Capítulo 10: Explica el pasado 1/2

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Maratón 10/?

- ¿Que ah sucedido en casa? - Preguntó Poché recargando los brazos en la mesa, no desviando la mirada de la chica.

Calle analizó la pregunta, pensando si debería hablar o no, se colocó una mano en la cabeza, tapándose con el pelo, mientras desviaba la vista hacia el mostrador, donde las habían llamado para buscar el café, y emparedados.

- Vengo ahora - Poché comentó levantandose del asiento en busca de la comida.

Calle llevó su vista hacia la peli-rosado obsevando lo que está hacía.
Poché se inclinó en el mostrador, hablando con la empleada, haciendo que está se sonrojara. La peli-gris frunció el ceño, sintiendo su boca amarga.

- Poché, avanza - Gruño la chica, cruzando sus brazos, sin esconder el hecho que estaba celosa.

La mencionada miro a la dirección que mencionaron su nombre y sonrió, viendo la actitud que tenía la chica, agradeció por la orden, y camino nuevamente a la mesa.

- Ahora si, cuenta - Poché sonrió una vez sentada.

Calle la miró de reojo - Vete con tu nueva amigita - Comentó dejando un suspiro pesado salir de ella.

La peli-rosado negó con la cabeza - En realidad la chica preguntó por ti - Fue entonces que la otra abrió los ojos en sorpresa.

- Oh - Fue lo único que comentó la peli-gris, desviando su mirada hacia la mesa, observando el café al frente de ella.

- Poché, luego de que te fueras de Bogotá, tu padre y yo tuvimos unos cuantos encuentros... - Calle comenzó.

~Flashback~

- Srt. Calle - se escuchó la voz de un adulto, desde la puerta

La mencionada levantó la mirada, viendo al Señor Garzón parado en esta con un ramo de rosas en las manos, con una sonrisa en la cara, asintió la cabeza, permitiéndole paso al hombre.

- ¿Cómo se encuentra? - Preguntó con un tono parental, colocando las rosas en sus piernas - Vale te las envía, ya que no pudo venir - Aclaró ya que la chica observaba el regalo en sus piernas.

- Eh estado mejor, pero ya falta poco para que me den de alta - Calle comentó, poniéndose pensativa - Aunque de aquí iré directo a la prisión nuevamente - Confesó mirando hacia la ventana.

El señor negó con la cabeza, una sonrisa en su rostro - Cualquier caso contra ti, fue levantado, y tu amigo a sido liberado - Este comentó, con confianza y seguridad en su tono.

Está lo observó levantando una ceja - ¿Cómo así? - preguntó poniendo toda su atención al hombre.

- No hay nada que el dinero no pueda comprar y arreglar - Este comentó hundiendo los hombros como si no fuera nada - es lo mucho que puedo hacer por qué me hayan cuidado a mi hija - Confesó.

Calle sonrió - Siempre estaré para cuidarla - está comentó, pero su sonrisa fue poco a poco desapareciendo.

- ¿Que sucede Señorita? - Comentó el Señor, viendo el cambio repentino de la chica.

Calle levantó la vista - Primero que nada, puedes llamarme Calle, segundo, Mario y Juan siguen libres, y no se donde se encuentran - Confesó, con un poco de nerviosismo y preocupación.

El señor se quedó serio unos minutos, pensando en que decir, viendo la preocupación en la chica, antes de sonreír de lado.

- Ellos no serán mucho problema en encontrar - Comentó sacando su móvil, y desbloqueando lo, empezando a escribir algo en el.

- ¿Que haces? - Está preguntó con curiosidad, levantando una ceja.

El hundió los hombros - Varias personas me deben un favor, hora de cumplirlo - Fue lo único que comentó.

Luego de la conversación, pasaron varios días, una semana, y dieron a la chica de alta. Valentina fue quien la recogió, llevándola a la casa para que dejara sus cosas y descansará, prometiendo pasar luego a buscarla. Calle se encontró con el Sr. Garzón quien la esperaba en la casa, con una sonrisa genuina, recostado en el marco de la puerta.

- Hola pequeña, ¿como te sientes? - Este comentó, jalandola hacia un abrazo, invitándola a entrar.

- Genial, ya no duele - Comentó levantando la camisa y mostrando la cicatriz, en donde la bala entro, y el brazo, que ya eran poco visibles el suceso de daño propio.

Este asintió, observando a la chica con un cambio de expresión, pues ahora se había puesto más serio.

- Solo eh encontrado a Juan, Mario no hay rastro de él en ningún lado - Confesó señalando una puerta en el pasillo, el cual conducía al sótano.

- Papá, iré a buscar a Sebastián, que me ah escrito - Comentó Valentina asomandose por la entrada a la sala.

Ambos asintieron, despidiendola con la mano, antes de volver a centrarse en la conversación.

- Iré a negociar con él - Calle sonrió de lado, malicia reflejándose en sus ojos, parándose del sofá.

- Me avisas cuando necesites algo - Comentó el Sr. Garzón, mientras encendía la televisión.

Calle inclinó la cabeza hacia el lado, con una expresión pensativa - ¿De por casualidad tienes una pistola de agua? - Preguntó con un tono inocente.

Este desvío la mirada hacia la chica, con una expresión de extrañeza, antes de asentir - En el almario del pasillo, en la tercera tablilla hay una caja con varias - Este explicó.

Calle asintió y se dirigió al sitio, tomando una pistola que imitaba una 9mm, y caminando hacia el baño abriendo el botiquín; sacando de este la botella de alcohol puro, llenando la pistola del líquido. Luego de finalizar, camino hacia la cocina, tomando un cuchillo; el más filoso que encontró y se dirigió a la puerta para ir al sótano.
Bajando la escalera, podía escuchar el murmullo obligado a permanecer en la boca del chico, al tener un paño en la boca.

Está sonrió - Es tan bella, la escena que estoy presenciando ahora, dime, ¿que se siente ser la víctima? - sus ojos se oscurecieron un poco.

Este gruñó intentando de gritarle hasta la madre, a lo que Calle solo dejó escapar una carcajada.

- Sacatelo de la boca, que no te entiendo - Burló jalando una silla con ella, y ubicandola frente al chico - Te haré unas preguntas y quiero que las contestes honestamente - está comentó, sacando el paño de la boca del chico.

- ¡PUDRETE MALDITA DESGRACIADA! - Este grito, con rabia escupiendo sus palabras.

Calle levantó las manos, quitándose la saliva de la cara - Habla pero no escupas - Comentó con cuidado - Eso no fue muy lindo de tu parte - finalizó con tranquilidad, levantando su mano con el cuchillo en el...

El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora