Promesa

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Miró al techo aún recostado en el colchón y le pareció extraño, se incorporó lentamente mirando su alrededor a duras penas. Parecía de madrugada pues los rayos de sol no había tocado los muebles, era muy temprano pues ningún auto se escuchaba pasar.

-Es extraño dormir en una habitación que no es mía- susurró para el mismo tratando de recordar los estragos de la noche anterior.

Estaba levemente aturdido, con una pequeña laguna mental que no podía explicar. Sabía que había estado con Piers la noche anterior, el muchacho era persistente con el, había tenido la paciencia suficiente para aguantar el arranque de ira que recordaba haber tenido.

Un suave ronquido y la sensación de movimiento le hicieron girar el rostro, topandose con el omega que descansaba a su lado, sereno y con el semblante relajado.

Por unos segundos Chris se sobresaltó al encontrarlo durmiendo en la misma cama, no quería creer que hicieron algo que no podía recordar, pero eso quedó en segundo plano cuando le contempló de forma más detenida.

Su cabello desordenado chocaba contra la almohada, sus ojos cerrados y los murmullos que salían de sus labios, así como el subir y bajar de su cuerpo le parecieron tan hipnotizantes.

-Chris...- habló entre sueños abrazando la sábana que le cubría.

Sonrió sin darse cuenta, una de sus manos viajó a la cabeza de Piers, acariciándolo cual cachorro hasta bajar a sus mejillas teñidas de rosa, descubriendo una peculiar pero distintiva marca en el cuello del chico.

***

-"Capitán, quiero ser solo suyo, por favor, márqueme como su omega"-

-"¿Estás seguro de esto? No quiero perderte a ti también, te amo demasiado para que sufras por mi"-

-"¡Eso no importa! Estoy dispuesto a seguirlo hasta el fin aún sino recuerda ni mi nombre, lo protegeré siempre"-

***

Sacudió su cabeza buscando alivio, tan solo fue algo breve, un fugaz recuerdo, pero ese pequeño recuerdo repercutía fuerte en su psiquis, causándole una fuerte migraña difícil de ahuyentar.

Sus hormonas alfa se acumulaban en el aire en señal de disgusto y molestia, quería poder recordar sin sentir ese dolor.

Se encogió en su posición, apoyando la cabeza entre sus manos buscando disminuir la molesta sensación, respiraba agitado intentando controlarse pero parecía no poder hacerlo...

Una mano tomó uno de sus brazos llamando su atención, seguido del olor a maple que en el aire se acumulaban, era tan cálido y tan dulce que le recordaba a su hogar.

-Capitán, no se exija tanto- la voz adormilada de Piers hizo que una vez más centrará su atención en él.

-No te preocupes por mí, ya has hecho bastante...- habló cortante

Suspiró el menor ante la respuesta, movió la cabeza de un lado a otro y se levantó de su sitio. Se levantó de su sitio y del clóset tomó una camiseta lo bastante holgada para cubrir su cuerpo, luego se dirigió a la puerta y se detuvo ahí, mirando a Chris de reojo.

-Preparare algo para desayunar, tómese su tiempo en ducharse y vestirse-

Luego de eso salió y caminó a la cocina del pequeño departamento, buscando los ingredientes necesarios para un omelet. Sacó todo poniéndolo sobre la barra y por unos segundos dudó... El silencio era terriblemente molesto para él, no podía seguir ocultando más el dolor que le causaba la indiferencia de su amado alfa; un par de lágrimas rodaron por sus mejillas mientras batía el huevo en un tazón, debía ser fuerte y resistir hasta que Chris volviera a recordar lo que ambos fueron y son pues le había hecho una promesa...
...sin importar que su corazón quedará destruido a cambio de tenerlo de vuelta.

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Bearfield and Puppiers antology (CANCELADO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora