Parte 19

1.2K 99 2
                                    

Horas más tarde regresó Joe trasmitiendo un parte tranquilizador, aunque debía reconocer que era prácticamente un milagro que Abril no hubiese presentado antes una complicación en su embarazo – si tenían en cuenta la montaña rusa en que se había convertido su vida después de despertar de su inconsciencia – pero gracias al cielo podía afirmar que su nieto estaba a salvo, pese a los cuidados extremos que ambos padres deberían tener para mantener la estabilidad emocional de la madre gestante, eso si en verdad querían disfrutar de su familia completa, lo cual desde ya incluía su hijo. Por su parte Abril se sentía en vilo y pese a poner lo mejor de sí para mantenerse calmada, ya que los nervios y el estrés fueron los causantes de aquel efecto contraproducente en su embarazo, no podía olvidar las escenas de aquel sueño terrible donde su hijo no lograba sobrevivir; por lo que ahora debía poner todo su empeño para salvar a su pequeño bebé, uno que llegó para unir su destino con el de Santos, el hombre que jamás se permitió soñar por ser prácticamente imposible, pero que ahora era un pilar básico en su vida. Y maravillosamente todo estaba en calma y tan solo un día después pudo volver a casa, donde pasaron al menos tres semanas bastante pacíficas; al menos hasta que una buena mañana su bebé se hizo notar sacándole lágrimas de alegría, pero que consternaron momentáneamente a la familia para luego celebrar con júbilo por la existencia de Kenneth Lombardo –. como decidieron se llamaría el bebé, gracias a una corazonada de Victoria que afirmaba sería varón.

Varios meses después la pareja estaba consolidada como una familia feliz y lejos quedaron las zozobras de un riesgo en el embarazo, actualmente Abril ostentaba una pancita adorable y como era de esperar era la consentida de Santos y su familia, incluso el mismo Gastón había caído rendido ante las pataditas de su futuro nieto y con los padres de su yerno instaló una amena relación. Una que afloró gracias al regreso de Alina, quien luego de enterarse de los sucedido se tomó unos días de descanso de sus actividades en París para regresar lamentando no haber podido estar en casa en momentos difíciles, ya que estaba convencida de que su presencia habría podido evitar sobresaltos innecesarios y aquel horrible susto no habría ocurrido. Pero eso no importaba ahora ya todo había vuelto a la normalidad, lo cual implicaba que Santos debía a integrarse en el equipo donde era nada más y nada menos que el capitán oficial, claro que esto lejos de representar un inconveniente les dio muchas razones para enamorarse de sus detalles, o de sus invitaciones a partidos importantes cuando fue posible y en general no podía estar más feliz de haber encontrado un hombre como Santos Lombardo e irremediablemente se enamoró de él. Era un tanto aprehensiva en cuanto a las muchas admiradora que tenía – que no eran las más amigables, por cierto –, a decir verdad era una esposa celosa y no concebía saber que otra mujer estuviese tan cercana a él, y lo era aún más cuando se trataba de ella: Nuria Aicardi, su Manager. Y es que por más que le explicarán en diferentes ocasiones que esa mujer tenía una pareja estable, nada lograba calmar la inquietud de que algo se traía entre manos y que inevitablemente tenía todo que ver con Santos ¡Su esposo!

Tanta era su paranoia o más bien sexto sentido – quería creer, porque si no ¡Dios! Se estaba convirtiendo en una celopata descontrolada – que observaba cosas que para otros eran normales e irrelevantes, las estudiaba detalladamente, las miradas profundas cuando él estaba entretenido, su sensualidad al hablarle y hasta el modo de andar seguro de sí misma, sin mencionar un pequeño detalle: ¡La ropa sexy! ¿Quién demonios estaba siempre vestida como para una gala, si su objetivo no era impresionar a un hombre como su marido? ¡Patrañas! ¡A ella nadie la engañaba! ¡Ahhj! No la soportaba, siempre con esa sonrisa estúpida tatuada en el rostro, con modales envidiables y sobre todo... Tan solícita ¡Si la muy coscolina pretendía hacerse su amiga, tan sólo para estar metida todo el día en su casa! ¿No que tenía pareja? Jumm, algo olía raro y no era ella precisamente. En diferentes artículos leyó que durante el embarazo se podía presentar síntomas inusuales como lo eran aborrecer algunas cosas u olores, pero en su caso no solo se trataba de perfumes fuertes, sino de personas; ella odiaba todo de esa mujer, su olor particular le causaba náuseas y su voz... ¡Dios! Esa vocecita irritante la desesperaba en sobremanera, hasta un nivel que le era difícil de esconder ante personas tan perspicaces como Victoria – su cuñada – quien notó su irritación ante la constante presencia de Nuria en casa y no dudo cuestionar al respecto.

Cambié Tu Destino  (Próximamente Retirada) (3° Libro De Saga Destino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora