Carta a Dafne 2

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¿Sabes algo? 

Hoy, fue un día muy especial y descubrí algo que espero puedas leer sin molestarte, para variar.

Hoy, también, pensé en hablarte, en dejar mi orgullo de lado como siempre lo hice contigo.
Pero no. Hoy no quiero por primera vez. 

Sé que valgo un chingo y tú igual lo sabes y también lo vales. Jamás busqué jugar contigo o herirte y aunque no quisieras hacerlo, lo hiciste conmigo.

Hoy, me di cuenta de lo que merezco realmente. Déjame enlistarlo para ti:


- Merezco que me quieran tal y como yo quiero.
-Merezco ser más que un vil juguete mientras sales con otros para "divertirte".
- Merezco amor, apoyo, oídos; igual que antes. Sin que me critiquen o cataloguen tan secamente y que mantengan una visión errónea a pesar de que demuestro con creces que NO ES ASÍ y que CREZCO A DIARIO. 
-Merezco AMOR DEL BUENO, porque es el amor que DOY y es el amor que SOY o al menos, el que intento ser para con mi pareja.
-Merezco ser amado, igual que como yo amo, por lo que he hecho, por lo que he dado y sobre todo por lo que soy. 

Yo no cambié en lo esencial, aquello que tus pequeños ojos cafés no pueden ver. Siempre fui el mismo. 

Y no, eso no quiere ser que sea INMADURO. Soy INFANTIL, que es muy distinto, te guste o no. Era algo que te gustó de mí en un inicio. 

Inmaduro es aquél idiota que engaña, aquél idiota que deja a alguien embarazada y no se responsabiliza, aquél idiota que no apoya a la familia de su pareja en tiempos de necesidad.  Aquél idiota que NO ACEPTA SUS ERRORES.

A diario, yo demuestro que crezco, que me supero poco a poco. Soy un SER HUMANO y me considero excepcional a pesar de todas mis fallas, porque hacia afuera, HACIA TI, nunca hubo alguna. Y si la hubo, viste cómo me desviví por corregirla a tiempo, de cualquier manera, cualquier malentendido. 

No soy un inmaduro, no soy un "chavito de universidad", no. 
Soy un hombre, infantil, con depresión. Eso me hace alguien divertido, alguien abierto y sobre todo, comprensivo.  
Y es algo que jamás negaré, sino todo lo contrario, lo acepto. Y sí, aunque tardé en hacerlo cuando estabas, ahora lo atiendo.

Y tardé por creer que podía, pero no. Vi que no pude solo, sin embargo, nunca he estado loco, nunca he sido inestable en mis metas. Hoy, afortunadamente y gracias a un enorme esfuerzo, no soy inestable en mis emociones, a diferencia de otros. 

Pero... todos creemos tener la razón. ¿No? Todos creemos que no debemos ir al psicólogo porque "no es necesario", pero... a veces las razones sobran, pero no las vemos, ni aunque nos las digan. Ya vi las mías.

No soy responsable de lo que tú crees que yo soy o fui, sólo soy responsable de mí mismo, de mis acciones y mis emociones. 

Si tú me crees eso aún, lástima por ti, quizá alguien vea en mí lo que tú no. O no, quizá puedas verlo. No lo sé.

Lo que sí sé, es que hoy, por más que me duela no hablarte, verte, saberte... y aunque todas las canciones me recuerden a ti y me hablen de ti, que mi camino al trabajo me recuerde a ti, que MI VIDA ENTERA me recuerde a ti...
Hoy, tengo el orgullo de detenerme para buscarte. 

Porque ya te busqué muchas veces, porque te demostré a creces lo que sentí.
Porque te di todo mi tiempo y amor. 

Yo, siento que tú no e incluso lo admitiste muchas veces. 

Eso, no es mi culpa, ni me haré responsable de eso.

Hoy, hoy fui feliz. 
Lástima que no estuviste.
Lástima que no lo ves.  

Y con todo y todo, el mensaje sigue siendo claro. 
El encontrarnos, el dirigirnos siquiera la palabra, es decisión tuya.
El modo, también y hasta enlistados los tienes. 
Si es orgullo lo que te detiene, qué cómico.
Si es culpa o miedo, qué triste.
Si es indecisión, también. 

Pero me equivoqué.
Mi valor. 
Eso, no es tuyo. 

Supero lo que sea y eso, eso se ve a creces. 
Hoy, inicio una nueva etapa.

 Lástima que no pudiste sentirlo, ni que yo pudiera contártelo. 

Poesías sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora