Maratón 2/?
~Calle abrió los ojos, observando a su alrededor, se encontraba en una habitación. No podía reconocerla, esas paredes de azul bebé, las cortinas blancas bailando con la brisa fría que dejaba pasar las ventanas, la cuáles se encontraban abiertas.
Aunque su desorientación era confusa, su respiración era tranquila, se sentía cómoda, aliviada, sin el peso de pretender. No entendía su razón, su confusión, el lugar donde se encontraba.
Pérdida en sus pensamientos, buscando una razón de ese rompecabeza, que sentía que jugaba con la misma pieza una y otra vez, intentando de alguna manera dejarla encajar, un murmullo la saco de sus pensamientos.
Sus ojos se desviaron, hacia el lugar del que provenía el murmullo. Al lado de ella pudo al fin notar algo familiar, el cuerpo del chico expuesto a la luz de la luna.
– Sebastián – Está susurró, viendo como éste se levantaba y tomaba el rostro de la chica en sus manos.
Con un poco de torpeza, al sueño aún mendigar en su ser, empezó a romper la distancia entre ellos, dejando que la habitación, dejar una ráfaga de viento bruscamente, invadir el lugar, dejando un escalofrío recorrer su cuerpo.
– Es imposible lograr quitar ese frío que sientes – Sebastián susurró, sus palabras llenas de decepción, tristeza y melancolía.
– ¿De que hablas? – Calle preguntó, abriendo lentamente los ojos, viendo directamente a los del chico.
Antes de que pudiera formular una palabras, su respiración se detuvo, en cuanto sus fosas nasales fueron atacadas por un dulce aroma, que reconocía tan bien. Al intentar de desviar su mirada hacia atrás, su detenida por la cabeza de quien la acompañaba por detrás.
– No mires, o tendré que decir adiós – El susurró suave y seductivo de la chica, causó una electricidad recorrer el cuerpo de la peli-gris.
Calle no protesto, mientras mantenía sus ojos cerrados, sintiendo como la contraria rozaba su mano por el brazo de esta, dejando que cada pelito de su piel se erizarán, a la vez robándole los pensamientos, dejando su mente en blanco. La peli-gris se mordió lentamente el labio inferior, mientras sentía como su cuerpo radiaba cada vez más calidez.
La mano de la chica siguió un recorrido comprometedor, dejando el fantasma de su tacto por donde pasaba, llenando a la chica con más deseó. Una vez la mano de la chica llegó a su destino... ~
La peli-gris despertó, su respiración agitada, y una sensación extraña entre su entrepierna, haciéndola sentir incómoda. Con sigilo miró a su alrededor, aún se encontraba en el avión, el cual se encontraba callado, pues la mayoría de los pasajeros estaban dormidos, o entretenidos con algo.
– Era un sueño... – Está susurró, arrastrando sus palabras, pues se había sentido tan real.
Movió su cabeza en negación, levantándose con sigilo del asiento, se dirigió al baño, y maldijo, al notar que estaba ocupado.
Tocó la puerta, y se recostó de la pared al escuchar que ya iban a salir. La sensación del tacto volvió a aparecerse en su cuerpo, como si la estuviera tocando de verdad.
Está suspiró pesadamente, cerrando los ojos, y moviendo su mano a su rostro, restregando sus dedos en sus ojos. Con la intención de apartar el sueño y la sensación lejos de ella.
La puerta se abrió, dejando ver a una chica y un chico salir de este, a lo que la peli-gris dejo notar su disgusto, al saber lo que pudo haber pasado ahí adentro. Sin más cerró la puerta a su espalda una vez adentro, encendiendo la pluma y acumulando el agua en sus manos.
Se tiró el agua fría en la cara, intentando con esta apagar una pasión que se había encendido dentro de ella, al tan solo recordar a la peli-azul, no de una forma tan sana como ella esperaba. Ese deseo de lujuria, que gateaba su forma, intentando de salir de ese hoyo oscuro en su interior.
«Ni siquiera la eh visto todavía» está gruño, volviendo a mojar su rostro «¡Aparte de eso tengo pareja! ¿Que mierdas hago pensando en otra persona?» sin pensarlo se dió una bofetada en la cara, dejando su propia mejilla roja.
– Joder Daniela, despierta, eso no va a pasar – Se dijo a si mismo, inclinándose al lavamanos, y volviendo a mojar su cara.
Se quedó una minutos dentro de este, antes de que tocarán la puerta, avisándole que tomará asiento pues iban a aterrizar. Está volvió a su asiento intentando no pensar en nada, dejando su mirada fija en la parte trasera del asiento ubicado delante de ella, mientras dejaba su mente en blanco.
– Bebé, ¿Estás bien? ¿Que le sucedió a tu mejilla? – La voz soñolienta y preocupada de Sebastián, hizo que desviará su vista, rompiendo su concentración.
Una sonrisa forzosa se hizo visible, pero para el estado del chico, fue poco notable.
– Estoy bien, no te preocupes – Comentó con una actuación, adaptando de una forma su voz para que le creyera.
El nerviosismo se apoderaba de ella, en solo tener que hablar de lo que había sonado con el chico, pues a pesar que no se tenían ningún secreto, al hacer la promesa de que no se guardarían nada apesar de lo que ocurriera. Este fue el momento en el que empezó la traición, en la que tuvo que romperla al mentirle.
«No hay manera de que pueda decirtelo» pensó antes de llevar su mirada hacia la ventana, viendo como los edificios se hacían más visibles.
Estos aterrizaron, y Calle fue una de las primeras en salir del transporte, caminando con ligereza para buscar su equipaje.
– Calle, esperanos, no andas sola – Sebastián sonrió.
«Que bien, con el menos que quiero hablar y es el primero que baja» Está gruño, antes de ver a Camila pasar al lado de ella.
– ¡Bebé! A ti era la que estaba buscando – Calle grito, pasando un brazo por la mano de la nombrada – ¿Donde era que iba a ser nuestra estadía? – Sonrió, al rato suspiro de alivio al ser salvada una vez que la chica le empezó a contestar.
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El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]
FanfictionSecuela de El arte de cupido. "Y si el destino nos quiere juntos, no importa cuántas gente pase por nuestras vidas, al final del camino nos veremos juntos" Luego de dos años, el corazón de ambas chicas an dado un paró, a un sentimiento, que se escon...