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Tal vez por su poca capacidad para ser considerado o más empatico, puso hasta el máximo el volumen de los parlantes de música, haciendo sonar "Alive Young" de Fling por todo el pequeño departamento y se desvistió hasta quedarse sólo en calzoncillos. Ese día estaba enojado, precisamente porque el perfecto Jung Hoseok le había rechazado por sexta vez seguida y Jimin se había rehusado darle un abrazo de cinco minutos porque tenía que ir a dar su clase.

Prometiendo no hacer ningún boceto más de él -porque de verdad tenía muchos-, sacó los botes de pintura que había comprado el día de ayer y la brocha nueva para pintar la horrible pared de la sala, que era un detestable color blanco hueso, detrás de donde estaba el sillón. Ni siquiera tenía cuadros para decorar esa parte de la sala como sus otras paredes, así que había decidido pintarlo. Había puesto sábanas encima de los pocos muebles que tenía y periódico en el piso, para luego sacar uno de sus cuadernos y decidido a traspasar uno de los bocetos que había hecho en su cuaderno a la pared.

En su boceto era un tipo de pintura postimpresionismo parecido a las obras de Van Gogh, su pintor favorito. En él podía verse el patio trasero de la casa de su abuela, quien por cierto extrañaba demasiado desde que falleció hace dos años atrás. Era la madre de su padre y Taehyung está seguro que por ella su padre era tan cariñoso. Y él era tan cariñoso. Después de todo la culpa no la tenía nadie, debía aceptarlo.

Tal vez la culpa era del mundo a su alrededor, por volverlo quien era.

Ya llevaba unas diez veces repitiendo la canción desde que empezó a pintar, porque era una de las que últimamente había escuchado por casualidad cuando fue a la tienda de conveniencia de la esquina de su nuevo departamento. La había puesto tan alto que apenas podía pensar, cantando a todo pulmón y moviéndose al ritmo de la canción perezosamente, amarrando su cabello en una coleta porque lo tenía bastante largo, tanto que rozaba su mandíbula. La gente solía decirle que tenía que cortárselo, porque suelto parecía una mujer, pero sinceramente le daba igual. Tal vez luego se lo dejaría con mullet, pero aún pensaba en ello.

Ya llevaba la mitad de la pared pintada, había saltado tanto mientras cantaba las canciones de su repertorio, que se encontraba todo sudado y manchado como si un unicornio le hubiera vomitado un arcoiris encima. "Alive Young" volvió a sonar y cuando Taehyung iba a por un vaso de agua a la cocina, escucho por sobre la música los golpes estruendosos a su puerta.

Fue hasta ella y, sin siquiera ponerse una camiseta, la abrió.

- ¡Apaga la puta música sino quieres que te...!

Fue lo que grito Jung Hoseok, callándose al instante cuando sus ojos se encontraron.

<< ¿Qué hace el perfecto Jung Hoseok frente a mi puerta, con la boca entreabierta mientras me mira de arriba hacia abajo y viceversa? >>

Taehyung no podía creer que ese chico se hubiera materializado frente a él, si ya había soñado tantas veces con su presencia, ¿Por qué ahora aparecía?

- Así que tú eres el idiota que pone la música a todo volumen a las doce de la maldita noche.

Taehyung abrió los ojos sorprendido ante lo tosco que había sonado Hoseok, quien lucía el cabello desordenado, short cortos mostrando sus musculosas piernas, una camiseta negra de manga corta y sandalias. Demasiado hogareño. Taehyung estaba embelesado, aún cuando el contrario lucía tan furioso.

- Y-yo... ¿Qué haces aquí?

- Vine a exigir que bajaras la maldita música, todo el edificio trata de dormir.

- Espera -lo detuvo Taehyung, pestañeando repetidamente mientras se apoyaba en el marco de la puerta, inadvertido totalmente de que Hoseok tensaba la mandíbula, evitando mirar su desnudez- Quiero asegurarme de que no estoy alucinando por inhalar el aroma a pintura, porque no he abierto las ventanas y...

Tócame. HOPEV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora