El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]

Capítulo 21: Ya me canse de tus juegos

Mini Maratón 3/5

Calle se encontraba sentada en el mismo final de pasillo con las piernas cruzadas, observando a un Mario Ruíz todo golpeado, recostado de la pared. Mientras a sus espaldas yacía los cadáveres de entre cinco a diez sujetos, extraños para la chica.

~°~°~°~ Flashback °~°~°~°~

– Mario Ruíz, espero que estés listo, que de esta no sales vivo – la chica comentó con rabia atravez de aparato.

Antes de arrojarlo al agua, agachándose al escuchar unos pasos apresurados, correr hacia donde se encontraba el almacén. Está volvió a enrollar la cadenas en su mano, antes de pararse viendo a dos personas más en uniforme negro corriendo hacia donde ella al verla, sin más levantó su arma mostrando la 9mm, dejando que su persona del pasado se apoderara de ella

Los recuerdos de las prácticas con su padre regresaron, junto con cada crimen hecho, cada táctica, cada movimiento. Sus pasos se tornaron más determinados, y su semblante más oscuro, su expresión seria. Sin parpadear disparon con velocidad, dos balas, en el centro de sus cabezas, dos cuerpos más para la colección.

Siguió su camino con un paso ligero, escondiéndose entre las sombras, cuando veía a algunos pasar corriendo por el lado de ella, sin percatarse de su presencia, camino hacia la entrada del muelle, aniquilando consigo, a dos de los guardias, y reteniendo a uno.

– Llévame a donde Mario Ruíz – Gruño, con un tono demandados, y desafiante, recargando la pistola, y apuntandole en la espalda, mientras desprendía del chico cualquier arma que viera.

El chico asintió con prisa – Te llevo pero no me mates por favor, tengo una familia que cuidar – el chico suplico, caminando hacia un auto.

La peli-gris lo pensó – No hagas nada extraño, por qué no dudaré en jalar el gatillo – Está amenazó y este asintió.

La posición de la pistola cambiando una vez se montaron en el auto, a la cabeza. Este encendió el auto, y arrancó, conduciendo hasta un edificio unas cuadras más alejadas del muelle. Está observó el edificio, que leia "Ruíz" sacando en conclusión que era una de las muchas empresas del padre del chico.

Está se bajó del carro – Fuera de mi vista antes de que me arrepienta – Comentó entre dientes, viendo como este no dudaba en arrancar.

Desvío su mirada nuevamente al edificio, y sacó su móvil, cual había puesto a cargar en el auto, y busco el contacto del chico, marcandole.

– Hola Mario – La chica sonrió una vez, la llamada fue contestada.

†Oh, preciosa y ¿ese milagro? ¿Ya te has dado cuenta que los hombres te van mejor?† Este comentó con un tono burlón.

Calle se relamio los labios – Pues claro, por qué crees que eh venido a buscarte – Comentó caminando hacia la entrada del edificio.

Entrando dos personas le apuntaron, con las pistolas, lo cual le dió a ella un poco más de adrenalina, agachándose al escuchar el sonido provenir de las armas ajenas y disparando la de ella, dejando a uno herido, y al otro agonizando con una bala en el cuello.

– Mantén tus ojos en mi – La chica comentó mirando a la cámara, dejando ver sus; normalmente ojos avellanas, negros de odio.

Siguió su rumbo, decidiendo escoger las escaleras, pasando por aquellos pasillos como si los conociera de toda su vida, llevándose enredados todo aquel que la hiciera sentí amenazada.

– Vez lo hermosa que me veo con sangre, imagínate cuando sea la tuya – La chica comentó aun con el móvil en la mano, mientras llevaba al último piso.

Tiró la 9mm hacia un lado, y tomo el Ak que aún colgaba en su espalda intacta, disparando a través de la puerta, las balas perforando las.
Una vez las balas de la pistola se le agotaron, abrió la puerta viendo a varias personas en el suelo en un charco de sangre. Los pasos de alguien se escucharon a sus espaldas, haciendo que la chica se diera le vuelta, arrojando la pistola a la dirección del ruido, golpeando inconsiente a un sujeto.

Está apretó la cadena, entrando al pasillo, pasando por entre los cadáveres, y abriendo la puerta que se ubicaba al final a la izquierda.

– Bienvenida preciosa – la voz de Mario se escuchó, y de seguido, un puño fue presentado en la cara de la chica, haciendo que retrocediera, escupiendo un poco de sangre.

Calle sonrió levantando una ceja – ¿Es lo único que tienes? – preguntó.

El chico abrió los ojos – Ningún chico a soportado es golpe como es que... –

– A mi me vienen protegiendo – Comentó observando la luna llena a las espaldas del chico, atraves de las ventanas.

Está tiró de la cadena, haciendo que se rodeará en el cuello de chico, arrastrando lo hacia ella de un jalón, metiéndole una patada en el estómago con el viaje que llevaba, tirando de la cadena, haciendo que este diera una vuelta, soltandole de la pieza de hierro, y cayendo al suelo. Con el rumbo que tenía la cadena, una vez más se abrazo de la mano de la chica, quien camino hacia el dándola una patada en la cara, causando que una de sus dientes rompiera.

– Te daré una paliza que desearas nunca haber nacido – Gruño, arrastrando al chico hacia el pasillo, usando fuerza para sostener al chico en la pared, usando la cadena para destrozarle la cara.

~°~°~°~ Fin del Flashback ~°~°~°~

Calle lo analizó por unos minutos, viendo al chico deforme, respirando con dificultad.

– Sabes que, la muerte es demasiado fácil para ti – está comentó sacando su móvil – Hola, si, ¿la policía? Tengo una emergencia – está empezó sin quitarle la vista al chico.

– Hay dos personas demasiado graves, y se necesitan unas ambulancias – La chica dió ambas direcciones, hacia el muelle y el edificio, antes de colgar.

Se arrodilló al frente del chico – Sabes por qué hago esto – está sonrio, fingiendo que acomodaba la camisa del chico – Por que si llegas a sobrevivir, no vas a querer ni verte en el espejo, y qué fuerte sera eso cuando vivías enamorado de tu perfección – Está río, levantándose y caminando para salir del sitio.

Salió del edificio como si la cosa no fuera con ella, colocándose una gafa que tomo de una de los cadáveres, antes de montarse en uno de los autos en el estacionamiento, encontrando las llaves en este, antes de arrancar.

«¿Que haré cuando vea a Poché? ¿Que le diré? Mis manos han vuelta a mancharse de sangre, esto es tan horrible»

Bebés.

Estoy teniendo un poco de problemas con el internet, pero intentaré lo posible para acabar el maratón. Solo que me tardaré un poco en subirlo.