Parte 10

1.3K 121 2
                                    

El resto del día transcurrió en una tensa calma, o al menos eso era lo que Alina sentía, ya que podía distinguir el gran esfuerzo de ambos jóvenes por no incomodar el ambiente familiar que se instaló esa mañana con la visita de Travis, ­su segundo hijo y el favorito suyo, quizá por ser tan revoltoso desde pequeño, este residía en Francia luego de haber regresado de una larga temporada en Quebec.

Fueron casi dos años los que vivió lejos del resto de su familia y también para ella resultaron ser los días más desoladores de su existencia, al verlo sufrir por un desamor, no poder ayudarle fue una verdadera tortura, ya que como madre no pudo evitar sentir su dolor como propio y ahora toda esa locura desatada un tiempo atrás.
Por lo que era increíble tenerlos a todos reunidos allí, incluso a Xavi, quien desde siempre fue uno más de su familia.

Pero ahora otro tema ocupaba su mente - Más allá del inusual matrimonio de Santos con Abril Johnson - sus hijos se hicieron grandes y como tales, cometieron errores que ahora les pasaban factura, sólo rogaba a lo más sagrado porque su pequeña Victoria no saliera lastimada también.

Temía que ese enamoramiento que sentía por el mejor amigo de Travis terminase mal, y es que desde que lo vio por primera vez, hacía más de diez años no pudo sacarlo de su mente - Pese a su corta edad había quedado prendada de él quien en esa época era todo risas y juegos, contrario a su realidad actual - la amistad con su hijo inició cuando este tenía doce años y aquel chiquillo escasos diez; no obstante, gracias al deporte lograron enlazar una amistad fuerte y duradera en el tiempo.

Actualmente la misma se veía fortalecida mucho más - Pese a una separación de dos años - el tiempo y la vida les llevó a cada uno por rumbos distintos que luego se entrecruzaron nuevamente, por un lado Travis luchaba por pagar sus culpas y olvidar un amor lejos de fronteras conocidas, mientras Xavi a kilómetros de distancia peleaba una cruzada por la vida, que perdió parcialmente.

Actualmente ambos sentimientos de amor, lealtad y sacrificio, se resumían en el pequeño que sostenía en sus brazos: Dean, la luz de sus ojos y al mismo tiempo el mejor regalo que la vida le había dado.

Volvió a centrarse en la realidad y lanzó una mirada hacia la piscina, donde jugaban los tres apuestos caballeros y su hija.

- Parece preocupada Alina ¿Puedo ayudarla en algo? - Preguntó Abril, quien se encontraba sentada a su lado en la terraza cercana a la piscina.

La mujer sonrió y negó con la cabeza. - Descuida Abril no es nada, es sólo que, cuando menos lo crees te das cuenta del paso del tiempo y no puedes protegerlos del dolor como lo hacías en sus primeros años - Dijo señalando a sus hijos y al amigo de estos.

Abril siguió el curso de su mirada y se perdió por algunos instantes en el paisaje refrescante que mostraban aquellos jóvenes en la piscina, lucían despreocupados y felices, no entendía a qué se referiría Alina exactamente.

- La vida se va muy rápido, o al menos es lo que siempre dijo nana - respondió la joven volviendo la vista en aquella dirección y deteniéndose en aquel personaje particular, que parecía más joven gritando y haciendo una que otra trampa en el juego, mientras Victoria pretendía sin éxito hacerse notar como mujer a sus ojos.

- Así es - Asintió Alina conforme a esas palabras - es muy difícil evitar que crezcan, pero al final vale la pena verlos vivir y lograr sus propios sueños - Pronunció con una sonrisa - pronto será tu turno y sabrás de que te hablo, no querrás verlo crecer y enfrentarse al mundo solo, pero será inevitable.

Abril perdió su vista en el horizonte y suspiró con desanimo, presa de muchas sensaciones inevitables dada su condición.

- Aún no logro hacerme a la idea, si le soy sincera - Confesó con voz queda - si bien soy consciente de que crece en mi vientre y desde ya se está haciendo notar... No logro sentirlo mío, haber deseado su existencia, o más bien, sentir que formé parte en la misma ¿Entiende lo que quiero decir? - Preguntó con ansiedad.

Alina asintió conforme a sus palabras, era algo normal en su condición y al menos no rechazaba al bebé como muchas habrían hecho.

- No es fácil pasar por lo que estás viviendo, es algo casi ilógico - Añadió con cautela - pero tampoco podemos olvidar que no siempre tenemos el control de las cosas, ya que es algo que se sale de nuestro dominio. Pero lo que sí podemos hacer para ya sea olvidar una situación compleja o en tu caso, aceptar un nuevo rumbo en tu vida, son actos simbólicos que nos ayuden a sentir que somos parte esencial de estos; porque lo eres, sin ti, ese pequeño ser que crece en tu vientre no sería nada, pero para ello debes estar en paz contigo misma y con la vida. Solo mira este ejemplo - Dijo señalando al pequeño que sostenía en sus brazos - fueron muchas las personas que lucharon para lograr que su vida fuese posible, no imaginas cuantos sacrificios enfrentó su madre para verlo vivir... Pero nada ni nadie, pudo lograr que contemplase el fruto de su sacrificio, porque lo único irrevocable es la muerte.

-Lo sé y quiero poner todo de mi parte para que mi bebé tenga toda la seguridad necesaria, una familia que lo ame y consienta como a este pequeño - Señaló Abril, tocando las mejillas sonrosadas de un bebé de diez meses, el cual gozaba de ser el centro de atención de todos.

- Me alegra escucharlo, no sabes cuánto - Confesó Alina con satisfacción - ya es momento de que tomes las riendas de tu vida y marques el camino a seguir, solo así sabrás a qué puerto quieres llegar.

Abril quedó fascinada con la coquetería y efusividad del pequeño Dean mostraba para con todo el mundo, tan solo llevaba horas de conocerlo y podía jurar le adoraba con toda su alma.

-Tiene algo de cierto modelo - Mencionó después de algunos minutos en silencio - ¿Está segura de que no son más de lo que dicen? Porque es bastante coqueto y seductor, el condenado - dijo con una sonrisa y siguió consintiendo a un risueño Dean, quien no se hacía de rogar a la hora de ser el centro de atenciones.

Su suegra negó con la cabeza y observó a sus hijos con gesto ausente, luego enfocó nuevamente a Abril.

- En eso te equivocas querida, esa coquetería que notas es herencia de Travis, has debido conocerlo de pequeño... ¿Sabes? Me lo recuerda tanto que diría que regresó en el tiempo.
Por su parte, Xavi es el joven menos mujeriego que conozco, debo confesar que lo es en menor grado que mis propios hijos; si bien es coqueto por naturaleza y eso nadie puede ponerlo en duda, no es un mal hombre, contrario a lo que muchos afirman, pero el pobre es juzgado por su físico y bueno, la profesión que tiene suele ponerlo en el ojo del huracán.

Cambié Tu Destino  (Próximamente Retirada) (3° Libro De Saga Destino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora