30 days OPT Xanxus X Squalo challange

wering kigurumis

Wering kigurumis/ vistiendo kigurumis

— "Por que mierdas debo ponerme esta porquería" — Squalo suspiro, miro al mayor y se dijo que si quería salir de esta lo mas pronto posible, debería guardarse las miles y un groserías que quería gritarle a aquel bastardo.

Camino hacia lo que Xanxus tenia en sus manos y mataba con su mirada.

— "El mocoso logro convencer al viejo" — el moreno apretó sus dientes, su ceja se fruncio y sus ojos destellaron furia. Otra razón para agregar a su lista "razones para matar a balazos a Sawada Tsunayoshi".

— "No me pondré esa mierda" — fue hacia su botella de vino y tomo un trago. — "tiralo" — rodeo su escritorio y se sentó en su silla.

— "¡¡¡¡VOOOOOIII!!!!!!!, jodido Xanxus, deja de estar lloriqueando y ¡¡¡utiliza esa cosa de una buena vez!!!!!" — al instante la botella de vino choco contra su cabeza, derramando el liquido rojizo por todo su cabello. — "No me des ordenes, basura" — su segundo al mando lo miro unos segundos, después parpadeo y en ese instante las puntas de su blanco cabello chorreaba de vino. — "¡¡¡¡VOOOOOIII!!!!!!!!!!!, MAS TE VALE ESTAR VESTIDO CUANDO VUELVA MALDITO CARBÓN!!!!!!!!" — el azote de la puerta fue lo ultimo que se escucho.

El mayor suspiro y cerro los ojos mientras se recostaba en su silla y subía sus pies al escritorio, lo ultimo que haría en su jodida vida seria presentarse con esa cosa que ahora estaba arrojada en cualquier parte del suelo.

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1 hora después

Maldecía en todos los idiomas que se sabia al maldito mocoso castaño por hacerlo pasar esto.

— "Kyaaaaaa!!, boss se ve muy lindo el día de hoy~" — mando una mirada fulminante al guardián del sol, quien tomaba fotos en todos los ángulos.

— "Shishishishi~, trate de no asustar a los niños boss, shishishishi~" — el rubio desapareció tras el comentario.

Fran miraba a Xanxus sin decir nada, y no es por que no quisiera, que en este momento tenia muchas ganas de burlarse de su desafortunado boss, pero cuando la única salida esta tras del que se quiere burlar no te deja muchas opciones y él no esta tan loco como Belphegor al saltar por una ventana.

— "Tu por que no tienes uno puesto basura" — la mirada rubí se encontró con la metálica del peliplata, quien estaba de brazos cruzados, a unos pasos detrás del pequeño peliverde.

— "Por que solo tu fuiste el elegido para esta tarea boss" — una sonrisa de burla se plasmo en su rostro mientras esquivaba un florero que termino por chocar en la cara de Levi, dejándolo fuera de combate y con balbuceos sin sentido acerca de lo bien que se miraba su jefe.

Sin mas y tras una pelea de palabrotas y golpes entre los dos altos mandos de Varia; los integrantes mas locos de esta partieron hacia la mansión de el noveno jefe Vongola.

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Tsuna miraba la bizarra imagen frente a él.

En toda su corta vida se imagino algo parecido, sus guardianes estaban iguales que el pequeño castaño.

Después de todo ninguno se esperaba que el sádico-sin corazón-bastardo-jefe-varia-con-intenciones-psicópatas; se encontrara vestido como un grande león y con su rostro completamente sereno, tranquilo.

Era escalofriante.

— "oh!, pero si es Tsunayoshi-kun" —

— "Que tal, Tsuna" —.

Su mirada solo miro a un enorme malvavisco y una tortuga que de tortuga no tenia nada mas que el color.

— "Dino-san, Byakuran" — los mencionados le regalaron una sonrisa.

— "¿U-Ustedes saben por que Xanxus esta usando eso?" — los tres voltearon a mirar al susodicho, quien mantenía su espalda pegada a la pared con los brazos y pies cruzados, sus ojos estaban cerrados.

— "A nosotros también nos sorprendió, al parecer el noveno logro hacer que participara" —.

— "Fufufu~, a mi me dan ganas de tener una cámara, esto no se ve a diario" — Tsuna miro hacia el moreno de nuevo, encontrándose con los rojizos ojos que le prometían una muerte segura si se acercaba, el castaño trago saliva y miro nerviosamente hacia sus acompañantes, tratando de hablar sin que se le trabara la lengua.

// Tal vez no fue una buena idea habérselo propuesto al abuelo después de todo//.

El salón se encontraba completamente lleno de la familia Vongola y sus mas allegados. El evento se trataba de la celebración de el cumpleaños numero siete de Lambo Bovino, por lo tanto todo estaba rodeado de globos de distintos colores, una mesa llena de postres y comida junto con un espacio lleno de diferentes dulces, justo frente a una mesa llena de distintos regalos que lo mas seguro eran mas dulces.

Distintos juegos para entretener a los niños por aquí y por allá.

Lo mas llamativo para todos era la vista de los jefes de la familia Gigilio Nero, Carvellone y Varia con kigurumis.

El pequeño Lambo se encontraba alegremente rodeando a los tres mientras tironeaba una y otra vez los trajes.

Xanxus trataba de controlarse para no mandar al niño de un solo golpe al otro lado del salón y dejara de molestarlo, tarea difícil si toman en cuenta de quien hablamos. Busco con la mirada a su tiburón, quien con un vaso de agua lo miraba con los ojos entrecerrados y una sonrisa apenas perceptible en su rostro.

Chasque la lengua, lo que tenia que hacer por tener un buen sexo con su basura favorita.

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La fiesta siguió sin ningún inconveniente del que Xanxus se lamentara.

Ya que a la mitad de su celebración, el pequeño Lambo tiro un gran trozo de pastel a la cara de el jefe Varia, quien después de haber aguantado de esquivar granadas, quitarse paletas de su cabello, responder cualquier pregunta del mocoso sin una sola grosería, cargarlo y no aventarlo cuando jalaba su cabello, le estiraba las mejillas y llenaba de lágrimas y mocos el condenado kigurumi al abrazarse a el; llego a su limite.

Así que con una sonrisa diabólica, le mostró al pequeño por que no podía hacer lo que hizo con alguien como él. Cabe decir que Lambo quedo muy asustado durante una semana completa donde ningún dulce entro por su boca y Tsuna con un dolor de costillas, mejillas hinchadas y un ojo morado, aprendió que pedir ese tipo de favores a nono no era buena idea, ya que el noveno siempre lo hacia involucrando a Xanxus de alguna u otra manera.

Xanxus mientras tanto, disfrutaba de escuchar los gemidos de su peliplata debajo de él – y vistiendo el kigurumi de león– mientras lo embestía fuertemente.

El maldito traje si servía para algo.