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Cuando abrió los ojos, inmediatamente se sintió deprimido.

La luz del sol que pasaba entre las cortinas acariciaba su rostro tan intensamente que no pudo seguir durmiendo. Suponía que serían las nueve de la mañana.

Tratando de mantener los ojos abiertos, se dio cuenta que en realidad, estaba siendo un poco dramático. 

Hoseok seguía durmiendo a su lado, totalmente ignorante del huracán que hacia estragos en su mente y en su pecho, como si algo estuviera oprimiendo su corazón. Aunque verlo dormir y sentir su calor lo tranquilizaba, en ese momento no era suficiente.

Cerró los ojos y, arrugando el entrecejo, hizo una forzosa lista mental de días horribles, empezando por el fallecimiento de su abuela. Los conflictos con sus padres, esa llamada del hospital diciendo que habían atropellado a Jihyun -no fue tan grave, pero sí se llevó el susto de su vida cuando era pequeño-. Cuando no ganó ningún lugar en los concursos de Arte que participó durante su primer año de universidad, haciéndole tener crisis existenciales todos los días. El primer rechazo por parte de un chico heterosexual que ya ni siquiera recordaba su nombre, pero sí el asco con el que lo miró. Podía seguir recordando días que lo habían marcado de alguna forma, pero no tenía sentido. Todos esos días habían servido para que experimentara la derrota, la desilusión, el abandono, la sensación de tener el corazón roto en pedazos para volver a ser reconstruido. No eran días que le gustase recordar, pero podía sacar cierto "positivismo" de ello.

Gracias a esos días terribles, ahora podría apreciar los días felices que tenía y que vendrían a futuro. Saber exactamente cuándo se está en presencia de un día feliz. Incluso un día calmo y aburrido podía ser un día feliz si hacía lo que él quería y estaba rodeado de las personas que amaba. 

Pero aún así, a su lista de días horribles se le agregaba este día en específico porque en veintitrés horas más, a las siete de la mañana, se iría de Seúl y estaba seguro que cuando se fuera, podría sentir por primera vez lo que era la abstinencia. La más terrible de todas, de eso estaba seguro.

La abstinencia a la calidez de Hoseok.

Sólo pensarlo le daban ganas de llorar como la vez en la que se planteó rechazar el viaje y Hoseok lo persuadió para que no lo hiciera.

Jimin podía llamarlo un dependiente emocional -y físico-, y desde esa perspectiva lo era; su mejor amigo siempre había vivido para sí mismo, para sus objetivos a futuro y para su independencia emocional. No solía perder los estribos como él y siempre era sonriente, la amabilidad en el brillo de sus ojos se la daba a quien fuera, pero nunca de forma profunda y tan duradera como lo es su amistad. Si alguien le hacía algún daño, entonces los ignoraba como si nunca hubieran existido y prefería no hacer un drama por ello. Jimin tenía esa luz en él que todos perseguían y amaban, no importa qué hiciera, porque de todas formas jamás haría algo malo. Si Jimin estuviera en su lugar, entonces no dudaría en terminar con Hoseok con buenos términos e irse a París sin extrañar a nadie tanto que fuera doloroso.

En cambio, él ya empezaba a extrañar los besos de Hoseok, aún cuando este estuviera a su lado desperezándose, abriendo los ojos lentamente, y su calor y el aroma de su esencia siguiera intacto. Taehyun sabía que no todo podía ser perfecto en la vida; si hubiera sabido que el profesor Jung, esa persona seria, un poco taciturna pero de una sonrisa hermosa que veía algunas veces por el pasillo o eventos de la universidad, se volvería alguien tan importante en su vida, más que un amor platónico, tal vez nunca se le hubiera ocurrido postular un año antes cuando pensaba que Seúl no le ofrecía los desafíos que él quería y también para olvidar a su estúpido ex.  

Trató de hacer una lista mental de las cosas buenas que le traería el irse a Francia por un año. Si lo pensaba, un año no parecía gran cosa y es hasta absurdo ponerse triste; pero al mirar a Hoseok se sentía como si un año fueran en realidad diez años y más. Después de todos los meses que han pasado juntos, aún sigue queriendo vivir con él cada día de su vida y eso lo hacía sentir tan patético y vulnerable, pero a la vez inmensamente feliz. 

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2021 ⏰

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Tócame. HOPEV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora