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Sonó el despertador de Jungkook, hoy era el día. Dio un suspiro antes de levantarse de la cama para arreglarse e ir a trabajar, tomaría una ducha y compraría algún desayuno rápido para no perder más el tiempo.
Vibró su celular y pudo ver en la pantalla ese lindo nombre.

Voy camino hacia tu casa, te preparé el desayuno para que no compres comida rápida, eres un modelo tienes que cuidarte.

Con mucho amor, Jimin.

¿Cómo podía ser tan lindo?, Jimin era el ser más noble que podía existir en este mundo, los ángeles se quedaban estúpidos a su comparación. Y Jeon no hacía otra cosa más que llorar y encerrarse en su habitación, se repetía una y otra vez que no quería lastimar a Jimin, pero lo estaba haciendo y ya había llegado muy lejos.

—Si tan sólo le hubiera hecho caso a Taehyung.

Pero de nada servía lamentarse, no ahora. Disfrutaría a Jimin mientras estuviera con él, mientras pudiera sonreír y tomar su mano.

Se bañó y arregló su departamento como solía hacerlo, sentándose a esperar a Jimin. Espero y espero unos 15 minutos aproximadamente hasta que escuchó su timbre sonar.

¡Ding Dong!.

—Jungkook, abreme soy yo Jimin.

Salió corriendo de el sofá y abrió la puerta viendo la hermosa sonrisa de Jimin y el desayuno que traía en sus manos.

—Tengo tu desayuno justo aquí—señalando la bolsa que sostenía—come para que nos vayamos a trabajar.

Jeon cerró la puerta y con mucho gusto comenzó a comer lo que Jimin le había preparado, sin duda la comida de Jimin era y siempre sería la mejor.

—La comida que preparas está deliciosa Jimin, ¿No pensaste en ser chef?.

—Me gusta cocinar, pero no tanto como diseñar las prendas para los mejores modelos.—dijo riendo.

—Mejor, así sólo me cocinarás a mí.

—Que clase de cosas dices Jeon —sonrojado—mejor termina, yo te llevo al trabajo.

Jungkook comió lo que le faltaba y después de dejar todo arreglado subió junto a Jimin al Jeep que tanto amaba.
Le encantaba mirar por la ventana mientras el viento arruinaba su peinado, cantaba y Jimin reía por cada cosa que Jeon decía, se sentía tan bien disfrutar esos minutos a su lado. Como si nadie más existiera, sólo ellos.

Llegaron a su trabajo y todo estaba en perfecto orden.

—¡Chicos! Los estaba esperando, hoy cerraremos temprano ya que tengo una cita con una chica hermosa.—dijo Jackson.

—Ya te habías tardado.—contestó riendo Jimin.

—Como sea, cerraremos antes. Tienen tiempo libre.

Jungkook cambió su expresión a una más fría, trató de sonreír pero no podía hacerlo. No sabiendo lo que tenía que hacer.

—¿Jungkook?—habló Jimin.

—¿Uh?.

—Jimin te ha estado hablando pero pareces estar en un trance.

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