Epílogo

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A pasado un año desde que Calle y Poché se hayan convertido en parejas, decidiendo mudarse en un apartamento juntas, en Bogotá, nuevamente regresando a su tierras. Al extrañar el sitio y su familia.

Ese día iban a cumplir un año juntas, y Calle había salido en todo el día. Poché estaba un poco furiosa, pues ella quería pasar el día con la chica, viendo películas, y acurrucadas en la cama, pero la peli-gris la daño comentando que tenía cosas importantes que hacer.

Le parecía raro, pues está ya llevaba tres días corridos, saliendo sin explicarle a donde iba. Está se aburrió y decidió llamar a la chica de su vida.
La llamada fue contestada de inmediato, como si ya estuviera esperando a que la llamarán.

– Gorda, ¿donde estás? – Está comentó.

†Apenas me acabo de despedir de Paula, ¿Por qué?† Calle comentó indiferente.

Poché se percató del tono de la chica – ¿Al menos te has acordado que día es hoy? – Está comentó intentando de no ponerse brava.

Calle se puso a pensar †¿Jueves?† comentó más viendo como preguntó †Mira, ahora mismo no puedo hablarte, me tengo que ir, hablamos una vez llegué a la casa† Está comentó, un poco apresurada.

– Para eso mi llegues – Poché gruño colgando la llamada.

Está observó a la mesita de noche, donde tenía guardado el regalo de la peli-rosado, y con un suspiro se dejó caer en la cama, mirando el techo.

– Te odio Daniela Calle – Comentó sintiendo unas lágrimas recorrer su rostro mientras cerraba los ojos.

Una hora más tarde, un ruido en la sala la despertó, está se levantó caminando hacia la sala, parándose en el pasillo, escuchando la voz de Calle.

– Baja la voz, te va a escuchar – Está comentó – Vamos, mantente quieto – mientras está tenía una conversación, con quién sabe quién.

La peli-rosado se asomó – ¿Calle? – Preguntó con curiosidad.

Calle se congeló en el proceso, antes de reaccionar rápido, dándose la vuelta – Poché – Está comentó asustada.

– ¿Con quién hablas? – Está preguntó curiosa.

Calle miró a sus espaldas – Pues yo... – la chica gruño, pues no salió como tenia en mente, dándose la vuelta y tomando una caja, mientras caminaba directo a la peli-rosado – Crees que me olvidaria que hoy cumplimos un año – Está sonrió extendiendo la caja.

Un pequeño ladrido se escuchó provenir de esta, haciendo que la chica mirara hacia Calle y luego a la caja.

– No puede ser, No puede ser – Está repetía, abriendo la caja, viendo como un pequeño perrito se paraba en sus dos patitas, mirando a la peli-rosado a los ojos.

– Felicidades, eres mamá – Calle burlo, viendo como la chica tomaba al pequeño Pug en sus manos, dondele un beso a este.

– Siempre eh querido uno de estos – Poché sintió ganas de llorar, sus ojos cristalizando se.

Esta observó el collar que llevaba, y unas sortijas colgaban de este, hacia que desviará la vista hacia la peli-gris.

Calle desvío la mirada – Son anillos de promesa – Está confesó, acercándose a la chica – De que te prometo algún día cambiarlos por unos de compromisos – Está finalizó jalando a la chica, dándole un beso.

El perrito ladro llamando la atención de las chicas, quienes dejaron salir una risita.

– Necesita un nombre – Calle comentó rascando al pequeño detrás de la oreja.

– ¿Que tal Max? – Poché sugirió, la contrario hizo una mueca de desagrado – ¿Sebas? –

– Sebastián se sentiría demasiado afortunado, además no dejaría pasar el hecho de que hayas llamado al perro como él – Calle argumento imaginandose la escenas que podía hacer el chico.

– ¿Ramón? – Está preguntó.

El perrito fue el que ladro, moviendo su colita de felicidad, mientras intentaba lamber la cara de la chica.

– ¡Entonces será Ramón! Bienvenido a la familia pequeño – Está sonrió, dándole un beso en la nariz al perrito, antes de desviar la mirada hacia la chica, jalandola para darle un beso en los labios.

El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora