Capítulo 25: Ayudame a planear

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Pasó un día en el cuál Poché y Calle no dejaban de estar sola por un segundo, entre besos y roces demostrando se cuánto han deseado estar juntas.

Poché decidió en salir, pues aunque no quisiera tenía cosas pendientes ese día.

– Sebastián, ¿podemos hablar? – Calle preguntó saliendo de la habitación, terminando de ponerse una camisa blanca holgada, y sacando los mechones de dentro de la camisa, dejando que reposarán en sus hombros.

– Claro – Este comentó palpando el sofa para que la chica se sentara.

Está se sentó, mirando sus manos – Sabes todo lo que nos ah pasado, yo quiero hacerle algo lindo a Poché, para que por lo menos, aunque sé que no olvidaremos nada de los sucesos, al menos pueda para un momento que recompense todo – Está comento con timidez, sintiendo sus mejillas tornarse rosita.

Sebastián sonrió – Eso es una muy buena idea, y ¿que estás pensando hacer? – este preguntó con calma.

Está dejó salir un suspiro – No tengo idea, no sé ni por dónde empezar, además de qué también quiero pedirle que sea mi novia – Está confesó.

Sebastián empezó a reír – Ósea, ¿primero prefieres tirarte la, antes de atreverte a pedirle que salga contigo? Wow, me sorprendes bebé – Este burló, causando que la chica se tornará de un tono carmesí.

– Yo... Eso... No... Espera... Argh – Está no sabía que decir, al haber sido pillada cruzando las mano frente de ella, haciendo un puchero – Eso no fue algo planeado – Murmuró a lo bajo.

Sebastián negó con la cabeza – No sé por qué no te creó – Finalizó antes de mirar hacia fuera de la ventana – ¿Por que no te la llevas de vacaciones? – este preguntó con una sonrisa.

Está lo miró levantando una ceja – ¿De vacaciones? – Está volvió a preguntar contemplando la idea.

– Si, puedes llevartela a cualquier parte del mundo, si necesitas yo te puedo dar dinero, sin celulares, solo ustedes dos y su mundo – Este comentó con emoción.

– ¿Sin celulares? Pero... ¿como me comunicaré con ustedes? – la peli-gris preguntó con duda, y este negó con la cabeza.

– No, nosotros estamos bien, y tienes una cámara por si quieres tomar fotos, pero los celulares se quedan conmigo – Este comentó con un tono firme.

Está agachó la cabeza, procesando la idea – Quiero ir a Madrid – Está comentó levantando la cabeza – Pero el móvil se va conmigo, tengo pensado comprarle algo haya, y lo necesito para hacer los arreglos – está finalizó.

– Que mal, y yo que quería ver que tenían guardados en sus móviles – Este dijo en tono burlón.

– Ay si, sobretodo – Calle río.

– ¿Vas a volver a dormir en tu cuarto? – Este preguntó cambiando de tema, sabiendo como esta dormía siempre en el sofá.

Está observó hacia el cuarto, las imágenes de la noche anterior llegando a su mente, y con una sonrisa asintió – No creo que el sofá sea muy bueno para mí espalda, después de tanto tiempo – Está comentó con un tono enamorado.

– Claro, la espalda, vamos a coger eso de excusa – Este burló, recibiendo un golpe en el hombro de la chica.

– Cállate, ni que no supiera que metiste a Laura a tu habitación también – Está bufó, haciendo un movimiento con sus cejas, de arriba abajo.

Este gruño – Un momento el cual tú pequeña arruinó, gracias – Hizo una mueca, causando una risa en la peli-gris.

– Pobre, busca otra oportunidad – Está sonrió.

– Ugh, la próxima vez arruinare su momento, para que veas cómo se siente – Está cruzó los brazos.

Calle levantó una ceja – Bueno, a mí no se me baja nada cuando me interrumpen – Está desvío la vista hacia abajo, antes de volver ver a mirarle la cara al chico con una sonrisa victoriosa –  osea puedo seguir con lo que hacia una vez te vayas – una vez finalizó tomo el móvil de la mesa.

Sebastián abría y cerraba la boca, buscando una buena respuesta, antes de dejar un suspiro, mirando a la televisión, ya que la chica había puesto la serie de Sherlock Holmes.

Cuatro episodios pasaron, prácticamente cuatro horas, pues cada uno de los episodios duraban una hora. Calle pausó el siguiente episodio, desviando su mirada hacia el chico.

– ¿Pedimos pizza o cocinamos? – Está preguntó, levantándose del sofá.

– Prefiero comer comida de perro, antes de comer tu comida – Este burló viendo como la expresión de Calle se ponía sería.

– Que graciosito, llamaré para que traigan Pizza – Está gruño ofendida saliendo de la sala.

– Danielita era una broma, me encanta tu comida y lo sabes – Este comentó levantándose del sofá y caminando detras de la chica.

– No ahora no vengas con esa, vete y dile a la madre que te parió que te cociné – Calle comentó señalando la puerta.

En ese mismo momento está fue abierta, dejando entrar una agotada Poché por está.

– Wow, y si yo señaló, ¿llegará Laura? – Sebas comentó ignorando el comentario, luego de ver que Poché cerraba la puerta, intento hacer lo mismo.

Poché levantó una ceja confundida a lo que ocurría, mientras sin decir nada camino hacia la peli-gris, serpenteando sus manos por la cintura de esta. Calle aceptó el abrazo, desviando su mirada hacia Sebastián.

– Podrás decir hasta abracadabra y aún así no te va a pasar – Calle burlo, ganando un gruñido del chico.

– Mejor me voy, antes de que empiecen a restregarmelo en la cara que estoy solo – Este comentó caminando hacia la sala, sentándose en el sofá.

Poché mantenía sus cabeza recostada en el pecho de la chica, mientras está hablaba por el celular, luego de pedir la pizza, beso a la chica en la cabeza, alzandola, y sentandola en la isla, la chica quedando un poco más alta que la peli-gris.

– Bienvenida a casa – La peli-gris ronroneó, capturando los labios de la chica en los suyos – ¿Cómo fue tu día? – comentó luego de unos segundos.

Poché desvío su mirada hacia el lado – Pues... Se me perdió el set de sombras favoritos, tuve que correr detrás del autobus por qué se me había quedado la cartera, Erika canceló la entrevista que me había hecho con alguien, Vale me llamo comentándome que mi gata falleció, y apoco tuve que esperar dos horas en una parada hasta que terminara de llover – Está finalizó, volviendo a mirar a la chica con un suspiro – Pero ya estoy en tus brazos, y es suficiente para alegrar mi día – Está finalizó, besando a la chica en los labios.

– Bebé, tengo algo que decirte –

El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora