Parte 14

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Los días subsiguientes a aquella noche fueron relativamente normales. Por decisión de Abril esta regresó a su antigua habitación alegando que de esa manera se sentiría más cómoda, ya que le resultaba un incordio el hecho de enfrentar la nueva realidad abruptamente, después haber protagonizado todo un escándalo en sus primeros días.
Santos por su parte, deseaba hacerla sentir lo mejor posible en su compañía por lo que no tuvo más opción que respetar sus deseos; aunque no podía decir a ciencia cierta si ella aún conservaba un poco de temor hacía su persona o si tan solo lo había utilizado para un fin – del que obviamente participo activamente, a todas estas – el caso era que anhelaba poder hacer las cosas lo mejor posible y de esa manera lograr el equilibrio perfecto, para asombro de su familia y el personal del servicio.

La constante en la pareja era poner todo de su parte para sacar a flote su reciente y peculiar matrimonio, para de esta forma poder reivindicarse con la vida y solo así poder ser felices. Ellos serían sus hombres favoritos - el bebé junto a Santos, se decía a sí misma - porque tenía la corazonada de que el bebé sería barón, como el padre parecía añorar al hablarle maravillas de su pequeño sobrino.

Abril quería ganarse su confianza, lograr que él la viese con otros ojos y que la quisiera aunque fuese un poco; él era un buen hombre y eso lo pudo comprobar aquella noche, en la manera como cuido de ella y cómo desde ese momento se desvivía por hacerla sentir cómoda en casa, en integrarla a todos sus planes como las noches de películas con Victoria, aunque terminara rendida en sus brazos quizás por el embarazo, ya que últimamente dormía mucho más que antes. Victoria, su cuñada parecía flotar en las nubes ante la afinidad creciente entre la pareja, fue solo ver que Abril intentaba solucionar todos sus problemas con Santos y se la ganó en el paquete.
Pasaban el día juntas y salían de compras – Debido a que su ropa empezó a quedarse algo angosta - iban al salón de belleza o pasaban la mañana tomando un poco del sol que pudieran mientras durase el verano; básicamente se hicieron inseparables y eso era de esperarse, ya que ambas compartían gustos y uno que otro capricho que Santos parecía de lo más feliz en cumplir.

Para esa mañana habían acordado pasar un día de piscina; sin embargo, para Abril las mañanas empezaban con bastante diferencia a lo que ocurría en otros miembros de la familia, ella como era de esperarse despertó más tarde de lo acordado y es que simplemente parecía imposible despertar antes de diez de la mañana.

¡Se había vuelto una perezosa! -Bueno, quizás solo un poquito más de lo normal, pensó divertida - mientras descendía las escaleras hacia el lugar de encuentro – Ya que a veces solía realizar una visita esporádica a la recamara de su esposo donde solía encontrar de manera casual diversos antojos que aparecían de la nada, como si fuesen anzuelos dispuestos para arrastrarla lo más cerca posible a Santos durante las noches – dispuesta a unirse a la diversión, algo inusual en la mansión llamó su atención, esa voz no era conocida ¡No señor! ¿Quién sería esa mujer? Al menos un par de segundos le duró la duda y al presenciar tal panorama su mundo de color rosa se desplomó ante sus ojos, con la respuesta a sus preguntas...

¡Imposible! Eso no podía estar sucediendo, no ante sus propios ojos. Se sintió estúpida, mientras contemplaba el panorama que se desarrollaba ante sus propios ojos, allí en la piscina a una peli teñida – Bastante sexy, debía admitir - se restregaba al cuerpo de Santos y éste no parecía desear quitársela de encima. Cientos de pensamientos sombríos llovieron a su cabeza, aquello era normal – Se dijo a sí misma, recordando las palabras de Alina sobre la fidelidad de sus hijos. Bueno, más bien de Travis, pero ¿Acaso no eran hermanos, hijos de los mismos padres? - él tenía una vida activa mucho antes de que su madre llegara a interrumpir su rutina y quizás fuera feliz con esa típica reina de belleza y ella en cambio tan solo era una intrusa, que además estaba gorda... ¡Si ya no le quedaba su vestido de baño! Empezó a faltarle el aire a medida que se hacía ideas erróneas en la cabeza, ella no era nadie para Santos, no, no...

-¿Abril? – La llamó Victoria, quien apareció por detrás de ella. Pero al ver el estado de shock en que se encontraba siguió rápidamente su mirada y quiso matar a esa estúpida mujerzuela ¡Maldita fuera! ¿Qué diablos hacia la infeliz de Ximena allí? Y por otro lado ¿Quién demonios la dejó pasar siquiera de la puerta? – Nena aguarda un poco, no vayas por allí, que nada es lo que seguramente estás pensando es cierto, esa mujer no es bienvenida en esta casa ¿Abril? ¡Dios! ¡No puede ser! ¡Ayuda, que alguien me ayude! - Empezó a gritar, mientras su cuñada se desvanecía en ese mismo momento y de no ser la rápida acción de su padre, quien apareció detrás de ella sosteniéndola por la espalda esta habría sufrido una buena caída, nada favorable en su situación.

Santos logró sacarse muy tarde las garras de Ximena de encima y justo cuando pretendía mandarla de patitas a la calle, escuchó el grito de Victoria quien pedía ayuda. No podía creer su mala suerte ¿Acaso la invocó mentalmente que apareció nuevamente en su camino? Y en el momento menos indicado, precisamente cuando estaba rehaciendo su vida con una buena mujer y que estaban a la espera de tener un bebé. Avanzó rápidamente hacia la casa, donde su padre sostenía a una Abril inconsciente llevándola hasta su habitación para atenderla. Lo bueno de todo era que podía añadir un adjetivo más a su lista respecto a su mujercita, Abril no sólo era consentida y caprichosa, sino también posesiva y sí, Celosa.

Corrió en su dirección llegando en apenas un par de segundos a la casa y cuando pretendía cruzar el umbral de la puerta donde su mujer se encontraba con Joe, una voz bastante molesta lo detuvo, más esta no iba dirigida a él precisamente. A unos pasos del lugar se encontraba Victoria lanzando dardos envenenados a Ximena, quien al parecer lo había seguido aparentemente preocupada.

-¡Más vale que saques tu culo estirado de mi casa, si no quieres que te deje calva en cuestión de minutos! – Espetó Victoria - ¡Que te largues te he dicho! ¡Fuera de mi vista! - Gritó finalmente.

-Vico, por favor... Te juro solo he venido a verte a ti - Respondió Ximena – necesito que me perdones, te extraño tanto... ¿Qué puedo hacer para recuperar tu amistad? –Musitó con lágrimas en los ojos.

Victoria negó indignada ¡Esa mujer era cínica! - ¿Pero te estas escuchando? – Reviró molesta - No seas hipócrita, tú no quieres a nadie ¡A nadie! Si no te importó asesinar a su hijo – señaló en dirección de donde antes permanecía Santos – entonces mucho menos te importará mi amistad, por lo que te exijo mantenerte fuera de mi vista y de mi vida para siempre –Decretó con firmeza – ¡Vicente! – Llamó al mayordomo - acompañe a esta bruja hacia la puerta y asegúrese de que no vuelva a entrar en casa, esa mujer no es bienvenida aquí - El hombre bastante asombrado del proceder de la niña Victoria procedió a cumplir su orden.

-No me hagas esto Victoria –Hipó entre sollozos - sabes que no es mi culpa, él tampoco estaba preparado para tener un hijo, yo simplemente lo salve de un estorbo en su carrera, lo hice por amor... - Gritaba Ximena fuera de sí.

-Señorita, tenga un poco de dignidad y no se avergüence a sí misma - Espetó el mayordomo algo apenado – y por favor, acompáñeme a la salida.

-Usted no es nadie ¡nadie! Para hablarme así, no me venga con consejos que nadie le ha pedido, más bien siga lamiendo el suelo de esta casa, a ver si coge algo de brillo – Masculló furiosa, dando un portazo cuando salió de la mansión.

El hombre negó con la cabeza ¡Vaya que ya no existía respeto por nadie, mira que aparecerse ahí y encima armar un escándalo! Esa mujer era la mejor amiga de la niña Victoria y la novia del joven Santos hacía más cuatro años, pero lo que tenía de hermosa le sobraba de mala ¡Si hasta aborto al hijo que tenía en su vientre por no dañar su figura! Y luego venía tan campante, como si nada.

Cambié Tu Destino  (Próximamente Retirada) (3° Libro De Saga Destino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora