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Soy una horrible persona, no merezco vivir. ¡Asesiné a alguien por su culpa! Máldito Harry. Me lamentaré hasta mi muerte, que creo que será pronto. El timbre resonó por toda la casa. Seguro que es Barbara o Ashton. Segurísimo. Miré por la pequeño agujero que había en la puerta. Y sí, había acertado. Era Asthon y venía junto con un maletín. Le abrí y él me miró con una sonrisa.

-¡Hola Lucy!-Saludó alegremente- ¿Cómo has estado?-preguntó

-¿Bien y tú?-Me tragué mis nervios, no quería que se diera cuenta.

-Perfecto. Oye, tienes un rasguño en tu mejilla, ¿Qué te ha pasado?-Preguntó preocupado

-¿Qué?-Me hice la desantendida y me miré a el espejo que tenia en el pasillo- Ah, ese rasguño. Un paciente me lo hizo.No te preocupes, estoy bien.

-Ahh, pues cuídate.

-Pasa Ash. Haré espaguetti.

-Que delicia

(...)

Cuando terminamos de comer el almuerzo, al parecer Ashton sintió un mal olor, y yo también.

-¿Qué es ese olor?-Preguntó mientras olfateaba como un perro

-¿Olor a qué?-Pregunté nerviosa

-Como si hubiera un cadáver.

-Creo que están velando al vecino. Murió ayer a la madrugada.

-¿De qué murió?

-De... Lo atropellaron

-oh...Vamos a saludar.

-No quiero molestar, a parte ni siquiera me invitaron.

-Ah entonces no.-Me salvé.-Lucy-Dijo tembloroso

-¿Sí?

-¿Por qué tienes sangre dentro de tu uña?

No sabía que decir, me descubrió. No hace falta mentirle. Lo agarré del brazo y lo arrastré por el pasillo hasta mi habitación. Lo tiré allí y cerré la puerta con seguro. Él gritaba y gritaba, pero yo no le hacía caso, debía pensar en lo sucedido. ¿Y si hubiera escapado antes? me hubiera denunciado y me encerrarían en la carcel por años, quizas toda mi vida. Gracias a dios reaccioné a tiempo. Caminé hasta la cocina y de allí cojí galletas Oreo y un vaso de leche. Lo puse en una bandeja y fuí a la puerta del sótano.

La pasé por debajo y esta se deslizo. Había como una puerta para perros. Unas fuertes manos se sujetaron de mi brazo.

-¡Sueltame!-Con mi brazo libre le clavé el tenedor en la mano y esta se retiró rápidamente. Se escuchó un insulto y decidí enfrentarlo.-¿Qué dijiste?

-Zorra

-Tu puta madre, pedazo de mierda

Él se paró y empezó a golpear la puerta con su pie. Esta no se rompía, era de acero. Antes era un freezer, pero luego lo restauraron y quedó así.

-No podras.-Me reí cínicamente.- Nos vemos

-Espera.-Me detuve-Necesito mis medicinas.

-¿Acandix?

-Sí

-Ya te traigo.

Fuí a mi botiquín y saqué el frasco, de este salieron dos pastillas. Volví al sótano y se las entregué por la pequeña puerta.

-Ahí tienes. Ahora sí, adiós...

My Medicine |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora