Capítulo 9

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Las reacciones ante el nacimiento de mi hija comenzaron a esparcirse tal y como se esparce un virus... Un virus que aun con el pasar de los meses no lograba ceder.

Probablemente el mayor escándalo no era su nacimiento, el escándalo era el haberse enterado que la mas pequeña de la dinastía Luthor habia tenido una bebé desde hace tres meses en secreto. Sin embargo, para los que eramos cercanos, sabíamos la verdad de aquella historia, y la verdad no debia de ser contada a nadie.

---Vas a ir a verla ¿no? Le dirás que también es tu hija ¿Cierto? -Nicole interrumpió mis pensamientos.

---Eso seria muy invasor ¿no lo crees? ¿tu qué pensarias si llego a tu casa un día y te digo de la nada que tu hija es mía tambien? -Me senté enfrente de ella.

---Bueno, en muchos casos yo...

---¿Qué pensarias? -Volví a Cuestionar. 

---Que has llegado para quitarmela... -Fue sincera.

---¿Tu porqué crees que con ella sería diferente? -Sus orbes azules se conectaron con los míos. 

Guardo silencio, no pudo formular ninguna respuesta, no habia respuesta para ello. Quiza ella sería diferente, pero su familia no y es que tratándose de ella todos la sobreprotegerian de ahora en adelante.

---Debo irme Cate, necesito llegar a casa para la cena ¿A qué hora regresan los niños? -Ella se levanto.

---Mañana por la tarde del campamento -Besé sus mejillas y la acompañe hasta la puerta-- Adios.

---Adios Cate. -Ella abordó el automovil y se fue..

Cerré la puerta soltando un suspiro.
Me vi en el espejo de aquel pasillo ¿Como era posible que acabará de tener un hija?, bueno, ella la habia engendrado y tenido en su vientre durante casi siete meses. Ella la habia tenido, yo no.

El timbre de la casa me desconcerto, abrí rapidamente encontrándome con las personas que menos esperaba encontrar en el pórtico de mi casa.

---¿Qué hacen aquí?

---Queremos Hablar. -El pelinegro Respondió. 

---¿Podemos pasar? -La pelirroja señaló el interior de la casa.

Abrí la puerta lo suficiente como para que ellos entraran y después caminé hasta el salón en donde ellos ya se encontraban tomando asiento.

---¿Puedo saber la causa de su repentina, muy extraña e innecesaria visita?

Era bien sabido que no había cordialidad entre los tres.

---Creo que lo apropiado es decir... ¡Felicidades! -Alí fingió un tono de felicidad--, acabas de ser mamá.

---Eso no aplica conmigo... Pero gracias, con cinco meses de retraso pero gracias. -Respondi con ironía.

---No puedes acercarte a ella y lo sabes ¿No? -Atala habló rápidamente.

---¿Quién me lo prohibe? ¿La Ley? ¿Un contrato de donación de Óvulos? ¿Ustedes?

---Mi hermana...

Aquellas palabras lograron desconcertarme ¿Sabia la ojiverde que era madre de su hija también?

---¿Disculpa? -Pregunté tratando de entender.

---Por ella no te acercaras, por ella y por el bien de la bebé no lo harás. 

---Ustedes no pueden venir a prohibirme esto ¿Saben cuantas veces me llamo pidiendo ayuda? ¿Cuantas veces logre tranquilizar a el bebé? ¿Saben acaso cuantas veces me necesitó porqué estaba sola? ¿Ustedes donde estaban?

---Trabajando y ganando dinero para ella -Atala fue directa--. Ellea es nuestra prioridad, ella nos importa y como sabemos que a ti también, te alejaras por su propio bien.

---Es totalmente injusto. -Musite.

---Mirate Cate, mira tu vida, es maravillosa. Seguramente no la dejaras por Ellea -Atala murmuró–... Finalmente nunca lo has hecho ¿O si?

No pude contestar, no podía era como si de pronto mi mente se hubiera quedado en blanco. Un papel en blanco.

---Lo imaginamos -Ambos se levantaron y caminaron hasta la salida-- Hasta luego Señora Blanchett.

Y se fueron.

Aquel dia llovió, escuchaba las gotas pegar fuertemente en las ventanas de mi cuarto para después resbalar con delicadeza.

Así como las lagrimas que esa noche permití salir.

.

—Oh dios... ¿Podríamos demandarlos?

Reí levemente ante lo que Nicole había dicho.

—Ni el dinero que juntamos entre las cuatro podría igualar el que ellos tienen. -Sarah murmuró.

—Bueno... Es imposible que Ellea este de su lado. -Nicole murmuró terminando de secar la vajilla.

—Bueno...

Entonces el sonido de una llamada entrante nos alarmó.

—¡Oh mira! ¡Hablando de ella! -Nicole mostró la pantalla de su teléfono– ¡Hola pequeña Cate! -Fue lo primero que Nicole dijo colocando el teléfono en altavoz para que todos pudiéramos escuchar a la bebé balbucear y soltar pequeños gritos--, Si yo también te extrañe mucho.

—Oh... Es tan tierna. -Sarah hablo en un susurro.

---Antes solías saludarme a mi primero -Ellea hablo riendo--, Hola hermosa madre .

Nicole viró los ojos tomando asiento frente a las tres y dejando el teléfono en la mesa.

---¡Oh Cierto! ¡Se me olvidaba que Existias! -Bromeó ella-- Hola hermosa hija.

Ambas soltaron una risa.

---¿Aún no se duerme y por eso me has llamado? -Esperó a que la pelirroja contestara del otro lado de la linea.

---Así es.

---¿Sabes? Antes llamabas para saber como estaba -Fue ella la que reclamo ahora- No es cierto, sabes que me encanta hablar con ella.

---Y a ella le gusta escucharte eso no lo dudes. -Completo la ojiverde del otro lado de la línea.

Sonreí levemente, sin embargo, las señas que tanto Sarah como Sandra le hicieron a Nicole me al armaron rápidamente.

---Aunque esta vez quiero probar algo diferente -Musito Nicole viendome  fijamente-- ¿Puedo?

—¡No! -reclame en un susurro.

---Claramente, confío en ti. -Ellea respondió del otro lado de la línea.

---Bien... -Nicole me acerco el aparato color plata– Habla ahorao te juro que en tu vida me vuelves a ver. -susurró.

Suspiré resignada tomando el teléfono que me ofrecía.

---Hola pequeña Cate -el corazón se me comprimio–... Espero que te acuerdes de mi voz...

Hubo un momento de silencio en la cocina antes de que sus pequeños gritos y balbuceos aumentarán haciéndonos sonreír.
Ella lo hacía.

¿Cómo Podria Olvidarla?

Estabamos tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo.

Forever MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora