Bob y Abel comenzaron a caminar, en busca de Momoko, Tomomi y Yashusi. La oscuridad de la cueva la iban dejando atrás y una luz proveniente de lo que parecía ser el final del pasillo les iluminaba el resto del camino. No querían llamarles, pues alguien más podría escucharles así que decidieron buscar en silencio. Cuando llegaron al final del pasadizo quedaron asombrados al ver que habían escogido el camino correcto, o al menos eso parecía. Allí la cueva se abría a un espacio enorme, el techo de la cueva en esa zona era tan alto que apenas alcanzaban a verlo. Se escuchaba el sonido de agua caer, a un lado había una casaca que provenía del exterior de la cueva que caía en ella creando un pequeño riachuelo, que pasaba por al lado de una casa. Aquella casa era realmente grande. Tenía unos cinco pisos de alto y cada piso parecía completamente diferente. Las paredes de cada uno de ellos estaban hechas con materiales y colores diferentes.
-Creo que hemos conseguido llegar a la casa de Connor- dijo Abel boquiabierto mirando a su alrededor.
-Deberíamos llamar a la puerta.
-Pero ¿y los otros?
-Estarán ya dentro, ¿no te acuerdas que habían pasado antes que nosotros?
-Tienes razón- respondió Abel mientras caminaban hacia la puerta de la casa- llamemos.
Bob y Abel subieron un mini porche para llegar a la puerta de la casa, tocaron el timpre y el sonido rebotó por las paredes de toda la cueva. Esperaron unos minutos y comenzaron a escuchar pasos aproximándose. Ellos, nerviosos, se incorporaron. El pomo de la puerta se giró y alguien en el interior abrió la puerta. Bob y Abel le miraron, era moreno, tenía un ojo azul y otro negro que brillaban, su pelo negro estaba revuelto.
-Hola- dijo Bob nervioso.
-¿Quién coño sois?- preguntó él con un tono de voz grave.
-Oye Tomomi, ¿estás segura de que hemos tomado el camino correcto?- preguntó Momoko preocupada.
-¿Quieres que te mienta o que te diga la verdad?
-Todavía estamos a tiempo de volver e ir por el otro camino, cuanto más caminamos más oscuro se hace todo.
-Abel y Bob, ellos no están- interrumpió Yashusi.
-Es verdad, debemos esperar a que vengan- respondió Momoko.
-¿Y si han tomado el otro camino?
Un sonido retumbó en las paredes de la cueva.
-El timbre...-dijo Tomomi- cojamos el otro camino, ellos ya han llegado a la casa, tenemos que ir rápido antes de que la caguen.
Los tres dieron la vuelta y comenzaron a caminar en la otra dirección pero algo les detuvo.
-¿A dónde vais? ¿No vais a venir a visitarme?- preguntó una voz a sus espaldas. Los tres se giraron al instante y vieron a un hombre que iba con una máscara que le tapaba la cara.
-Nosotros... Hemos venido a ver a...
-A mi, me habéis venido a ver a mí, así que venid conmigo, no quiero llevaros a las fuerza.-interrumpió a Tomomi.
Los tres lo comenzaron a seguir guardando las distancias. No sabían que hacer exactamente. Tomomi había pasado tanto tiempo sin venir que no recordaba nada de esto.
-¿Sabéis? Me da pena, pero a mi hijo y a mi no nos gustan los intrusos. Y como necesitamos algo con lo que experimentar, ya sabes, espero que no os moleste que seáis nuestra cura.
-¿Su hijo Connor?-El señor ante la pregunta miró a Tomomi, a pesar de no poder ver su rostro parecía enfadado.
-No sé de donde has sacado ese nombre pero más te vale no volver a nombrarlo.
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Unión
Random¿Alguna vez te has preguntado como sería tu vida lejos de casa? ¿En un lugar remoto lleno de seres increíbles y criaturas mágicas? Pues éstos dos chicos no se lo plantearon hasta que su profesora de historia les contó algo que no esperaban oír. Aho...