Parte 17

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Abril se removía entre las sabanas a media noche con la incomodidad haciéndola presa de su poder, sentía un fuerte dolor en su abdomen y de inmediato el miedo la hizo estremecer con sus mortíferas garras colonizando su cuerpo ¡Dios, no! ¡Estaba perdiendo al bebé, su pequeño se estaba muriendo y no sabía cómo salvarlo! Empezó a lloriquear en medio de su tortura, incluso trató de incorporarse de la cama pero no tenía fuerzas ¡Que alguien la ayudase! No concebía perder su bebé-

- ¡Santos, ayúdame! - Pronunciaba entre quejidos incoherentes, pero sentía que nadie la escuchaba, ya se temía lo peor cuando de pronto escuchó una voz que le susurraba palabras de aliento al oído - ¡Mi bebé, mi bebé! – continuó pronunciando.

Santos descansaba plácidamente a su lado, eran pocas las veces en que dormía lejos de ella y prácticamente se hizo entre los dos una rutina el dormir abrazados, por lo que al sentirla removerse entre quejidos inentendibles, se alarmó de inmediato. – Abril despierta por favor, tan sólo es un mal sueño, mi vida – despejó los mechones rebeldes de su cabello que se cernían en su rostro perlado por una fina capa de sudor - debes calmarte, todo estará bien – susurraba intentando sacarla de su estupor, pero ella parecía no entender razones más allá de estar perdiendo a su pequeño.

- ¡Santos me duele, mi bebé, me duele! – Se removía aún entresueños.

-Amor despierta, calma todo está bien – la removió un poco – recuerda que ayer fuimos a la clínica y nos dijeron que el bebé estaba seguro, lo sabes cariño, él está creciendo normal y será tan lindo como su madre – por fin logró hacerla despertar. La joven abrió sus ojos llenos de lágrimas, sintiendo que todo era tan real que nada la hacía calmarse, aun sentía los espasmos en el vientre y si bien no había dolor, era algo extraño, por lo que se abrazó a Santos llorando desconsolada.

- Soñé que lo perdía - dijo entre sollozos - no quiero que se vaya, es mío y lo amo, no dejes que me lo quiten por favor. - Esas palabras hicieron eco en su sistema, ella amaba a su pequeño y lo buscaba a él para sentir consuelo ¿Significaba que también lo amaba?

- Sí mi amor, él va a estar bien - siguió tratando de calmarla - yo estaré contigo, nada les va a pasar, lo prometo – pronunció decidido.

El resto de la noche fue eterna, Abril se removía constantemente y él no pudo evitar sentir un dejo de temor de que algo malo le sucediera a alguno de los dos, bien le advirtió Joe sobre los peligros que el estrés podía ocasionar en el embarazo. Logró calmarla en última instancia a punta de besos, ya que ella se aferraba a él como a una tabla de salvación y no lo soltaba con nada. Tenía que contenerse - se dijo mentalmente – pero internamente algo lo hacía dudar de la seguridad que el ginecólogo les dio acerca del estado de su esposa, quizá era una tontería pero aun así no se fiaba del todo, definitivamente sería un padre demasiado protector. A lo largo del día Abril descansó plácidamente, salvo él que no descansó en absoluto sin poder dejar de lado aquel temor de perder a alguno de los dos. Ya pasado el mediodía un escándalo llamó su atención y no dudó en indagar qué ocurría para que se oyeran gritos y amenazas.

***

Después de permanecer prácticamente todo el día hibernando Abril buscó en su cuñada una manera para olvidar aquel mal sueño que por retazos volvía a su mente, haciéndola estremecer de forma involuntaria y logro distraerse junto con Victoria viendo una serie de bomberos "súper calientes" –como le mencionó ella – allí permanecieron un par de horas observando un maratón de la misma y debía reconocer que la trama era atrapante – no quiso reconocer en voz alta que la trama también incluía a ciertos protagonistas de la serie - hasta que un hecho captó su atención ¿Qué era toda esa algarabía? – Ambas se observaron dispuestas a indagar qué ocurría en la mansión para que la calma acostumbrada se fuera al mismísimo diablo, ya en casa nunca se escuchaban pleitos y mucho menos esa sarta de palabrería mal sonante. A medida que avanzaron hacia la sala de estar, fue reconociendo las voces que protagonizaban aquella batalla campal: una era de Joe, quien trataba de calmar los ánimos y luego se escuchaba a Santos bastante alterado, desafiando a su agresor como nunca creyó escuchar y en repuesta se escuchaban palabras subidas de tono. ¡Joder!

Cambié Tu Destino  (Próximamente Retirada) (3° Libro De Saga Destino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora