Capítulo 28

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---¡Mamá!

---Oh mi pequeña Niña -se aferró a ella besando su cabeza-- cuanto creciste, mirate.

---Mami te extrañe.

---Yo a ti cielo.

---¿Has visto a mi hermanita? ¿Verdad que es linda? ¡Tiene tu cabello!

---Y los ojos de papá. -Ellea sonrió ampliamente.

---¿Se mueve mucho igual que cuando estaba en tu panza? -Preguntó incrédula.

---No, de hecho es muy tranquila. -Comentó sentandose en la alfombra-- Pero vamos a conversar de todo lo que me perdí ¿Qué tienes para contarme Cerebro?

---No he visto a papá por un tiempo, tía Atala dice que el ha ido lejos por su trabajo y que por eso Cate me cuida. -Sonrió-- He pensado que ya no querias verme porque ahora querias mas a Lana, pero Cate me ha dicho que no es eso, me ha enseñado a andar en bici y también a nadar mejor que antes ¡Hicimos pastel juntas!

Ellea fijo su mirada en la rubia detras de su hija que las miraba con una gran sonrisa.

---¡Hemos tenido una noche de chicas! También fuimos de compras y a la playa, a ella le gusta mucho al igual que a mi, vimos muchas películas y dice que soy una buena actriz.

---¿Ah si? -Preguntó deteniendola un momento.

---¡Si! -Afirmo feliz-- ¿Cierto Cate?

---¿Eso es cierto Cate?

---Si cariño. -Afirmo la rubia.

---¡Iré a Ginebra con todos! -Exclamó-- ¿Tambien iras?

---No cariño, de hecho, quiero hablar sobre eso contigo.

---¿Qué sucede? -La pequeña de ojos azules también se sentó en la alfombra.

---Iras a Ginebra y quiero que lo disfrutes mucho ¿si?, Lori va a acompañarte y es muy probable que vayas a tomar unas largas vacaciones allá.

Caty frunció el ceño..

—¡En una escuela especial muy hermosa! ¡Tiene un campo ecuestre! ¡Una gran alberca y cientos de libros para que puedas leer!

La mirada de Cate la cuestionó ¿A donde llevaban a su hija?

---¡Alto! -La mayor no pudo contenerse-- Cielo ¿Podrias ir con Lori por un vaso de agua para mi por favor?

---Si, no tardo. -La pequeña se levanto y salió de ahí corriendo.

---¿La vas a mandar a un internado? -Cate explotó contra la pelirroja.

Eso comenzaba a estar lejos de lo que ella había planeado para verla la primera vez.

---Es lo mejor para ella Cate.

---No, no lo es. -Negó rotundamente.

---Escucha, se que te has encariñado con ella, pero eso no te da derecho de cuestionar mis decisiones. -Recriminó la ojiverde.

—Ambas sabemos que no son tus decisiones. -Cate rio irónicamente.

—Cate, sigue siendo mi hija y amenos de que Alistair te haya enviado para hablar por él... No tienes derecho a opinar.

---¡Ellea ella es mi hija también! -Exclamó la rubia sintiendo como se quitaba un peso de la espalda-- Es mi hija también...

---¿Disculpa? -Una muy confundida Ellea pregunto-- Espera... Tú...

---Lana también es mi hija y los hijos que en un futuro Alistair y tu decidan tener también serán míos. -Continuó la mayor-- Todo esta tiempo los óvulos fecundados han sido míos.

---Oh No Cate ¿Ahora quieres quitarme a mis hijas?

---No Elle, escucha. -La tomo por ambos brazos-- Las quiero, las quiero sin siquiera conocerlas del todo y me preocupa todo lo que hagan con ellas.

Ellea la miraba incrédula.
¿A eso se debía su conexión?

---Mi padre opina que es lo mejor.

---No lo es Elle. -Se giro señalando la maleta sobre la cama-- Es su maleta, ya esta todos hecho y listo, pero no le hagas esto a nuestra hija.

¡Dios!
Que bien se escuchaba ese "nuestra", era lo que por varios años ella había soñado, pero aquel momento, aquel lugar y aquella situación estaban lejos de ser lo que en su momento ella había soñado.

Era tarde.

---Lo siento Cate, la decisión ya esta tomada.

Y sin decir mas, se alejo de ella y salió por la puerta en busca de su hija dejando a la mayor con el corazón roto.

Aquella noche, antes de que la pequeña saliera de la propiedad se aferro a ella como si su vida dependiera de ello, la beso incontables veces y le susurró a el oído que la amaba infinitamente.

Lamentablemente tuvo que subir a ese automóvil y partir de casa, fue ahí cuando se derrumbo y dejo que sus lagrimas salieran libremente.

---Cate yo...

---¡Cállate! ¡No quiero escucharte! -Le gritó desgarradoramente.

---No tenía opción.

---¡Claro que la tenías! ¡Pudiste haberles dicho que no! -Las sacudidas aumentaban-- ¡Pudiste negarte! ¡Eres su madre! ¡La única para opinar por ella! ¡Pero siempre serás tan manipulable! ¡Siempre dejaras que ellos manejen tu vida!

---Oh vamos Cate...

---No -La interrumpió acercandose peligrosamente a ella--, no deseo escuchar ninguna de tus excusas vanales, te odio Ellea.

Forever MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora