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<< Tócame. >>

Para la gente normal, tocarse el uno al otro es una forma de comunicación no verbal que puede tener muchos, muchísimos significados que cada uno pueda crear dependiendo del contexto en el que se esté.

Si tocas la mano de alguien, en específico de tu mejor amiga porque ella está enojada y deprimida y tiene el corazón roto, tal vez pueda significar << lamento mucho haber arruinado tu noviazgo al hacer que te enamoraras de mí sin tener la mínima idea de ello >>, pero ese no era el mejor consuelo, ni siquiera si tratase de decir << lamento que tu perro haya muerto por un hueso de pollo >>. Demasiados significados para un simple gesto.

No le encontraba mucho sentido a la comunicación no verbal si no eres mudo, tal vez porque desde el comienzo fue la peor comunicación que tuvo en su vida. Un toque fuerte o  suave no hacían mucha diferencia para él, en el desagrado que le provocaba.

Hoseok detestaba ese método de comunicación. Simple.

Así que cuando Mel le dijo precisamente eso, << Tócame >> a pesar de que le gustaba como mejor amiga y tal vez novia, no le hizo mucha gracia. No quería tocarla, y tampoco aceptó que tratara de besarle para según ella << curar su enfermedad >>.

Hoseok no tenía ninguna maldita enfermedad, sólo era un efecto secundario de detestar que cruzaran la gruesa línea de su espacio personal y el establecido socialmente como abrazar a su madre adoptiva en navidad.

Él sólo odiaba que le tocaran.

<< Hemos vuelto al inicio, Hoseok >>

Su psicólogo Lee Kyung, un hombre cinco años mayor que él, había estado tratándolo desde los veinte y desde entonces ya había tenido diez parejas casuales y cinco oficiales. Ninguna duraba más de un año. Ninguna duraba más de dos besos y un intento de mamada.

No era que Hoseok odiara a las personas, es sólo que su cuerpo reaccionaba diferente y, aunque ya no le daban ataques de pánico cuando alguien lo abrazaba, seguía siendo desagradable tener sexo o que alguien le tocara demasiado tiempo.

<< Tal vez eres asexual >>

Namjoon, su mejor amigo desde que tenía doce años, sabía lo importante que era para Hoseok no ser tocado, porque años de amistad no habían hecho gran diferencia. Pero por lo menos habían sido menos desagradables las palmadas en la espalda o los abrazos cuando Namjoon se sentía demasiado solo.

Tal vez porque también vivía con él. Era inevitable no tener un acercamiento así una vez al año.

El punto era que Hoseok sabía que tenía un trauma y que todo empezó desde ahí. Tenía veintisiete años cumplidos y era bastante consciente de ello cuando todos a su alrededor tenían una maravillosa vida social a base de follar, tener bebés, follar, tener bebés y follar.

Hoseok sólo había follado una vez cuando estaba ebrio con una chica que le gustaba demasiado, cosa que ni siquiera recordaba bien, aunque había usado condón. Y fue cuando tenía veintitrés años. Ni siquiera pensaba en los bebés. Tal vez las hormonas habían explotado en ese entonces y habían sido más fuertes que su maldito trauma que se había vuelto un hábito imposible de cambiar.

Pero las cosas estaban cambiando. Y comenzó desde que rechazó a Mel.

Mel no le deja en paz. Desde los quince años. Y es que tenía que aceptar que también estaba algo enamorado de ella y algo celoso de su ahora ex novio.

No sabía qué hacer. No se creía capaz de tener una vida amorosa normal con Mel, la chica más romántica, activa sexualmente y cariñosa que había conocido nunca. Ni siquiera sabía porque seguían siendo amigos -sin contar a Namjoon-, pero lo eran.

Tócame. HOPEV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora