Espiga al viento

12 1 0
                                    

Hay quienes pueden ignorar todo aquello que les incomoda, quienes pueden girar la cabeza y hacer como que no existe el elefante de colores en la habitación.

Jamás he podido ser uno, jamás he podido dejar de lado lo que siento o quiero. Pero al igual que esas personas, siempre he podido poner una máscara enorme, incluso mejor.

Envidio sus capacidades, porque les hace parecer muy tranquilas a todas esas personas, siempre enfocadas, perfectas, felices. 

Quizá es egoísmo lo que mantiene a flote esos navíos de pensamientos, quizá es simple desidia.

Pero si tengo claro algo, es que yo no podría hacer eso jamás. ¿Me están utilizando como un salvavidas? 

Supongo que no, o quizá sí, no puedo leer mentes, ni ellas tampoco pueden.

¿Por qué amo lo que me hace sufrir? ¿Por qué no es tan fácil dejar ir? 

Sencillo: Porque a diferencia de ellas, en las nubes, uno está tirado en el suelo. La vista no es igual, no. Se ve todo, pero como algo inalcanzable, algo por lo cual luchar, no algo que puedas pisotear o empequeñecer.  

Esas personas me causan mucha envidia, pero a la vez, mucha alegría. 
Sin embargo... ¿Qué importa escribir esto? Si todo es como tirar una espiga al viento. Esas personas son espigas.

Y eso, de alguna manera, es lo mejor que puedo hacer. 

Quisiera ser una espiga y dejar que me lleve el viento, quizá así se iría todo el maldito sufrimiento.

Poesías sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora