No es que no quiera que Dean sea el padre de mi bebé, es sólo que me gustaría que su padre verdadero se haga cargo. Dean es una linda persona y tengo fe de que cuidará a mi bebé muy bien, pero, me gustaría que Tobias lo intentara.
¿A quién intento engañar? Sabía muy bien que Tobias no iba a intentarlo. Sabía muy bien que él no querría saber nada de nuestro bebé.
No tenía idea de qué hacer. ¿Puedo con esto sola? Sí, sí puedo. ¡Dios! ¿Qué hago?
Me bajé de la mesada y Dean me quedó mirando triste. Lo miré un segundo y caminé al living.
Me hacía mal ver a Dean triste, y más si era por mi culpa. Me agarró suavemente del brazo haciéndome girar.
– Oye –susurró y se le llenaron los ojos de lágrimas. Dean, no. Miré hacia otro lado. Me negaba mirarlo a los ojos–. No tienes que decir que no ahora, ¿sí? Puedes pensarlo, por favor, piénsalo. No seré un mal padre, América. Sé que apenas tengo 24 años, pero vamos, linda... quiero tener una familia contigo –declaró. Me mordí el labio. Dean, Dios, no hagas esto.
¿Quiero tener una familia con Dean?
– Lo pensaré –dije por fin.
Dean suspiró y me abrazó.
– Te daré todo el tiempo que necesites, linda –susurró. Tragué fuertemente.
Nos separamos, miré sus ojos llenos de dolor. Se mordió el labio y desvió la mirada de mis ojos. Tomé su cara haciendo que vuelva a mirarme. Lo hizo, pero cerró sus ojos con fuerza mientras dos lágrimas caían por sus mejillas.
– ¿Por qué lloras? –pregunté dulcemente.
– Porque –hizo una pausa y abrió los ojos–, te amo, y me gustaría que te hubieses dado cuenta antes –respondió. Suspiré con tristeza.
– También yo –admití y le planté un beso en los labios. Él cerró los ojos de nuevo y me abrazo tan fuerte como pudo, hundiendo su cara en mi cuello.
Se alejó de mí por completo, se secó las lágrimas y dijo:
– Debo ir al baño.
Me sentía débil y mala persona. Había hecho llorar a Dean. No quise llorar, cerré los ojos un minuto para despejar todas mis lágrimas y los abrí.
Cassie bajó lentamente, y cuando me vio su sonrisa se cayó y su cara se volvió de completa preocupación. Le sonreí triste, entonces ella vino a mí y me abrazó.
Así, inhalé el olor familiar de Cassie. Tus brazos me sujetaban con firmeza, cómo los míos a ella. Se había vuelto alguien necesario en mi vida.
Cuando se alejó de mí, me regaló una sonrisa y besó mi frente, justo como lo hacía Alison. No preguntó que me sucedía, y eso fue lo mejor, porque no quería hablarlo con nadie.
Al final, suspendimos la noche de películas. Ni yo, ni Dean estábamos dispuestos a pasar un buen rato.
*
Miércoles, 10 p.m
La noche llegó cuando la Luna se asomó por entre medio de las casas y las estrellas brillaron de felicidad. Los pájaros se habían acomodado en su nido para quedarse con sus crías, ninguno cantaba. No había un alma viviente en la fría vecindad de Dean. Las calles estaban vacías, cómo siempre. Las luces de algunas casas estaban apagadas.
La luz del living se prendió, y corrí la mirada de la ventana hacia la persona que había hecho eso.
Cassie estaba allí, con los brazos alrededor de su puerto. Tiritaba de frío.
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Encadenada al amor
Romance++Él es el chico perfecto para toda chica. El príncipe para cualquier princesa. Dean es digno de ser amado, pero él no quiere a cualquier chica... él ama a América, sin embargo, ella no lo sabe hasta que algo la hace abrir sus ojos.++ ¡Te invito a e...