Capítulo 9: Somos Caché

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Maratón 9/?

Por pura curiosidad bebés, ¿Cuántos ansiaban por qué publicará el segundo libro?

- ¿QUE MIERDAS HACES TU AQUÍ? - Calle comentó, y Poché desvío la mirada hacia la peli-gris.

- No te hagas la tontita, al subir ayer la foto a Instagram y dejar tu localización, me la has hecho como una invitación para venir - Matu comentó con una sonrisa en el rostro.

- Debí matarte cuando pude - Calle susurró inaudible para la peli-negro, pero clarito para la peli-rosado, quien se le quedó mirando con una expresión blanca.

- ¿Cuantas veces? ¿Cuántas veces tengo que rechazarte? ¿Cómo mierdas hago que entiendas? ¡Tú no me gustas! Además estoy saliendo con Sebastián, ya te lo eh dicho más de una vez, quiero que desaparezcas de mi vida! O juró que te haré lo que le hice a Mario - La peli-gris comentó furiosa.

Poché al escuchar el nombre de aquel chico, se disgusto al repentino recordatorio de su pasado, pero a la vez se intrigo más en la situación.

- Wow, ¿estás con Sebastián? Pero si ahorita te vienes con Poché, pobre chico, que hará cuando se entere - Matu comentó con una sonrisa - Te espero por la tarde - finalizó entrando al ascensor.

Calle salió del ascensor agarrando la mano de la chica - Poché es solo una amiga - comentó antes de seguir caminando.

Poché desvío su mirada hacia el suelo y palpadeo «Auch, a la friendzone y ni siquiera me dió tiempo a preguntarle» Negó con la cabeza «Yo estoy con Alejo, no puedo hacer nada» levantó su vista del suelo, viendo la espalda de Calle, quien se le notaba tensa.

Salieron del edificio, caminando al estacionamiento, Poché, quien no pudo aguantar más lo tensa que se encontraba la peli-gris, se acercó, abrazándola por la espalda, con un fuerte agarre, dejándole saber que todo iba a estar bien.

- Tranquila Frutica, nadie nos va a hacer daño, todo va a estar bien, ¿de acuerdo? - Susurró la peli-rosado en el oído de la chica.

Calle no pudo evitar, darse la vuelta en el abrazo, quedando ahora cara a cara con la chica, o al menos decir así, pues la peli-gris tuvo que desviar los ojos para abajo para poder ver directo a la chica, y que está dejará de estar en puntitas.

- Poché, ¿Cómo puedes estar segura de eso? Siempre pasa algo malo cuando estamos juntas - Está comentó preocupada.

Poché sonrió - ¡Por que somos Caché! - Está gritó, a lo que Calle levantó una ceja - Daniela, yo no puedo vivir más sin tí, menos ahora luego de haberte logrado sentir una vez más, en el pasado no podía soportarlo, era todo nuevo para mi, y tenía mucho miedo, demasiado para decir en verdad, pero ahora... - Está pausó sus palabras, tomando la mano de la contraria y entrelazando sus dedos - Ahora quiero estar junto a ti, aún si sólo es siendo amigas, me es satisfactorio con solo sentirte cerca - Sonrió llevando su vista hacia la peli-gris - Quiero volver a conocerte, saber que ah cambiado, y que sigue igual, cómo llegaste hasta aquí y lo que a pasado para que te vuelvas más hermosa, lo quiero saber todo Daniela, y esta vez prometo no irme y dejarte sola, me quedaré para superar cualquier cosa que pase junto a ti - Una vez finalizó, se percató de las lágrimas que recorrían las mejillas de la peli-gris.

- No princesa, una damisela como tú, no debería manchar su hermosa cara con lágrimas - Poché comentó llevando sus manos al rostro de la chica, limpiando las intrusas.

Calle no comentó nada, solo se le quedó observando a la chica a los ojos, aquella combinación entre marrón y verdosos que la volvían loca. Con un gran deseó de besarla se inclinó hacia delante.

« Estás en público y tienen parejas » Fue lo que pasó por su mente causando que desviará su dirección, depositando un delicado y tímido beso en la mejilla de la peli-rosado.

Poché sonrió, moviendose hacia el carro, y abriendo la puerta para que la chica entrara, cuando está cedió y entro.

– Cuidado – comentó mientras cerraba la puerta, y caminaba hacia el lado del conductor, montándose y encendiendo el auto.

El recorrido al Starbucks fue callado, solo con la música mantenía el ambiente cómodo, mientras ambas chicas estaban en sus mundos, intentando responder preguntas por sus cuentas.

– Oye – ambas dijeron al mismo momento, una vez la quinta canción de la radio había terminado, llegando al estacionamiento a la vez de Starbucks.

Ambas se miraron un momento, antes de dejar que una carcajada saliera de ambas bocas, sorprendidas a la sincronización que tenían.

– Tú primero princesa – Comentó Poché, con una sonrisa genuina, mientras apagaba el auto y abría su puerta.

Calle negó con la cabeza – Creo que lo tuyo es más importante gorda – Contestó en un tono tierno, y un leve sonrisa en sus labios.

Sus ojos no dejaban a la peli-rosado, quien le comento que no se bajará, mientras cerraba su puerta y caminaba alrededor del auto por al frente de este, y llegaba a la puerta del copiloto, abriendo la puerta de la chica, recostando su brazo en la puerta, mientras extendía su mano para que la chica la tomará.

– ¿Por qué haces esto? – Calle preguntó curiosa a las acciones de la contraria, aceptando la mano.

Poché hundió los hombros, ayudando a la chica salir del auto – ¿Por qué no? Una belleza como tú, no debería ser tratada menos – Comentó la chica, con una sonrisa coqueta en sus labios.

Calle levantó una ceja – ¿A cuántas has logrado ganar con estos jueguitos? – Comentó en un tono burlón.

Poché cerró la puerta, antes de poner una expresión pensativa. La peli-gris abrió los sorprendida.

– No puedo creer que lo estés pensando – Calle comentó incrédula.

Poché comenzó a reír – Es difícil mantener conteo de a cuántas eh logrado llevar a mi cama – Está comentó entre risas.

Calle frenó en seco – Osea ¿Solo me quieres llevar a la cama con estas acciones? – está comentó ahora un poco molesta.

Poché se detuvo, mirando de arriba abajo, con una expresión seria – ¿a ti? – Lo pensó un poco más – Te quiero llevar al cielo – Finalizó antes de seguir su camino.

Calle no entendía lo que la otra se refería, a lo que no dudo en seguirla – ¿A qué te refieres con eso? – Está preguntó atónita.

– Luego lo sabrás – Poché respondió – Las princesas primero – Comentó al abrir la puerta dejando que está pasará primero.

Una vez estaban sentadas en las sillas, esperando a ser llamadas, Poché se le quedó observando con una expresión seria.

– ¿Que ah sucedido en casa? –

¿Cómo les va sintiendo la secuela? ¿Va bien? ¿ No les gusta? ¿Valió la pena esperar por esta?

El destino de Cupido - Segundo Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora