Capítulo 20: Estela de una sensación calida

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Mini Maratón 2/5

La chica abrió lentamente los ojos, al sentir como la cama se hundía, entre el borroso de vista aún soñolienta, divisó el pelaje gris de la chica, una leve sonrisa formándose en su rostro.

- Calle - Murmuró feliz, extendiendo sus manos para que la nombrada se acercara.

La peli-gris sonrió y gateó hasta los brazos de la chica, recostandose encima de esta, dejando su cabeza descansar en el pecho de esta, escuchado la palpitaciones tranquila de la chica.

- Que hermoso sonido - Murmuró levantando su mirada - Es el sonido más hermoso que eh escuchado, el saber que ya te tengo cerca, y que te sientes tranquila conmigo - Continuó, llevando sus manos al rostro de Poché, quien tenía los ojos cerrados con delicadeza.

La peli-rosado, sintió los dedos de la contraria, mover un mechón de pelo de la cara de está, haciendo que abriera sus ojos. No se asustó al ver lo cerca que estaba la peli-gris de ella, sus labios a centimetros.

- Lo siento, es que te veías tan angélica, tan pacífica - Calle comentó con timidez intentando de retroceder.

Poché no comentó nada, pero evitó que la chica se apartará, serpenteando sus manos por el cuello de la chica, acercándola, sus ojos cerrando se en el proceso, una vez la distancia desapareció, sus labios se fundieron en un beso suave y tierno, pero aún así dejaba radiar lo mucho que se extrañaban.

- Extrañe esto - La peli-rosado al fin hablo, abriendo los ojos, una vez rompieron el beso, que dándose viendo a los ojos, y sus narices rozando.

Calle observó cómo la chica se sonrojaba, y sabía que ella también estaba igual, levantó una ceja - ¿El besarme? - preguntó con curiosidad, rozando con cada palabras los labios de la chica, causando una honda placentera y estremecedora por el cuerpo de la menor.

La peli-rosado negó su cabeza - El sentirte cerca mío - Comentó con ternura, volviendo a atrapar los labios de la chica, está vez dejando pasar la punta de su lengua en el labio inferior de la chica.

Está abrió un poco su boca, dejándole pasó a la chica, quien sin pensarlo entro, combatiendo una batalla con la chica para dominar, saliendo victoriosa. En lo que se besaban, Poché posicionó a la chica bien encima de ella, con la piernas en ambos lados de su cuerpo.

- Déjame saber que estás aquí - Poché susurró en el besó, levantando una de sus piernas y presionando la en la feminidad de la chica, haciendo que está ahogara un gemido en el beso.

La peli-gris rompió el beso, y asintió con delicadeza no queriendo perder de vista las estrellas en los ojos verdosos de la chica. Deposito un beso en la comisura de los labios de Poché, dejando un camino, con delicados y deseados besos hasta el cuello, dejando un beso más duradero, junto con pequeñas mordidas, dejando una marca roja en este. La chica ahogaba sus gemidos, tapándose la boca con el brazo, dejando mordidas en este de excitación.

- Quiero escucharte - Calle ronroneo con un tono ronco, y excitado, tomando el brazo de la chica y depositando delicados besos en las mordidas que la chica se dejó.

El cuerpo de Poché reaccionaba a todas las acciones de la chica, cada movimiento, cada roce, cada susurró, causaba un inimaginable descontrol en este. Su cuerpo completo se sentía como si tuviera fuegos artificiales en el, su corazón bailaba de emoción, y su respiración se agitaba más, dejando que respirara entre cortado.

La peli-gris colocó una de sus manos en la cintura de la chica, dejando que está se diera paso dentro de la blusa, jalandola consigo hacia arriba, descubriendo una nueva obra de arte, bajando y llevando sus labios al ombligo de la chica, dejando un beso húmedo en este, haciendo el empezar de otro camino, esta vez con besos más húmedos, y lujuriosos, dejando los chupetones por donde recorría, llegando al sostén.

Está quitó por completo la camisa, viendo y apreciando el bello sostén azul bebé - Es bello - Susurró la peli-gris, depositando un beso en el seno izquierdo por encima de la pieza de ropa.

Llevo un de sus manos, al sostén, rozando la yema de sus dedos, en el borde superior de este, depositando besos, cerca del valle entre los senos. Empezó a bajar una vez más, dejando que sus manos rozarán el cuerpo de la chica, causando un camino de fuego estremecedor en el abdomen, llegando al pantalón. Se detuvo, levantando la vista a la chica, quien al repentino paro, miró hacia abajo, viendo como la chica pedía permiso con sus ojos.

Poché asintió, y Calle prosiguió con lo que estaba, desabotonando el pantalón, bajandolo dejando ver las bragas del mismo color. Retiro por completo la pieza de ropa, antes de retirarse, la chica depósito unos beso en el borde superior de las bragas, para luego retirarse, dejando sus ojos mendigar estupefactos, con la belleza que tenían al frente de ellos.

Esta se inclinó atacando los labios de la chica, y con este beso, todo se puso negro.

Poché despertó, desorientada se sentó en la cama, el abrigo de Calle en su manos todavia, y una sensación pulsante y cálida en su entrepierna. Su respiración estaba agitada y gotas de sudar brotaban de ellos.

- Era un sueño - Pensó dudosa déjanos su vista recorrer la habitación - Se sintió tan real - comentó levantándose de la cama y caminado hacia el baño, decidiendo tomar una ducha fría.

Entro al baño, quitándose la ropa, y encendiendo la pluma, el agua abrazo a la chica, pero esto no podía sacar las imágenes de su mente, las que se repetían una y otra vez como una película, haciendo que se le fuera imposible cesar ese deseo, pasando sus propias manos por su cuerpo, recordando cada tacto que sintió en el sueño, que todavía quemaban como si hubiera sido real, llevó su mano izquierda hacia uno de sus senos, y la otro la llevo más abajo, embotellando aquellos gemidos que querían salir mientras, intentaba de satisfacer un poco su deseó.

Dejó salir un suspiro frustrado, colocando una de sus manos en la cara - Ya me estoy volviendo loca - Comentó con frustración - Calle por qué te estás tardando tanto -

El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora