Capítulo 4: Sentimientos traicioneros

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Maratón 4/?

Sebastián saco la llave y la fue a colocar en la mano de la chica, cuando Alejo se levantó de la silla – Amor, creo que tenemos que ir al antro, ¿no te acuerdas que habíamos quedado con unos compañeros? – Comentó el chico.

Poché lo miró – No voy a ir, Necesito ver a Calle – está comentó con un tono molestó – Sabes que no me gusta que me celen – Está finalizó, tomando la llaves de la mano del chico y saliendo del sitio de comida rápida, ignorando cualquier reclamó del chico.

Sacó su móvil y busco el contacto de Sebastián.

Sebastián 📩

¿Cuál es la dirección?

Luego de enviar el mensaje, lo guardo, sacando las llaves de su auto.

«Poché, que mierdas estás pensado, que vas a hacer cuando la veas, que le vas a decir» Está se preguntó, mientras apretaba sus manos en el guíe.

– Solo cálmate, respira, todo irá bien – Se susurró al recibir un mensaje de Sebastián con la dirección.

Está levantó una ceja «Que coincidencia» pensó antes de arrancar, conociendo esa dirección de memoria.

Una hora y media transcurrió antes de llegar a su destino, viendo a una chica peli-gris sentada en las escaleras siendo iluminada por la luz de la lámpara que se ubicaba en la pared. El nerviosismo se apoderó de ella, sintiendo como sus manos empezaban a sudar y su determinación desaparecía por completo.

«Poché, si abandonó el sitio, fue por qué no te quería ver, como se supone que le entregué la llave ahora» está se golpeó mentalmente. Observando desde el carro a la chica.

Tomo un respiro hondo, volviendo a recuperar su valentía, y se bajó del carro, se acercó a la chica y con una sonrisa comentó.

– ¿Que hace una bella damisela tan sola a estas horas? – Preguntó en un tono fluido y delicado, para no asustarla.

La peli-gris levantó la vista, y al instante se paralizó, sus mejillas tornándose en un tono rosado y su corazón palpitando a mil, mientras su respiración se hacía cada vez más difícil.

– Yo... Ehh... Se me... Estoy... – Calle se tapó la boca con ambas manos, desviando la mirada hacia – Maldición – Susurró.

Poché no pudo evitar soltar una sonrisita, ante ese acto impredecible de la chica.

– Te eh traído la llave – Está comentó, levantando el dicho objeto en su mano.

Calle miró de reojo intentando ver solo el objeto, pero sus ojos se desviaron por completo, viendo la vestimenta de la chica, que conllevaba de una sudadera holgada color roja, unos mahones negros que no pasaban de los muslos, las tenis rojas y la gorra negro con tres aritos en el borde.

– Princesa, mis ojos están arriba – Poché comentó con una sonrisa satisfecha al notar la frustración y la pena que se mostraba en el rostro de la chica.

– ¡D-Dame l-las llaves! – Calle comentó con prisa, intentando de quitarle las llaves a la chica.

Poché sonrió pero antes de poder hacer una acción que tenía en mente, el móvil sonó y un gruñido escapó su boca. Moviendo la mano a su bolsillo lo saco, viendo que era Alejo llamando, está miro a Calle y noto como la chica levantaba una ceja.

– Ándale atiende a tu noviesito – Murmullo la peli-gris, arrebatándole por fin la llave del apartamento, y levantándose del escalón del edificio.

– Oye cuidado, que por poco me llevas el dedo – Poché comentó con una ceja levantada sorprendida por el repentino cambio de actitud en la chica.

El móvil volvió a sonar, y está lo tomo pues sabía que no iba a detenerse, pues el chico solía ser super celoso y demasiado protector.

– ¿Que ocurre amor? – Poché comentó acercándose unos cuantos pasos hacia la peli-gris quien se detuvo al abrir la puerta sin mirar para atrás.

†¿Donde estás?† Preguntó Alejo.

– Te sorprenderías en saber dónde viven mis amigos – Está comentó acercándose a la chica un poco más y colocando su mano en la espalda – Me tengo que ir, estoy algo ocupada – finalizó colgando la llamada.

– No me toques – Calle gruño, pero a pesar de su protesta no se movió.

Poché dejó salir una risita, la cual ocasiono un escalofrío recorrer el cuerpo de la contraria.

– No seas tan mala, llevamos dos años sin vernos, al menos se más amable conmigo – Poché ronroneo desapareciendo cualquier distancia que había con su cuerpo y el de Calle.

Calle entre abrió su boca al sentir los pechos de la peli-rosado en su espalda, intentando de calmar su corazón.

– Poché, si vas a jugar con alguien buscaté al noviesito ese – Comentó enfatizando la palabra «Ni se te ocurra irte con él» Pensó.

La mencionada levantó una ceja – ¿Quien dijo que tenía novio? – Preguntó levantando una ceja.

Calle se volteó al fin en lo que quedaba de la conversación, su mirada quedándose encima de la peli-rosado, buscando una pista para creerle.

– Celosa – Murmuró la peli-rosado, notando que la contraria se había quedado con la mirada en sus labios.

Las mejillas de Calle se tornaron carmesí al instante, frunciendo su nariz y haciendo un puchero.

– Ugh, Eres irritante y apenas llevamos menos de unas palabras intercambiadas – Calle comentó con irritación, desviando los ojos hacia el lado – Me largo – Finalizó entrando al edificio cerrando la puerta a sus espaldas, antes de ir hacia el ascensor.

Unos segundos después entra Poché con una sonrisa burlona en su rostro, jugando con unas llaves en sus dedos.

– ¿Que haces aquí? Deja de seguirme acosadora – Calle comentó molesta, y el sentimiento de celos que aún permanecía en su interior no era de ayuda.

– Con gusto sería tu acosadora – Poché río, antes de presionar el número cinco – Pero como yo vivo aquí antes que tú – Una vez la puerta se cerró, está se dió la vuelta, acorralando a Calle en la pared metálica de ascensor – Diría que la acosadora eres tú – finalizó con una sonrisa satisfecha.

Calle se puso nerviosa, demasiado para ser exacto pues no sabía ni que decir, a tal información.

– Fue un gusto volverte a ver – Poché comentó una vez el ascensor se detuvo, empujandose lejos de la chica, viendo cómo está tomaba un respiro hondo.

– Tengo novio, ¿sabes? – Calle entrecerró los ojos, marcando el piso siete.

– Ellos no necesitan saber – Poché comentó mordiéndose el labio inferior al momento que se cerraban las puertas.

El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora