Bob, Abel y Momoko se acercaron a la torre. Las calles estaban muy transitadas y el entorno era agradable, podían pasar unas horas mirando a su alrededor intentando disfrutar lo poco que duraban esas situaciones. Un aroma rodeó a los chicos, se olía a pan recién sacado del horno, y cuando miraron a su alrededor, un señor estaba abriendo su panadería, intentando llamar la atención de los clientes con el olor a pan recién hecho que inundaba la calle. Mientras se acercaban seguían observando a la gente, una niña estaba jugando con un gato negro que hizo que a Bob le recorriera un escalofrío, como un recuerdo. Abel miró hacia un callejón, sintió algo que lo hizo mirar, sintió algo que le gritaba en su mente que se acercase. Iba a ir a aquel callejón, pero se percató de la presencia de algo. Una sombra. Una sombra que lo observaba escondida en aquel callejón, era como una sombra que impedía que el sol llegase a iluminar aquella zona. Aquella sombra le miraba fijamente, sus ojos brillaban en aquella inmensa oscuridad, empezó a escuchar susurros, parecía que le estaba hablando pero no era capaz de entender aquellas voces.
Algo le tocó el hombro. Estaba tan concentrado intentando escuchar esas voces que se sobresaltó, se dio la vuelta y vio como Bob y Momoko le miraban extrañados.-¿Estás bien Abel?- preguntó Momoko. Él, se giró hacia el callejón y vio que aquella sombra no se había ido.
-Mirad disimuladamente al callejón oscuro, ¿veis esa sombra?- Bob y Momoko hicieron caso a Abel y miraron con cuidado detrás de él.-¿Lo veis?
-Abel no hay ningún callejón oscuro, no hay ninguna sombra.- respondió Bob. Abel se giró rápidamente y vio que ya no había nada, la sombra había desaparecido y el callejón estaba iluminado.
-No... No puede ser, yo lo había visto.-dijo Abel atónito, Bob le puso la mano en el hombro para que lo olvidase, y así hizo, hizo caso omiso a lo que sus ojon habían visto y sigió su camino hacia aquella inmensa torre.
Cuando llegaron, se encontraron en un punto de reflexión, debían observar la torre y recordar, Abel y Bob, como habían llego hasta allí, sentían los nervios, sabían que estaban cerca de poder viajar de nuevo.
-Ahora que me doy cuenta ¿sabéis como vamos a controlar a que continente queremos ir?- preguntó Momoko pasando su mano sobre la Torre.
-Pues... No, pero supongo que si sabemos como activar otra torre iremos a esa, a lo mejor hay alguna especie de interruptor, como en un ascensor.- respondió Abel.
-No creo, sería un poco extraño, a lo mejor la pesadilla Aquarian es quien controla todo.
-Chicos, mirad esto- interrumpió Momoko. Ambos se acercaron a ella- mirad- dijo pasando su mano por otra superficie, una especia de panel táctil sobre la pared externa de la Torre, situada al lado de la entrada a la misma.- parece un panel eléctrico, puede que sirva ¿Os suena?
Bob y Abel se pusieron a pensar, recordando el día en el que vinieron. Abel recordó la Torre, con ella a Xion y a Haley, recordó el último instante en el que la vio, en el que la sintió, aquel beso, aquel sentimiento que nunca antes tuvo, aquella despedida. Una lágrima recorrió su rostro e inmediatamente se limpió con la muñeca. Bob lo vio y decidió no decir nada, conocía lo suficiente a su amigo como para saber que no debía hablar con él si estaba en aquella situación de trance. Momoko miró a Bob arqueando una ceja pero él negó con la cabeza, ella entendió que no debía decir nada. Bob se puso a pensar en Xion, pero era incapaz de recordar, solo pensaba en como los engañó y en como descubrieron que era una pesadilla Aquarian.
-¿Recuerdas algo?- preguntó Momoko.
-No... No puedo, es como si después de desmayarme hubiese perdido ese momento- respondió Bob.
-Quizás hay otra manera de encontrar como hacerlo.
-¡Bob!- exclamó de repente Abel- Ya lo tengo, ya me acuerdo.
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Unión
Random¿Alguna vez te has preguntado como sería tu vida lejos de casa? ¿En un lugar remoto lleno de seres increíbles y criaturas mágicas? Pues éstos dos chicos no se lo plantearon hasta que su profesora de historia les contó algo que no esperaban oír. Aho...