Parte 18

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Cada minuto trascurrido era un auténtico suplicio para Santos y después de dos horas desde que su mujer ingresara a aquel estudio la preocupación empezó a hacer mella en su sistema, y la ansiedad embargaba a escalas inimaginables, entraría – decidió – que más daba todo, ya no podría soportar un segundo más de aquella tortura. ¿Qué tanto tenían que hablar ese par? ¿Sería capaz de convencer a Abril de abandonarlo a la primera? ¿Acaso no le demostró que lo quería, cuando se mostró celosa de Ximena? ¡Ahhj! Estaba a punto de cometer una locura, como entrar a la fuerza para tomar a su mujer e hijo en brazos y ocultarlos en el fin del mundo de ser necesario; muy poco le importaba que su familia lo tachara de cavernícola, cuando por defender su familia se trataba era incluso más territorial que una fiera, lo único que tenía claro era que no los pensaba perder, antes muerto y por desgracia él nunca mentía.

Los rostros de circunstancias de su padre y Victoria demostraban que no eran el único que sufriría una pérdida en caso de que Abril decidiera abandonarle; pero a diferencia de Santos, su hermana conservaba la esperanza de que su amiga no la decepcionaría, que amaba a Santos por encima de todo. Pero ahora lo más importante era hacerlo entrar en razón, él podía llegar a ser bastante inseguro cuando de sentimientos se trataba y podía obviar detalles importantes como el brillo en los ojos de Abril cuando lo tenía cerca o que todo parecía girar en su derredor desde hacía varias semanas, por lo que era muy probable que lo eligiera por encima de su propio padre.

- ¡Basta Santos! Si continúas dado vueltas por la alfombra, mamá te hará comprar una nueva ¡si ya tiene agujeros! – dramatizó Victoria. Santos volvió su vista hacia su hermanita y la fulminó con la mirada, no estaba para sus bromas, no cuando su futuro de gestaba en un estudio donde él no tenía permitido ingresar.

- Déjame en paz enana, - reviró ofuscado por toda la situación.

-¡Padre! Santos lo volvió a decir, así nadie me respetará - se quejó victoria, molesta al ser tratada como una bebé.

Joe suspiró esta vez sin esconder la tensión reinante en el ambiente, comprendía perfectamente a su hijo y el temor de que alejaran a su mujer de su lado; pero tampoco podía tomar todo tan a pecho, debía confiar en el amor que Abril sentía por él, el cual era innegable.

- Ustedes dos, basta con eso – intercedió el padre - en cuanto a ti, debes tomar las cosas con calma y Victoria por favor, si no quieres parecer una bebé ¡Deja de quejarte como una cría! - pronunció zanjando de una vez el asunto.

En ese preciso momento se abrió la puerta del estudio dando paso a Gastón Johnson y a su hija, quien tenía marcado en su rostro las señales de lágrimas derramadas a lo largo de la charla, mientras que su padre parecía bastante pensativo. Santos no perdió tiempo en acercarse hasta ella para consentirla y lograr calmar un poco la inquietud que reconocía en sus facciones.

- Pequeña, no llores – susurró mientras limpiaba sus mejillas casi con adoración - no debes alterarte ¿Recuerdas? Le hace daño al bebé - finalizó dándole un beso en la frente.

Un gesto que captó la atención de Gastón quien estaba admirado del grado de intimidad que logró identificar en la pareja, claro que si ese joven pretendía conservar a su hija consigo aún debía demostrar su amor y para ello faltaba la prueba final, luego de la cual podría ganarse su aprobación para formar parte de su familia.

- No la toques muchacho – musitó con voz severa, retando a Santos a enfrentarlo nuevamente - ¡Es mi hija y puede llorar cuantas veces le plazca! – espetó con desdén.

Santos ni siquiera se detuvo a analizar aquel argumento irracional y en cambio dirigió su vista de manera furiosa hacia su suegro. - Está embarazada – enfatizó, resguardando el vientre de Abril con la palma de su mano - y no debe tener emociones fuertes que podrían afectar al bebé - decretó con posesividad.

Cambié Tu Destino  (Próximamente Retirada) (3° Libro De Saga Destino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora