Poesías sin nombre

Ansiedad a la distancia

Hoy no soy yo mismo.

Nada está bien desde hace algún tiempo.
No he sentido ni una pizca de apoyo, salvo intentos pequeños por apaciguar algo que está por estallar.

A todos nos ciega el ego ¿No es así?
A todos nos impulsa el sobrevivir.
¿Por qué yo no puedo ser así?

¿Por qué tuve que elegir?

Apuesto a que jamás viste la encrucijada a la que llevaría todo.

Apuesto a que jamás supiste qué carajos pasaba en mi cabeza;

no te culpo, no dije nada jamás por imaginar que todo iba a ser igual por siempre.

Pobre idiota. Nada es por siempre.

Los planes no son así.

Los planes no van con el corazón... ¿O sí?

Ahora, alimento más y más cada una de las fibras que llevó a esto.

¿A costa de qué? ¿De mi cordura?
¡Ja! No. A costa de mis sueños y de una vida que llamaría "segura".

No te importa nada más. Solo llegar a una meta.

Pues yo tengo que bajar de la nube para poder subirme a ella.

No es malo, en absoluto. Lo malo es verlo superficialmente.
Es vivir en las estrellas, todo está en la mente.

Pero aquí estoy y así seguiré.

Reducido a nada por volver a ser.

Por volver a ser débil, por dejar que el miedo entre.

Por no volver a caer en tentaciones, por no sentirme solo.
Si tan solo pudieras ver, si tan solo existiera el "hubiera".

Nada de esto habría llegado a ser.

Me arrepentiré en demasía de esto, pero...
Nada está bien desde hace algún tiempo.

Hoy renuncio a todo, con tal de ser de nuevo.

Hoy dejo de ser yo, para ser tú.

Algo que no podrás ser.
Por más que intentes "ver".