Hoseok despertó con la nariz fría, recordando en dónde estaba. Y los últimos tres días.
La habitación de invitados de la casa de los padres de Taehyung constaba de dos camas de plaza y media y él estaba ocupando la que estaba más lejos de la puerta, justo al lado de la ventana. Hacía frío, por lo que su nariz se había congelado al tenerla a la intemperie y todo su cuerpo metido bajo dos gruesas mantas y el cobertor. Al parecer, estaba empezando a nevar, porque la luz que entraba entre las cortinas era de un blanco grisáceo y la ventana se había empañado con el calor dentro de la habitación.
Su calor y el de alguien más.
Mirando sobre su hombro, estuvo seguro que el escultor abrazándolo por la espalda era una de las vivencias y sensaciones más cálidas y adictivas que él había tenido la suerte de conocer. Se suponía que el escultor dormiría en la habitación de su adolescencia y no en la de invitados con él, pero eso sólo ocurrió el primer día de quedarse en la casa.Sus brazos envolviéndolo por completo, incluso el pesado muslo apretándole el costado de la cadera; a veces solía ser molesto, pero en tiempos fríos como aquel se sentía totalmente acogedor. Le gustaba que la nariz de Taehyung rozara su nuca, su respiración acompasada y tibia.
Aunque a veces le daba cosquillas, era algo tenebroso y adorable darse la vuelta y ver que el escultor cuando dormía profundamente, solía tener los ojos casi abiertos mientras tenía la boca entreabierta y babeaba.
Era gracioso, más aún cuando él trataba de despertarlo y empezaba a molestarlo, subiendo su párpado con el pulgar, o tratando de meter el dedo índice en su nariz.
Con Taehyung se sentía como un mocoso y se sentía bien serlo cuando las risas eran lo único que los envolvía.
A veces solía sentir la nostalgia tintando su pecho, porque había olvidado que alguna vez había sido un niño. Había preferido olvidar gran parte de su niñez, y a veces sentía que había renacido cuando mamá Yu lo había adoptado. Ella le prometió una nueva vida, aunque años después pudo verdaderamente comprender todo lo que eso significaba y aceptarlo con la ayuda de los que fueron sus psicólogos y su familia, porque en sueños los primeros años de su vida seguían frescos como una herida reciente que sangraba en los peores momentos.
Casi parecía un sueño o una pesadilla toda su vida antes de Taehyung, la monotonía pudriendo sus días como una plaga.
Había pasado por tantos momentos, tantas lágrimas, risas, tantas desilusiones, tanto vacío y tantos días, noches, horas... sólo para llegar a ese momento en el que se daba la vuelta y lo veía a él, sonreír, llamándolo por su nombre y eso era todo a lo que se reducía, siendo todo lo que le importaba y amaba.
Él.
Lo amaba.
Una frase tan poderosa y que aún no podía entender del todo. Lo amaba cada vez que descubría más cosas que conformaban su existencia y era total e inefablemente perfecto que le daban unas ganas tontas de llorar porque no quería perderlo. Ya no podía esquivar los pensamientos malditamente románticos que tenía cada vez que lo veía a su lado.
Taehyung.
El insoportable y encantador Taehyung, raro y gracioso; valiente, amable, sensible y tan empalagoso como impaciente. Y era mucho más que simples palabras.
Kim Taehyung.
Su Taehyung.Lo miraba y quería ser parte de él, respirar a su lado, crear un futuro para ambos en el que no habrían más pesadillas o soledad.
Pocas veces necesitaba la soledad cuando tenía a Taehyung e incluso cuando necesitaba un tiempo, también lo quería a él. Cada día se volvía contradictoriamente cruel amarlo tanto. Ya no quería necesitarlo, y tenía claro que eso no era lo único que sentía por él. Le gustaba pensar que lo necesitaba para saber que podía amar a alguien de esa forma en la que nunca había amado. Por eso cada día se volvía más claro que lo amaba de la única forma en la que sabía que podía amar, pedazo a pedazo, dándole lo que podía de él mismo en la más profunda oscuridad.
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Tócame. HOPEV.
FanfictionKim Taehyung era un adicto al tacto, a tocar y a que le tocaran. Jung Hoseok, para nada. Ó Donde un escultor tiene una obsesión por un profesor de literatura con un poco de Hafefobia (miedo al contacto físico). + Portada hecha por la hermosa, precio...