Capítulo 13: Un concierto con propósito

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Maratón 13/?

Dos días pasaron luego de los inconvenientes apenas llegando al sitio. La peli-gris, aún seguía durmiendo en el sofá, pues no se sentía cómoda al estar en la habitación, rodeada de aquellas paredes azules bebé, sin pensar en tener a Poché en la cama.

– Bebé, te vas a joder la espalda si sigues durmiendo ahí – Sebastián comentó, caminando a la cocina.

– Lo se, pero es demasiada tentación en mi cuarto, como para dormir en ella – Calle respondió estirándose fuero del sofá, sintiendo un ligero dolor, caminando al baño.

Una vez termino de hacer sus necesidades, y lavar la boca, volvió una vez más a la cocina.

– Oye Calle, ¿te acuerdas cuando fuimos a Wendy's? – Sebastián preguntó, con duda.

– Pues claro, fue los otros días, ¿qué pasó? – Está preguntó sentándose en el taburete.

– Voy a ir con la empleada – Este sonrió, sonrojándose un poco.

Calle sonrió – Mira, hasta te has sonrojado – Está burló y asintió – Te dejare el mejor asiento – Finalizó, esperando a que el chico le colocara su plato con el desayuno al frente.

– Esto será lo único que extrañaré de tener una relación contigo – Calle comentó observando la comida.

– Me hieres – Dramatizó el chico, antes de empezar a reír, seguido con la chica.

Luego de la conversación, Calle salió de su apartamento dirigiéndose a la de Camila, para terminar de cuadrar las cosas. Las horas pasaron entre risas, bromas, chistes, llegando la hora de ir al sitio que alquilaron.

Al llegar se sorprendieron al ver que era bastante enorme el lugar, dejando a casi todos boquiabiertos.

– 50 dólares a que se llena completo – Camila comentó caminando hacia Calle.

Calle la observó y sonrió – A que no – Ambas apostaron.

Subieron al escenario, y empezaron a acomodar su equipo, y a verificar la guitarras, una vez terminaron personas empezaron a entrar.

– Sebastián, si vez a alguien sospechoso, ya sabes que hacer, tienes que estar pendiente por si Mario llega a mostrar la cara – Calle comentó jalando al chico por la camisa para que le prestara atención.

– ¿Estás segura que vendrá? – Preguntó el chico, observando a la gente sentándose, que por lo que veía ya eran muchas.

– No estoy segura, pero tampoco quiero ponerlo en suerte – La chica comentó sería.

El chico la observó por unos segundos antes de asentir la cabeza – Rompe el show – Le comento con ánimo, mientras se daba la vuelta buscando a la chica con la que vino.

Calle camino al centro de la tarima, observando a la multitud.

– Me parece que me eh ganado una apuesta – Comentó Camila desde atrás, ganando que Calle se diera la vuelta y le sacara el dedo del medio, causando una carcajada en esta.

Tomo un respiro hondo y una vez se dió la vuelta aguanto el micrófono – ¡Holis bebés! – Fue lo primero que comentó – Wow no me esperaba a ver tantas personas, voy a llorar – sonrió – Venimos desde Bogotá, y déjenme decirles lo hermoso que es este lugar, no eh dejado de encontrarme sorpresas desde que llegué – Escuchó como varias personas gritaban de alegría.

Unas cuantas palabras más fueron dichas, antes de empezar a cantar, ya como a la cuarta canción llevó su vista hacia las primeras filas, buscando una peli-rosado, una vez sus ojos se encontraron está sonrió.

– Tengo una canción para alguien muy especial para mí, que apesar de que no puedo estar con ella, tampoco puedo estar sin ella – Calle comentó, y el murmullo de las personas apoderaban el sitio.

– Culpable es lo que dice el veredicto
Pero invicto en la derrota de un poema
Mi problema es convivir con el conflicto
De un corazón adicto a todo lo que quema

Yo lancé la moneda, pero salió cruz
Y desde entonces sólo escribo canciones de amor
Pa' enamorarme de cualquiera que no seas tú
Y convertirme en cualquiera que no sea yo –

La peli-gris empezó a sentir una sensación extraña, como si algo fuese a pasar.

– Ni contigo, ni sin ti puedo estar
Vivo con esa ansiedad a cuestas
No sabes lo que me cuesta
Buscarte aquí en la cama al despertar y ver que no estás

Hablo con la botella
Pero ella tampoco me devuelve la respuesta
No sabes lo que me cuesta
Ni contigo, ni sin ti puedo estar

Puedo estar, puedo estar
Uuoh

Cupa-culpable, carcel al mismo tiempo
Te creía libertad y te cedi mi aliento
Cuántas noches sin tus besos se cumple mi condena
Si tenerte en mis recuerdos ya supone tus cadenas

Y si quieres que lo admitas: Sí, la culpa es mía
Por buscarme a mí en tus manos cuando no estoy en las mías
Por cumplir tantas sentencias en nombre del pecado
Desde mi inocente rabia por no estar siempre a tu lado –

Calle sentía varias lágrimas recorrer sus mejillas, aún viendo a Poché a los ojos, quien se había empezado a mover lentamente hacia la tarima, hipnotizada por la voz de la chica, y la verdad que escondía.

– Ni contigo, ni sin ti puedo estar
Vivo con esa ansiedad a cuestas
No sabes lo que me cuesta
Buscarte aquí en la cama al despertar y ver que no estás
Hablo con la botella
Pero ella tampoco me devuelve la respuesta
No sabes lo que me cuesta
Ni contigo, ni sin ti puedo estar

Puedo estar, puedo estar
Uuh –

Poché se acercó lo suficiente a la tarima, usando impulsó para subirse a esta y quedarse sentada en ella.

– Ni contigo, ni sin ti puedo estar
Vivo con esa ansiedad a cuestas
No sabes lo que me cuesta

Hablo con la botella
Pero ella tampoco me devuelve la respuesta
No sabes lo que me cuesta
Ni contigo, ni sin ti puedo estar –

Entre el bullicio que había, fueron pocos los que notaron las puertas traseras abrirse, mostrando la figura de una persona, y la de un arma de fuego en las manos, aunque las personas que se habían dado cuenta intentaron advertirles a las de alante, fueron ignoradas, creyendo que era la emoción a la canción.

– Ni contigo, ni sin ti puedo estar
Vivo con esa ansiedad a cuestas
No sabes lo que me cuesta
Buscarte aquí en la cama al despertar y ver que no estás

Daniela Calle (hablo con la botella)
Uooh (pero ella tampoco me devuelve la respuesta)
No sabes lo que me cuesta
Ni contigo, ni sin ti puedo estar –

La canción acabo, y con eso Poché se había levantado corriendo a la chica, una vez estás se acercaron lo suficiente, el ruido de una pistola fue escuchado.

El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora