pequeña niña de seis años se encontraba sentada en las piernas de su tía esperando ansiosa a su padre.
Su vestido azul celeste y sus rizos sujetos en un listón la hacían ver muy tierna.

---¿Y mamá? -Preguntó desilusionada al ver solamente a su padre.

---Los doctores quieren ver la evolución y se quedara otro día en el hospital pequeña.

---¿Ella de verdad despertó? -Cuestionó temiendo la respuesta.

---Si, pero los doctores han decidido que tiene que dormir unos días mas.

---¿Más? -Alistair rio al escucharla quejarse– Han pasado tres meses -señaló su mano– ¿Entonces cuándo podré verla? -Preguntó nuevamente.

---En una semana sera posible.

La pequeña niña no podía con la emoción, se aferro a el cuello de su padre quien se limito a abrazarla.

---Te Amo Papá.

Alistair sonrió inmensamente, la extrañaba, extrañaba que lo llamara "papá".

---Y yo a ti mi pequeña, pero debo de irme, mamá no puede quedarse sola mucho tiempo, Lori cuidara de ti hoy.

---¿Irás con papá tia Vale? -la miró confundido.

---Así es cariño -beso su frente-- Adiós.

La pequeña hizo un ademán con su mano despidiendola, su nana la había cargado llevándola hasta el pórtico en donde se despidió de su padre y de su tía y finalmente los vio alejarse.

---Bien Élise ¿Qué haremos hoy? -Cuestionó entusiasmada-- Podemos ver películas, hornear galletas, ir a el parque ¿Qué te parece mejor?

---¿Conoces a Cate?

La mujer de ojos cafés pudo sentir su corazón detenerse al escuchar la inocente pregunta.

---Si, claro que sí.

---¿Podemos verla? -Preguntó emocionada.

---Si, creo que si.

Con la niña en brazos se dirigieron hasta la sala de cine en el piso subterráneo de la casa o como la pequeña lo llamaba "El piso de juegos".
Le sentó en una de los sillones color rojo y después de hacer unas cuantas llamadas regreso a su lado.

---No entiendo ¿Qué hacemos aquí? ¡Yo quiero ver a Cate! -la niña hizo un puchero.

---Y eso es lo que harás.

Fue en ese momento que la gran pantalla se iluminó, era ella, era Cate.
Después de saludarla amablemente Lori dejo a ambas solas, sabiendo que la mayor necesitaba un momento con su hija.

---Hola pequeña yo. -Saludo la más grande.

---Hola. -Respondió la pequeña tímidamente.

---¿Cómo has estado? ¿En donde esta tu padre? -Preguntó intrigada al ver a su nana ahí y no a el estadounidense de ojos verdes.

---Mamá esta en el hospital, ha estado dormida desde que mi hermanita nació, papá esta con ella y dice que es porque esta muy cansada, pero yo quiero que despierte ya.

---¿Y porqué has querido verme? -Mordió un poco de su chocolate.

---Nizz me habló de ti la ultima vez que la vi.

---¿A si? ¿Y qué te dijo?

---Que me llamaba así por ti ¿Tú y mamá son buenas amigas? -Pregunto inocente.

---Lo fuimos, sí.

---¡Tu ojos son iguales a los míos! -Exclamó entusiasmada y aplaudiendo.

---Es cierto, son muy lindos ¿no? -Cuestionó feliz de hablar con ella.

---No, los de mi madre son mas lindos, quiero tener sus ojos. -Respondió triste.

---Bueno si, los de tu madre son mas lindos que los nuestros, pero los tuyos son especiales.

---¿Porque especiales? Los ojos de mi abuelo y mis tíos son iguales a los míos.

---En eso estas equivocada pequeña mía, los nuestros son mas claros y por las noches son igual de intensos que las olas del mar.

---¿Cómo lo sabes? -Quizo saber mas.

---Tu madre me lo dijo una vez Cariño. -Respondió la actriz.

Los ojos de la niña adquirieron un brillo especial al escucharla hablar de su madre: ---Aunque mi cabello es un poco mas blanco que el tuyo.

---Como el de tu abuela.

---¿Conoces a Susie? -Cate la miró confundida.

---Si, ¿Has visto a tu hermanita ya? -Decidió que era momento de cambiar de tema.

---¡Si! -exclamó entusiasmada– ¡Tiene el cabello rojo como mamá! ¡Y ojos grandes color café! Es tan extraño... Pensé que serían verdes.

Cate rio levemente.

---¿Tu tienes hijos Cate?

---Si cielo, tengo cuatro. -Respondió enseñando su mano solo con cuatro dedos.

---¿Cuatro? -La pequeña hizo la misma seña.

---Sí, cuatro.

---¿Muchas niñas? -Cuestionó feliz.

---No, solo una cielo. -Contestó mordiendo su chocolate nuevamente-- ¿Te gusta el chocolate?

---¡Si! Pero Lori no me deja comer mucho.

---¿Qué te parecería si saliéramos a comer mucho chocolate?

---No lo se, Lori se enojaria y no me gusta que se enoje conmigo.

---Bueno, también podemos comer verduras.

---¿Ahora mismo? -Sus ojos se iluminaron.

---Quiza, pero lamentablemente no estoy cerca de ti.

La pequeña hizo un puchero al borde de las lágrimas, gestó que de inmediato alertó a la mayor.

---No, No, No Cariño, No llores. -Nego impotente.

---Quiero a mami. -Reclamó llorando mas fuerte.

---Hagamos algo ¿si? -la pequeña no dejaba de llorar-- Caty escuchame.

Pero los llantos solo incrementaron, detras de la puerta Lori se encontraba escuchando, la videollamada habia sido una pesima idea, le daría una última oportunidad a la rubia para calmar a la pequeña sino ella entraría.

---Bien Pequeña Caty escuchame, cierra los ojos ¿si? -la pequeña hizo caso cerrando sus ojos pero sin dejar de llorar-- Bien, ahora concentrate en mi voz.

Las lágrimas aun bajaban por las mejillas de la mas pequeña esperando a que Cate hablara.

¿Qué estaba haciendo?
Mas Grande fue su sorpresa al escuchar su calida voz cantando la canción que su madre le cantaba.

---As long as there's the two of us
We've got the world and all it's charms
And when the world is through with us
We've got each other's arms...

Cate pudo notar como sus lágrimas disminuían, como sus sollozos se hacían menos audibles y como poco a poco parecía quedarse dormida en aquella sala.

---Por favor, deja de crecer elefantito.

Forever MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora