Parte 15

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Joe regresaba después de dos largas semanas fuera de casa y quizás lo único que anhelaba con todas sus fuerzas era poder descansar. Pero no, por lo visto aquello parecía imposible en ese lugar, dado el terremoto se situaciones que le dieron la bienvenida a su hogar. Se encontraba furioso, indignado sería la mejor palabra que definiera lo que cruzaba por su cabeza en ese preciso momento. ¡Por todo lo sagrado! ¿Es que nunca acabarían sus problemas? Porque a últimas fechas la vida de su familia era un completo desastre, primero cuando recibió esa llamada de Santos - ya entrada la madrugada - donde le informaba sobre el desafortunado accidente; después cuando decidió unir su vida con una mujer inconsciente bajo el chantaje de Bárbara Llorís y el consecuente embarazo, sumado al desprecio que Abril sintió por su hijo...

Y como la cereza del pastel, regresa de un viaje tedioso y encuentra nada más y nada menos que a la causante de que su hijo se marchara de casa hacía más de seis años, cuando apenas era un adolescente. ¡Joder! Que Dios le diera paciencia, porque él en este momento no estaba en sus cabales. Después de una revisión minuciosa a su nuera para verificar sus signos vitales y los del feto, ya que no era buen indicio que esta hubiese perdido el conocimiento de esa manera.
Era un signo alarmante, ya que tanto estrés pondría en riesgo la vida del bebé y esta vez, Santos sí sería el responsable. Lo llamó al despacho y ni bien ingresó cerrando la puerta tras de sí, inició la reprimenda que nunca en los veinticinco años de vida había sido necesaria con él. ¡Él era el hijo sensato! No sólo era su primogénito, sino también un miembro ejemplar de su familia, tenía buenas calificaciones, un carácter intachable y sobre todo una actitud responsable. Santos era un hombre precavido, que medía cada paso de su vida por hacer siempre lo correcto y por ende era la antítesis de su hermano, pero justo ahora no tenía como hallaba como salir de esa mala racha.

No pudo evitar hacer aquella comparación y aunque nunca fue el caso - medir a sus hijos - toda esa locura que dominaba la vida de Santos actualmente le trajo recuerdos muy vívidos de lo que era convivir con Travis diariamente. El menor de sus hijos era indomable por naturaleza, siempre fue un joven bastante excéntrico que dejó su hogar a los doce años por vivir en un internado y esto tan sólo por sentirse libre, luchando por una posición en el deporte en un equipo diferente al de su hermano y después de conseguir un puesto importante a nivel competitivo, no se tentó el corazón en probar suerte en un continente lejano, donde vivió por espacio de dos años.
Eso sin contar con los problemas que eran inherentes a él y de solo recordar sus múltiples travesuras no pudo evitar agradecer internamente que al menos nunca estuviera en malos pasos. No obstante, algo que nunca tendría claro a ciencia cierta, era poder definir quién de los dos había sido la mala influencia, si su hijo todo problemas o aquel jovencito aficionado a los deportes extremos, lo cierto era que una amistad como la suya difícilmente se podía igualar y de eso nunca estaría inconforme, ya que ambos demostraron ser leales en proporciones igualmente importantes. Se obligó a volver a la realidad, ya que contra todo pronóstico su dolor de cabeza lo había originado precisamente Santos y con mucho pesar debía tomar una postura firme en cuanto a la situación que tuvo lugar esa media mañana.

Lo observó por al menos un par de segundos y luego espetó. - Espero te encuentres satisfecho con tu actuar - pronunció un deje de ironía - porque si lo que querías era echar al caño cualquier avance con Abril, te felicito... Vas por buen camino - aplaudió dramáticamente - ¡Vamos! Explícame cómo se te ocurrió permitir que esa... Mujer entrara nuevamente a nuestra casa ¡Qué diablos estabas pensando, Santos Lombardo! - reclamó ofuscado - Porque siendo totalmente sincero, no te comprendo.

Cuando me fui todo parecía entrar en su cauce y al regresar mira lo que me encuentro... - no le dejó contestar, no estando tan furioso como se encontraba en ese momento - ¿Acaso tienes idea de las consecuencias que ese acto pudo traer en el embarazo de abril? No quiero imaginar cual fue su impresión al verte en los brazos de otra mujer ¡Y en la misma casa donde ella también vive! Es una falta total de respeto ¡Por Dios! Debiste ver su carita, se veía descolocada y aunque no lo creas, denigrada -. Santos sintió la impotencia crecer en su sistema de manera exponencial, dicho de ese modo parecía ser un verdadero monstro, pero contrario a lo que su padre decía, aquello no era su culpa y sin embargo lo incriminaba de manera indirecta.

Cambié Tu Destino  (Próximamente Retirada) (3° Libro De Saga Destino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora