Mini Maratón 1/5
Un pequeño maratón de sorpresa, espero que les guste.
Luego de pasar unas horas con Alejo, viendo películas y hablando de cosas triviales, la noche cayó, y con ella Erika llegó a la casa.
– ¡Chicos llegué! – Anuncio desde la puerta la chica.
Ambos chicos se quedaron callados, desviando la mirada hacia la entrada del la sala. La chica se hizo visible en el campo de vista de ambos, un silencio sepulcral consumiendo el aire, en el momento que hasta la televisión se puso a descargar.
Alejo aclaró su garganta – Pequeña nos vemos luego – Comentó depositando un beso en la cabeza de la chica, antes de levantarse del suelo, y caminar hacia el marco de la puerta.
Se detuvo y observó a Erika a los ojos – Me decepcionas – Gruño antes de seguirlo caminando.
Erika levantó una ceja confundida – ¿Que le picó a él? – la chica preguntó viendo a este salir por la puerta.
Una vez desvío la mirada hacia Poché, se percató de la mirada asesina que está le estaba regalando mientras cruzaba las manos.
– Siéntate que tenemos que hablar – Poché comandó.
Erika bufó – ¿Desde cuando yo hago caso a lo que dices? – Está comentó caminando al sofá, inclinando y reposando sus manos en el espaldar de este.
– Primero que nada termine con Alejo – Está empezó, dejando que su sangre se calmara de la rabia que contenía.
Erika abrió los ojos en sorpresa – ¡¿POR QUE!? HACIAN UNA BONITA PAREJA – Está reaccionó gritando, re-incorporandose.
Está pinchó el puente de su nariz, dejando salir un suspiro – Solo pasó, y listo, de todas formas jamás estuve enamorada de él – está comenzó una vez más.
– Tuvo que ser esa puta – Erika refunfuño interrumpiendo a la chica, quien abrió los ojos.
– No te estarás refiriendo a... – Poché empezó antes de ser cortada una vez más de sus palabras.
– Si, esa misma que estás pensando, la tan Daniela esa, todo es su culpa, si ella no hubiera venido, tú no estuvieras pensando en esas cosas del diablo – Está comentó frustrada y asqueada – las personas homosexuales son unos enfermos, un error en la humanidad, y no me vengas a decir que la persona que tiene tu corazón es esa chica, por qué... –
Poché no lo soporto más caminando hacia la chica, y plantando le una bofetada en la cara, rabia reflejada en su rostro.
– Eso fue por llamar a Calle puta, cuando quien se supone que lleve esa etiqueta eres tú – Está gruñó, antes de colocar una mano en su pecho – Yo no decido de quien me enamoró, nadie lo hace, solo pasa, es una serendipia para mí – está cerró los ojos – Amor es amor, y tener un sentimiento así de bonito para alguien, sin importar el físico, género, aspecto – respiro hondo – jamás, te digo que nunca va a ser una enfermedad, mucho menos un error – La peli-rosado comentó abriendo los ojos viendo fijamente a los de Erika.
La chica hizo una mueca de asco – te irás al infierno tú y aquella – Gruño – Quiero que te larges de mi apartamento, escorias como tú no es algo que quiera en mi vida – Está escupió sus palabras, cada una más llena de veneno.
Poché sonrió de oreja a oreja – Oh, eso es algo que no me tienes que repetir dos veces, de todas maneras ya me iba – Está comentó caminando al marco de la puerta – Si amor a alguien significa ir al infierno, no me quiero imaginar para donde vas al odiar y descrimimar a alguien de esa manera – Finalizó caminando a su cuarto para guardar sus cosas.
Un grito frustrado se escuchó en la sala, seguido de un portazo, causando una carcajada en la chica, luego de unos segundos su sonrisa desapareció – ¿Donde estás Calle? – preguntó en un susurró desviando su mirada hacia la ventana viendo la luna llena – Mami, por favor cuidamela donde quiera que esté – sus ojos se cristalizaron, antes de sacudir su cabeza.
Continuó con lo que hacía, y una vez termino, tomo sus dos maletas; alejándose de aquella habitación, de la cual alguna vez tuvo lindos recuerdos. Decidiendo que eso no la iba a dejar cambiar de opinión, se dirigió al apartamento de Calle y Sebastián.
Toco la puerta con timidez, escuchando unos movimientos dentro del apartamento, minutos luegos un chico agitado y sudando abrió la puerta.
– P-Po-ché, ¿q-que haces aquí? – El chico tartamudeo, desviando disimuladamente la vista hacia adentro.
Poché notó esto y levantó una ceja – ¿Vine en un mal momento? – preguntó curiosa.
El chico nerviosamente llevo la mano a la cabeza – Pues nos acabas de espantar el momento – Este río, dejando ver a una chica, que se estaba arreglando el pelo.
La peli-rosado abrió los ojos en sorpresa – Oh por dios, lo lamento tanto, no pensé... No esperaba que... Ay qué vergüenza – Comentó deprisa, sintiendo su rostro arder.
La chica y el chico estallaron en un mal de risas.
– No te preocupes, ya pasó, dale pasa – Este comentó dejando a la chica entrar – Está es Laura Quintero – El chico comentó cerrando la puerta.
– Mucho gusto – Poché comentó con una sonrisa, extendiendo su mano.
La chica sonrió y sacudió su cabeza, tomando el brazo de la chica y abrazándola – El placer es mío, Sebas me contó de tí – Está le regaló una sonrisa genuina a la chica, antes de romper el abrazo.
– Espero que nada malo – Este río nerviosa, dejando sus maletas a un lado.
– de todas maneras, ¿Por qué estás aquí? – Sebas preguntó con curiosidad, llevando las maletas de la chica al cuarto de Calle.
– Tuve una discusión con Erika, y me ah botado del apartamento, lo cual yo gustosa accedí – Está hundió los hombros, abostezando un poco.
– Ya veo, y ¿Por qué fue la discusión? – El chico continuó.
Laura inclinó la cabeza hacia el lado – Sebas, ¿por qué no mejor deja que descanse un poco y luego le preguntas? – comentó – mírala, parece que no ah dormido en días – Finalizó si punto de vista, haciendo que el chico asintiera.
– Puedes dormir en el cuarto de Calle, aunque ella no a dormido en esa cama desde que hemos llegado – Este admitió.
La chica le entró la curiosidad, de preguntar el por qué, pero decidió dejarlo para después, caminando a la habitación, observó que las cosas de las chica estaban acomodadas, en excepción de una abrigo negro en una de las sillas, encanchado. Camino hacia este tomándolo en las mano, y dandole un hondo respiro, dejando sus fosas nasales llenarse del aroma dulce de la chica. Sin más camino a la cama, tirándose en esta, aún abrazando con fuerzas el abrigo.
«Espero que regreses pronto» fue lo último que pensó, antes de caer en un profundo sueño.
Holis bebés!
Este capítulo va dedicado al tercer comentario 🤞 CamilaCortsDaz.
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El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]
FanfictionSecuela de El arte de cupido. "Y si el destino nos quiere juntos, no importa cuántas gente pase por nuestras vidas, al final del camino nos veremos juntos" Luego de dos años, el corazón de ambas chicas an dado un paró, a un sentimiento, que se escon...